La entrega de 10 mil notebooks por parte del intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, acompañado por la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, y el gobernador Axel Kicillof, en el lanzamiento del Programa Conectar Igualdad, puede ser el inicio de un nuevo paradigma educativo: los municipios y la escuela, juntos, recuperando una tradición histórica, que fue la del compromiso de las administraciones locales en la planificación de las políticas educativas.
El dato puede sorprender, pero no debería. La suma total del Fondo Educativo de la Provincia de Buenos Aires que llegará este año a los 135 municipios superará los 21.000 millones de pesos, probablemente la cifra más alta de los últimos años. ¿Para qué deben usarse estos recursos? Para la infraestructura escolar de los 15.000 edificios escolares. Con estos números es inexplicable que haya en La Plata, por ejemplo, 90 escuelas sin actividades por problemas con las estufas.
¿La participación local en la gestión educativa es una novedad? No, en realidad, viene desde la creación de la Dirección General de Escuelas, cuando Sarmiento, constituyó, bajo la inspiración norteamericana, los Consejos Escolares, con la idea de que las familias tuvieran injerencia sobre la educación de sus hijos. Recordemos que sus autoridades son electas en la boleta junto a los intendentes y así se pone en evidencia el deseo sarmientino de que la escuela y la comunidad eran una continuidad. Hoy, este modelo, se ve fortalecido por el Fondo Educativo, que, desde 2013, se transfiere a las arcas municipales.
Para aclarar esto es clave entender el flujo de los fondos, por ejemplo, sobre la infraestructura de las escuelas. Hay dos cajas que hoy manejan recursos sobre esta cuestión: una es la de los Consejos Escolares. Por ejemplo, el Consejo Escolar de La Plata recibirá durante este presente ciclo lectivo, cerca de 80 millones de pesos por Fondo Compensador de Mantenimiento; el de Lomas de Zamora recibirá cerca de 70 millones. La segunda caja corresponde al Fondo Educativo, unas de las fuentes de financiamiento más importante. En el caso de La Plata se estima un fondo cercano a los 700 millones. Como ya hemos señalado en reiteradas oportunidades, estos recursos, según el Tribunal de Cuentas, tienen que invertirse en la infraestructura de las escuelas, en tecnologías o en proyectos que tiendan a mejorar la calidad educativa del distrito.
En general, tanto el periodismo, como las propias familias, creen que es en realidad la Nación o las provincias son las responsables de la educación de los niños y jóvenes en la Argentina. Si bien esto es cierto en relación a los contenidos, la formación docente o las modalidades de los servicios educativos, una clave de los procesos de enseñanza aprendizaje pasa por los contextos escolares. Condiciones socioeconómicas de las familias, accesos a conectividad o dispositivos digitales, conformación del hábitat de los niños, integración social. Muchos factores que inciden definitivamente en las posibilidades de acceso al conocimiento pasan por fuera del aula y es clave ahí la inversión del Estado.
¿Pero qué Estado? Por supuesto que, para cuestiones de déficit alimentario o problemas de aprendizaje y contención social, es imposible que los ministerios nacionales o provinciales puedan atender estas demandas. Por eso, la iniciativa tomada por el intendente de Lomas de Zamora, que no solo entregó tecnologías, sino que puso online un servicio de recursos didácticos digitales para las escuelas es clave. Los municipios pueden hacer mucho por la educación de los hijos de las familias de su distrito. Asistencia alimentaria, prospectiva educativa, apoyo escolar, tecnologías. ¿Quién sino el intendente puede saber, anticipadamente, dónde habría que fundar nuevas escuelas? Hay toda una perspectiva nueva que nace y se fortalece en un movimiento de globalización y descentramiento. Lo local comienza a tener una gravitación preponderante, paradójicamente en un mundo hiperconectado que se globaliza.
Las políticas de cercanía, las ciudades de 15 minutos, la movilidad urbana de baja escala, conforman un paradigma nuevo de gestión que hoy deberían priorizar todas las ciudades del mundo.
Pero si la política mira para otro lado…