Alertados ante la posibilidad de sumar un nuevo impuesto a sus costos, el Círculo Rojo se apresuró a poner en marcha un plan de lobby con legisladores de la oposición para abortar el proyecto de "renta inesperada" que por estas horas diseña el gobierno, aún antes de que vea la luz. Los contactos se multiplicaron, aunque se realizaron por fuera de las estructuras de las organizaciones para evitar que queden tachadas como una acción política-partidaria de parte de las entidades.
La estrategia ya era conocida de antemano por funcionarios de la Casa Rosada. "Estábamos atentos a que las empresas que se sienten afectadas por el impuesto porque saben que ganaron más plata que la de costumbre debido a la guerra entre Rusia y Ucrania. Lo que vemos es que están trabajando con la oposición para decir en todos lados que el proyecto no va a ser aprobado", le dijo a Letra P un allegado del ministro de Economía, Martín Guzmán.
"No debería ser viable seguir agregando impuestos, es contraproducente", sentenció, en estricto off the record a este medio, un importante ejecutivo de una empresa de fuerte peso en el país. Sin embargo, un empresario que integra la mesa chica de la Unión Industrial Argentina (UIA) sostuvo que, "sin información de por medio", esperarán detalles para recién después "iniciar el diálogo con el Congreso" para resistir el proyecto. De este modo, quedó claro que las acciones comenzaron por cuerdas individuales. Mientras algunos dirigentes de la gremial-empresaria admitieron "charlas informales" con legisladores para "instalar el tema", otros negaron haberse subido al lobby.
Con un comunicado, la Asociación Empresaria Argentina (AEA) reclamó que "Argentina debe volver a retomar la senda del desarrollo económico y social sostenible". "Para ello resulta esencial generar las condiciones para que las pequeñas, medianas y grandes empresas puedan concretar inversiones que generen empleo y hagan crecer la producción y las exportaciones", firmó el conglomerado empresario en donde se sientan los dueños de las empresas más grandes del país, como Paolo Rocca de Techint, Luis Pagani de Arcor, Héctor Magnetto de Clarín, Marcos Galperín de Mercado Libre y Sebastián Bagó de Laboratorios Bagó, entre otros.
En el mismo texto, las compañías que están en la mira para el pago del impuesto de Guzmán, abrieron el paraguas: "La creación de nuevos impuestos -como el recientemente anunciado 'impuesto a la renta inesperada'- va en la dirección opuesta a lo señalado. En Argentina ya están en vigencia 165 impuestos y la carga tributaria sobre el sector formal de la economía es muy elevada y ha crecido fuertemente en los últimos 20 años, superando holgadamente el promedio de la región".
La ejemplificación se puso en línea con los argumentos que presentaron referentes de Juntos por el Cambio, como la exgobernadora bonaerense y actual diputada por la Ciudad de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, que había tuiteado el día anterior: "El impuesto a la 'renta inesperada' se llama ganancias. Dejen de tomarnos el pelo. Ya lo pagamos junto con otros 164 impuestos más. Les dejo la lista por si no lo sabían".
Según analizaron desde la UIA, el anuncio del plan de gravar a la "renta inesperada" sin detalles de por medio generó "incertidumbre" en el mundo de los negocios, al punto que "existen revisiones o retrasos de inversiones" hasta que se revele la letra chica del proyecto de ley. "Las mineras, por ejemplo, vienen de hacer una fuerte inversión en canteras para extraer litio y otros minerales, pero ahora se encuentran con la posibilidad de pagar un impuesto que no estaba contemplado en los costos iniciales", se quejó una fuente industrial.
"Como es habitual en esta administración del Estado, los anuncios, son vagos y confusos, por lo cual no se sabe a ciencia cierta de que se trata el proyectado impuesto, cuál será el hecho imponible, para qué periodo, desde cuándo y hasta cuando se percibirá, quien son los alcanzados, información básica al que debiéramos tener derecho, si nos respetaran como ciudadanos", disparó en un comunicado de prensa Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), una de las tres patas de la Mesa de Enlace del campo.
De hecho, fuentes del gobierno admitieron a Letra P que el anuncio de Guzmán generó una "parálisis en inversiones de corto plazo". Sucede que las empresas no tienen claro el alcance de la medida. "Si se van a tener en cuenta las inversiones para no pagar el impuesto, lo que queremos saber es si los desembolsos son antes de la guerra o recién después de aprobarse el proyecto en el Congreso", admiten funcionarios que recibieron consultas del sector privado.
Contactos estrechos
Para poner en marcha la maquinaria anti "renta inesperada", el Círculo Rojo aprovechó los vínculos que mantienen representantes de empresas con dirigentes del macrismo y del radicalismo. Si bien el sector privado suele mantener relaciones con todos los sectores del mundo político-partidario del país, algunas espadas de las cámaras empresarias aceitaron sus vínculos con exfuncionarios de la gestión de Mauricio Macri. "Tanto sea por afinidad ideológica, como por relación cotidiana durante la gestión pasada", se sinceró ante este medio una fuente de la UIA.
Lo cierto es que, a pesar de tener por seguro que el proyecto no va a lograr consenso de la mayoría legislativa, el empresariado local sumará horas al rodaje para frenar el incremento impositivo. Lo que buscarán, según admitió a Letra P un empresario bonaerense, es "lograr que exista una presión social que deje claro lo inviable de sumar nuevos impuestos, en un momento en donde los costos pesan sobre la inflación, es inconveniente".
Para las empresas, la incertidumbre golpea directamente en la inflación, justo cuando la presidenta del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, alertó por la crisis de los precios en la Argentina. "Con menos impuestos generaremos más inversiones y empleo", aseguró AEA.