Torta de chocolate, velitas y cumpleaños feliz. En plena tensión por las diferencias internas en torno al entendimiento el Fondo Monetario Internacional (FMI), antes de bajar al recinto para la sesión, el bloque del Frente de Todos compartió un almuerzo en las oficinas de su titular, José Mayans, para celebrar el cumpleaños de la fueguina María Eugenia Duré. Integrante de La Cámpora, como toda la agrupación, es candidata a votar en contra del acuerdo que firmó el gobierno de Alberto Fernández.
A tono con el festejo de ocasión, que contribuyó a calmar los ánimos de los senadores y senadoras, Cristina Fernández de Kirchner también aportó lo suyo. Tal como había confirmado su entorno, la vicepresidenta dio el presente, abrió la sesión para volver recién cuatro horas más tarde, con la expectativa de estar a la hora del cierre y presenciar la votación final, como suele hacer en todas las ocasiones. Se mostró de buen humor.
Cristina ya había dado muestras de que no obstaculizaría el debate, pese a su mirada crítica sobre el cierre de las negociaciones. Delegó el diálogo con la Casa Rosada en Mayans, que se encargó de coordinar el cronograma para el tratamiento del proyecto, y posibilitó el avance de las negociaciones con la oposición para que el proyecto pudiera tratarse sobre tablas en el recinto, con el aval de los dos tercios de los senadores. El martes, pocas horas después de firmado el dictamen, convocó a sesiones especial para este jueves a las 14.
“Cristina no es (Julio) Cobos. Ella va a preservar la institucionalidad”, decía en la previa un dirigente del FdT muy cercano a la vicepresidenta, que procuró que su desacuerdo con el proyecto que envió el Ejecutivo no enturbiara su papel en el Senado.
En tanto, a tono con lo que sucedió en Diputados, ningún integrante de La Cámpora ni del cristinismo – con la única excepción de la chaqueña María Pilatti Vergara - se anotó en la lista de oradores. Los integrantes de la agrupación que conduce Máximo Kirchner acordaron evitar las intervenciones públicas en el recinto para no elevar aún más la tensión interna. Sin embargo, como después de la votación en la Cámara baja, el senador Oscar Parrilli, mano derecha de Cristina, confeccionó un documento crítico de la negociación para difundir.
El lunes, antes de la llegada de Martín Guzmán a la Comisión de Presupuesto y Hacienda, integrantes del bloque oficialista mantuvieron una reunión en la que dejaron claras las diferencias internas. El sector cristinista marcó sus profundas críticas al acuerdo y hubo cruces con las bancas referenciadas en el peronismo de las provincias. Al final, acordaron bajar el tono a los cruces públicos, preservar la unidad del bloque y esperar a que el funcionamiento interno pueda resetearse una vez superada la instancia crítica del capítulo del FMI.
En línea con esa idea, Mayans convocó al almuerzo este jueves antes de la sesión, en la que el bloque celebró el cumpleaños de Duré. Las fuentes coincidieron en que “hubo muy buen clima”, pese a que al cierre de la sesión se verán votos divididos.
Entre aquellos que votarán en contra, solo Pilatti Vergara se anotó en la lista de oradores. La chaqueña integra el sector más cristinista del bloque. Aunque responde al gobernador Jorge Capitanich, que entiende que hay que apoyar el acuerdo, Vergara hizo saber a su entorno que el mandatario no le pidió que torciera su voluntad. “Hace 40 años que yo definí mi voto”, comentó esta semana en el Senado, sobre su posicionamiento ideológico.
En tanto, María Eugenia Catalfamo, dijo en su discurso que adhiere a la línea del gobernador de San Luis, Alberto Rodríguez Saá, que fue crítico del acuerdo desde el comienzo de las negociaciones, por considerar que la deuda es “ilegítima”.