FUTBOL & POLITICA

Con centro de Moyano, Malaspina se acerca al Presidente y acaricia la Liga

El titular de Argentinos se reunió con el Presidente para saldar viejas cuentas. Tinelli talla, pero desde afuera. Tapia, la pisa. Transición con interrogantes.

Una mesa de transición. Con ese término, Claudio Tapia empezó a delinear algún futuro para la Liga Profesional, ahora intervenida por la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) de acuerdo a lo dispuesto por la Sala B de la Cámara Civil tras la impugnación de Marcelo Tinelli a la lista que encabezaba el presidente de Argentinos Juniors, Cristian Malaspina

 

Tapia tiene la pelota bajo la suela, evalúa opciones y disfruta de saber que Tinelli, su principal rival en estos años de rosca interminable, quedó afuera de casi todo: de la AFA, de la Liga y, probablemente, de San Lorenzo, el club al que tiene que volver en mayo porque se le vence su licencia, aunque nadie en su comisión directiva asimila esa idea ni se anima a pronosticar qué decidirá.

 

Algo similar sucede entre la mayoría de la dirigencia de los clubes, quienes coinciden en un análisis o diagnóstico: ninguno entiende la estrategia de Tinelli, más allá de los golpes propios de la agonía. El barro del fútbol argentino lo llevó a lugares que hace tres, cinco o diez años nadie hubiera imaginado.

 

Hay una escena que podría funcionar como pintura de su accionar: antes de presentar su denuncia ante la Justicia, Tinelli había convocado a una reunión a toda su mesa directiva para firmar una tregua y avisar de algunos pasos burocráticos en la antesala de las elecciones que tenían a Malaspina como único aspirante. Dos equipos jurídicos trabajaron en presentar documentación pendiente y en cerrar lo más prolijamente posible el mandato del conductor televisivo, pero, cuando todo estaba avanzado, llegó la presentación judicial y una carta incendiaria enviada a las cabezas de los 28 clubes.

 

“Rompió todo en la Liga, no mostró nunca gestión. Arma proyectos grandilocuentes sin evaluar costos, plazos, equipos... Se cree que todo es un programa de televisión", lo caracteriza el presidente de un club.

 

Sin embargo, aún desplazado de todos los espacios de poder en el fútbol, Tinelli sigue llegando a lo más alto del poder nacional: su amigable relación con el presidente Alberto Fernández, quien lo ungió en diciembre de 2019 como su hombre de confianza en todo lo relacionado al deporte más popular del país, posibilitó que se le diera curso a la impugnación de la lista de Malaspina. La exministra de Justicia Marcela Losardo y el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello, jugaron algunas cartas y la Cámara suspendió las elecciones, aunque el fallo final no salió como Tinelli hubiese deseado: la pelota quedó del otro lado del muro y Tapia tonificó su poder.

 

Cumbre de bichos colorados

Peronista y empresario del rubro informático, Malaspina quiere entibiar los enojos y las desconfianzas que le obstaculizaron el camino hacia la presidencia de la Liga Profesional en estas semanas. Por eso, pidió reunirse con Fernández. Quienes auspiciaron esa reunión fueron Hugo Moyano y su ladero en Independiente, Yoyo Maldonado, también presentes en la oficina presidencial.

 

Malaspina sabe que Fernández jugó para Tinelli no solo desde que asumió en la Casa Rosada, sino en este último tiempo, cuando el conductor televisivo acumulaba rencores en casi todos los rincones de fútbol de Primera (algo que en San Lorenzo se potenció hasta el extremo).

 

La desconfianza presidencial con Malaspina tiene una historia: la mala relación que mantiene el actual titular de Argentinos con Luis Segura, su antecesor en el club y amigo histórico del Presidente. A esa inquina se le sumó el “golpe institucional” que denunció Tinelli: al igual que con Tapia, en la Quinta de Olivos observan a Malaspina como quien desbancó a su hombre elegido para el fútbol.

 

Con todo, cuando Argentinos aparece en el centro de los diálogos, se pueden soldar diferencias y resquemores. Fernández valora una gestión que arrancó en diciembre de 2015 con 20 millones de dólares de deuda heredada y hoy muestra un club ordenado y en crecimiento.

 

Medallas

Si haber desnudado a Tinelli le significa una mancha en la Casa Rosada, en la AFA y en el ala kirchnerista del Gobierno el baldón se transforma en una medalla. En 90 días todo puede pasar, desde el llamado a elecciones hasta la disolución de la Liga Profesional, aunque hay quienes deslizan que la buena sintonía entre Tapia y Malaspina podría anular esa segunda opción. “Haber advertido que Tinelli no gestionaba amerita un reconocimiento”, le dicen a Letra P.

 

En ese sentido, Tapia le prometió a Malaspina que validará la lista y le adelantó que armará una mesa de transición para estos meses. El interrogante es si esa Liga seguirá reuniendo las potestades de la Superliga, creada durante el gobierno macrista en 2017 y que luego Tinelli no pudo o no supo continuar en plena pandemia. “Probablemente no sea una Liga para imponer condiciones, sino para consensuar una unidad dirigencial”, avisan. Sobre esa cuestión girarán los acuerdos de las próximas semanas: el campo de acción de una entidad que no tendrá el poder económico en un contexto en el que “la plata no alcanza” ni concentrará el poder arbitral en tiempos de VAR.

 

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