MARIANA CAMINOTTI

“Que haya mujeres en espacios de decisión es una medida de justicia”

La secretaria de Género de Rosario destaca el compromiso de las concejalas feministas. Pide una “paridad plena” y transversalizar las agendas en el municipio.

Mariana Caminotti, la secretaria de Género y Derechos Humanos de la Municipalidad de Rosario, viajó desde esa ciudad a Calafate con una amiga que vive en San Pablo, Brasil, para visitar a otra que las hospeda en El Chaltén. Aprovechó el receso de verano para reunirse con ellas, a quienes conoció en la Facultad de Ciencia Política de la UNR y desde entonces se volvieron inseparables. Sus vacaciones, como muchos momentos de su cotidianidad en la función pública, son “un encuentro entre mujeres”. 

 

Es su primer viaje a la Patagonia, más allá de una visita corta a Tierra del Fuego por trabajo, y está maravillada con los paisajes que ofrece el sur argentino. Asegura que en su vida planifica mucho pero cuando viaja intenta tener las coordenadas mínimas para que los planes surjan sin tanta premeditación. Durante el día aprovecha para levantarse sin apuro, caminar y conocer el lugar. Disfruta sacando fotos y en la noche aprovecha para la lectura. Por estos días está terminando “El Río sin Orillas”, de Juan José Saer, “al que cada tanto hay que volver”. Sus valijas siempre llevan más libros de los que puede leer.

 

Si bien está pendiente del trabajo porque siente la responsabilidad y porque la apasiona, esto no significa que no descanse. “Más que desconectarme, lo que me hace bien es renovar aire, energía y paisaje”, cuenta Caminotti a Letra P

 

-¿Qué balance hace de los dos primeros años de gestión en la Secretaría?

 

-Fueron de mucho crecimiento e institucionalización. En un contexto desafiante como el de la pandemia, pusimos en marcha un área nueva en el Ejecutivo, gracias a la decisión del intendente Pablo Javkin de jerarquizar las políticas de igualdad de género y derechos humanos en Rosario, con un claro mandato de transversalizar estos enfoques en las acciones y programas de todo el municipio. No partimos de cero: Rosario es una ciudad reconocida por haber tenido normativa y políticas pioneras en el tema, pero no teníamos un área específica que las agrupara y se sentara a la par con las demás secretarías. 

 

-¿Cuáles son los objetivos para los dos años que restan? 

 

-En 2022 tenemos programado trabajar al interior del Plan Cuidar, que nos brinda una plataforma conjunta con otras secretarías, en una serie de actividades de formación y sensibilización de equipos en todo el territorio, y el fortalecimiento de programas como el de Masculinidades y el de Género y Movilidad, que considero claves para continuar promoviendo la erradicación de los estereotipos, los códigos y pautas culturales que reproducen la desigualdad y la violencia de género.

 

-Desembarcó en la política para inaugurar la Secretaría de Género de Rosario. ¿Cómo fue esa adaptación? 

 

-Como fortalezas, destacaría que la creación de la Secretaría de Género y Derechos Humanos de Rosario no fue un hecho aislado, sino parte de otras decisiones que muestran una concepción y una orientación muy clara: primero, la creación de un gabinete con paridad de género por decisión explícita del intendente; segundo, un fuerte compromiso con la agenda de género en el Concejo Municipal y la posibilidad de contar con aliadas incansables como María Eugenia Schmuck desde la presidencia del cuerpo, con una enorme capacidad de diálogo y trabajo, y fundamentalmente con un gran compromiso. Los desafíos, más que debilidades, tuvieron que ver con la complejidad de la pandemia, que profundizó desigualdades sociales y de género y obligó a repensar el diseño y la implementación de todas las políticas y los servicios.

 

-¿Cómo es la relación con el intendente? ¿Qué relevancia le da a la agenda de género?

 

-Fue un honor que me convocara para esta responsabilidad. En ese momento yo tenía una vida muy distinta, vivía en Buenos Aires, y esto implicó un cambio enorme. Pero no se me ocurrió dudar y menos aún después de tener con él una primera charla donde me quedó muy clara su visión, su compromiso con la agenda de género y la impronta que le quería dar en su gestión. Creo que tomó decisiones importantes que institucionalizan las políticas y los enfoques de género y derechos humanos, más allá de una gestión puntual.

 

-¿Tiene diálogo con las otras fuerzas políticas? 

