Hay ruido y no blanco entre el gobernador de Santa Fe, Omar Perotti, y el presidente Alberto Fernández. Hay música trash y hardcore en el vínculo entre los dos mandatarios. El santafesino maldice por lo que entiende una demora inexplicable en el pago de una histórica deuda por coparticipación que la Nación tiene con la provincia. Por otro lado, se suma el malestar que genera en el perottismo la ascendencia del rossismo en la consideración de la Casa Rosada. En el medio, se cuela el faltazo del rafaelino al discurso que el Presidente dio en el Congreso en la apertura de sesiones.
El pago de la deuda es central para Perotti y su gestión. A lo largo de sus tres mandatos, el socialismo se cansó de hacer el reclamo. El peronista avanzó y celebró en diciembre, cuando la Corte Suprema falló a favor de Santa Fe. A la Nación no le queda otra que pagar. Es una cifra que – según la Casa Gris – supera los 100 mil millones de pesos.
Pasados tres meses de la resolución cortesana, no hay novedades del pago y Perotti desespera. No escasea en su reclamo, elige apoyarse en el jefe de Gabinete, Juan Manzur, pero interpreta que queda preso de las internas del Gobierno. La bronca es con el Presidente, que no clarifica el organigrama y no ejecuta la orden de pago.
La situación tiene una antesala. En un acta acuerdo que Fernández firmó con las provincias el año pasado, la Casa Rosada impulsó que todas renuncien a los juicios que alguna vez le iniciaron a la Nación. “Así no firmo, me obligan a abandonar la deuda”, respondió Perotti. Finalmente, el inciso no se incluyó y el rafaelino puso el gancho.
La relación entre Perotti y Fernández es sinuosa. En algún momento, el Presidente creyó ver en el santafesino a su principal aliado y pensó en condecorarlo al frente de una liga de gobernadores que nunca tomó volumen. Perotti no es albertista, es perottista. Perottista de Omar.
No tanto en el gobernador, pero sí en el sector que lo rodea, llamado Hacemos Santa Fe, la bronca también aumenta por el reverdecer que experimenta La Corriente de la Militancia, el sector que comanda Agustín Rossi, apalancada por el propio Fernández.
“La interna no sirvió para un carajo, parece que ganó Rossi”, bramó un perottista ante Letra P. La lista de Perotti le ganó con claridad a Rossi en 2021, pero, después de ese resultado, Germán Martínez, aliado histórico del Chivo, terminó como jefe de bloque del Frente de Todos (FdT), Roberto Sukerman como jefe de Gabinete del Ministerio de Trabajo nacional y al propio Rossi se lo menciona cada vez más para regresar a la Casa Rosada. Mucho por tragar para Hacemos.
En Santa Fe hay una interna plantada. El Perotti versus Rossi no finalizó con las elecciones internas y promete renovarse en 2023. El Chivo ya lanzó al diputado provincial Leandro Busatto a la Casa Gris y el gobernador mandó a caminar a cuatro fieles.
En el medio de la tensión, no pasa desapercibido el faltazo de Perotti a la apertura de sesiones del Congreso. En Santa Fe niegan que haya sido con intenciones de enviar un mensaje, pero la silla vacía de uno de los gobernadores más importantes del Frente de Todos generó resquemores.