Poco después de ingresar al Hotel The Apurva Kempinsk y fotografiarse con Joko Widodo, su par de Indonesia, Alberto Fernández sufrió una descompensación que lo obligó a suspender su agenda en la Cumbre de Líderes del G20 hasta tener los resultados de los estudios que se le realizaron.
Mientras en la comitiva se especula con la temperatura, las horas de viaje, el jet lag, el primer parte de la unidad médica presidencial informó un cuadro de hipotensión y mareos. A diferencia de la hipertensión, lo que habría aquejado al mandatario sería una presión arterial excesivamente baja. Se manifiesta con una sensación de pesadez y falta de vitalidad. El mareo es uno de sus síntomas.
No es este el primer episodio alrededor de la salud de Fernández en los últimos años. En la campaña presidencial, en junio de 2019, fue internado en el Sanatorio Otamendi por un cuadro de “inflamación pleural”, que podía deberse a “una obstrucción arterial subsegmentaria”, se informó por aquella época. "El paciente presenta buen estado general, con adecuado control del dolor, deambulando por la habitación, acompañado por su familia", detalló el parte médico. A la medianoche, el entonces candidato escribió en sus redes: "Vuelvo a trabajar con mi salud a pleno y mis ganas multiplicadas".
Ya como Presidente, en abril de 2021, Fernández fue diagnosticado con Covid-19 positivo. El contagio fue reportado el día que cumplía 62 años. “El cuadro clínico es leve debido en gran parte al efecto protector de la vacuna recibida", se informó entonces desde la Casa Rosada. "Quería contarles que al terminar el día de hoy, luego de presentar un registro de fiebre de 37.3 y un leve dolor de cabeza, me realice un test de antígeno cuyo resultado fue positivo", contó el propio mandatario.