 

-El diálogo con otras fuerzas políticas, en lo que hace a las agendas de género, es muy bueno y muy fluido. Creo que la paridad, junto al compromiso feminista de muchas mujeres que están en puestos de decisión y en las bancas, no solo favorece ese diálogo, sino que potencia las agendas, más allá del rol y de la especificidad de cada espacio. Desde la Secretaría siempre trabajamos de forma muy cercana con la comisión de Feminismos y Disidencias (hoy Feminismos y Derechos Humanos), y muchas acciones que impulsamos desde el ejecutivo materializan iniciativas y ordenanzas de concejalas de distintos partidos. 

 

-¿Qué lugar tienen las políticas de género en el Presupuesto 2022? ¿Lo considera suficiente?

 

-El presupuesto para las políticas de género siempre requiere de una doble mirada: el específico del área (que en nuestro caso ha tenido aumentos) y el transversal, que contabiliza lo que invierte el estado municipal en su conjunto y que es tan importante como el primero y hay que visibilizar más. En Rosario, para dar un ejemplo, desde un enfoque de política pública que concibe a la política de género como una línea transversal, se tomó la decisión de que ciertas erogaciones estén a cargo de secretarías que no son la de género. Por ejemplo, los subsidios personales por situaciones de violencia y discriminación de género salen de la Secretaría de Desarrollo Humano y Hábitat, previo trabajo y gestión de los equipos de la Secretaría de Género. Entonces, eso no forma parte del presupuesto de nuestra secretaría, pero es una herramienta clave de la política pública que gestionamos de forma articulada. 

 

 - ¿Qué balance hace del primer año de la ley de Paridad de Género en Santa Fe? ¿Alcanza? 

 

-Es una medida fundamental y necesaria, aunque no suficiente para lograr una democracia con igualdad real de oportunidades y derechos políticos. Sin dudas, el paso de las leyes de cupo mínimo al principio de paridad representa un avance e implica otra manera de pensar la igualdad democrática y los obstáculos a su realización. 

 

-¿Qué falta?

 

-Queda mucho por hacer desde los espacios políticos y las instituciones, tal como lo indican hoy las luchas feministas. La paridad no es solamente una igualdad numérica, sino también cualitativa: es estar a la par e interactuar en condiciones de igualdad en todos los ámbitos de la sociedad. Por eso, la posibilidad de plena paridad en la política depende de otras medidas paritarias que transformen las pautas de organización social, donde las mujeres no carguemos con el grueso del trabajo de cuidado no remunerado ni suframos violencia y discriminación.

 

-¿La política sigue siendo un ámbito machista?

 

-Que haya mujeres en espacios de decisión es una medida básica de justicia, porque su ausencia indica una exclusión. Muchos estudios muestran que la mayor presencia de mujeres en los ámbitos de decisión (públicos, privados y de la sociedad civil) permite cambios positivos en las estructuras y en las prácticas, pero esa presencia tiene que ser acompañada de otras medidas para erradicar la desigualdad estructural. Cuando una mujer en un lugar de decisión dedica el doble o el triple de su tiempo a las tareas de cuidado que cualquier de sus pares varones, participa en condiciones de desigualdad y sobrecarga; probablemente sea juzgada con una vara más severa; y se activen estereotipos vinculados con ese rol social.

 

-Rosario fue pionera en derechos sexuales y reproductivos. ¿Cuál es tu lectura del primer año de la ley 27.610?

 

-Así como en Rosario se pusieron en marcha programas pioneros de salud sexual y reproductiva y se garantizó la ILE, ahora también se garantiza la IVE en condiciones de seguridad, con asesoramiento y posibilidad de elegir qué método se desea utilizar.

 

Al momento de sancionarse la ley, en Rosario el 80% de las interrupciones, que hasta ese momento eran ILE, ya se resolvían en los centros de salud. Es decir, el sistema en Rosario estaba tan aceitado que no se necesitaron grandes modificaciones ni tampoco hubo mayores cambios en el número de intervenciones.

 

-¿Cuáles considera que son las deudas actuales con los feminismos de Rosario? 

 

-Los feminismos lograron que se visibilice y que se reconozca la tremenda gravedad de la violencia de género, y el Ni Una Menos fue un parteaguas en la toma de conciencia social.  Desde este ángulo, la tarea por delante es enorme. Es fundamental profundizar la prevención, con herramientas como la Ley Micaela y con campañas públicas, pero también garantizando la implementación efectiva de la Ley de Educación Sexual Integral, que es fundamental para transformar las conductas y relaciones que reproducen la violencia y la discriminación.

 

En este mismo sentido, tenemos que lograr que la desigualdad de género se coloque en el centro de la agenda económica, y erradicar las brechas que impiden la generación de ingresos sostenibles como condición para proyectar vidas libres de violencia machista.

 

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