El presidente Alberto Fernández resumió su más de una hora de reunión con los grandes frigoríficos exportadores esta mañana, en Radio 10: "Tuve que explicarles a los exportadores que el tema de la carne se desmadró". Había avisado el domingo, en C5N, que analizaba medidas para intentar contener la dramática suba de precios del alimento que más incide en la canasta que mide el Indec para calcular la inflación. Y tomó un decisión drástica: cerrar las exportaciones, en principio por 30 días. La medida, aún no formalizada, dejó un tendal de heridos en su Gabinete y provocó la obvia reacción del sector agropecuario, que anunció un paro de ocho días, pero que, en plena cosecha gruesa de soja, estará restringido a la hacienda.
El golpe sobre la mesa de Fernández -dicen en Casa Rosada que fue eso, un golpe para manifestar el enojo con el poco compromiso del sector con los precios internos- se lee como un gesto hacia los sectores cada vez más amplios del Frente de Todos que le reclaman una acción más decidida para cuidar el bolsillo de sus votantes, con las elecciones legislativas cada vez más cerca y los índice de pobreza acomodados por arriba del 40%, ahora impulsados por la inflación. El Gobierno batalla sin éxito contra el precio de la carne al menos desde diciembre. En ese entonces, empezó a trabajar en un acuerdo con grandes frigoríficos para abastecer a supermercados a precios más bajos, algo que se anunció en enero. La semana pasada, el Ministerio de Desarrollo Productivo celebró la renovación y ampliación de ese convenio, que pasó a entregar, desde el miércoles, 8000 toneladas mensuales en vez de 6000 toneladas. El domingo, el Presidente criticó esa gestión como si fuera ajena a su equipo económico: "Tampoco celebro que a los argentinos les den una migaja de 8000 toneladas de carne cuando en Argentina se consumen 200.000 toneladas. No estoy de acuerdo con nada de esto", se quejó en C5N, recién llegado de Europa y con la inflación al tope de sus preocupaciones.
La gestión con los frigoríficos, se dijo, partió de la cartera que conduce Matías Kulfas y bajo la cual se encuentra la Secretaría de Comercio Interior de Paula Español, que negoció el entendimiento. Cerca del ministro de Agricultura, Luis Basterra, le atribuyen a la funcionaria vinculada al Instituto Patria una insistencia en distintas reuniones para cerrar exportaciones. "Si seguimos viendo este tipo de comportamientos especulativos, no nos va a temblar el pulso a la hora de cerrar las exportaciones de carnes", había declarado la funcionaria el 9 de abril. Pero la semana pasada celebró el acuerdo con los frigoríficos. Basterra no participó de la reunión con el consorcio ABC de grandes exportadores, se enteró por los medios y volvió a quedar descolocado al igual que en enero, cuando el Gobierno le pidió cerrar la exportación de maíz para negociar un acuerdo que, en los hechos, no ayudó a frenar los precios del alimento de pollos, cerdos y novillos.
Desarrollo Productivo informó el lunes por la noche el cierre temporario de las exportaciones. Enfatizó que la medida sería por 30 días o menos, si se implementan un conjunto de medidas para "ordenar el funcionamiento del sector, restringir prácticas especulativas, mejorar la trazabilidad de las exportaciones y evitar la evasión fiscal en el comercio interior". Algunas de ellas ya comenzaron a implementarse, como los mayores controles fiscales a los envíos al exterior para evitar subfacturaciones. Otras tienen un horizonte de meses, como el troceo en frigoríficos para terminar con la venta por media res.
Los representantes del sector exportador de carnes Mario Ravettino, Carlos Alberto Rusech, Gustavo Kahal y Martín Costantini manifestaron su descontento, dijo Fernández. Pero acercaron una propuesta: "Que solo puedan exportar los frigoríficos dedicados a la exportaciones. Terminar con los exportadores que exportan carne como si fueran camisas", relató el Presidente en Radio 10. Los exportadores de ocasión proliferaron por la mayor demanda china, que ahora también compra carne con hueso. La restricción de actores autorizados a exportar beneficiaría al consorcio ABC y generaría una baja de precios en Liniers, según esta visión: "Tenemos que poner orden en quienes exportan y tenemos que poner orden en el mercado de Liniers", dijo el mandatario.
El cierre de exportaciones queda a contramano de los intentos de Kulfas y del ministro de Economía, Martín Guzmán, de generar incentivos a sectores generadores de divisas. Entre ellos, los integrantes del Consejo Agroindustrial, que salieron este martes en masa a rechazar la medida. Para Guzmán, la inflación se combate a largo plazo con medidas que permitan estabilizar la economía sin ajustes que obturen el crecimiento y, para el corto plazo, existen medidas como los acuerdos de precios y salarios y las señales de mayor disciplina fiscal del Tesoro. Hasta anoche, la suspensión de envíos al exterior no estaba en su caja de herramientas, que tiene como objetivo primordial generar un mayor saldo exportable.
Una cita de Los tres kirchnerismos, el libro de Kulfas que resaltó al periodo de Néstor Kirchner y criticó con dureza la última presidencia de Cristina Fernández, enmarca la medida del Presidente y sus posibles consecuencias: "Las intervenciones en la industria, cuyos objetivos eran evitar la suba de precios, generaron problemas en el sector (estancamiento, cierre de frigoríficos y, peor aún, el precio de la carne siguió aumentando)". Completa el ministro en ese libro que, luego de las PASO de 2019, se leyó como una suerte de plataforma económica albertista: "El fracaso de una iniciativa concreta y particular muchas veces lleva a impugnar, de una manera general, ciertas políticas públicas de intervención".
Y, por si fuera poco, los gobernadores de Santa Fe y Córdoba salieron abiertamente a oponerse a la medida, que ataca a sus electorados. "Tropezar dos veces con la misma piedra. En esa frase se puede resumir la decisión del Gobierno Nacional de suspender las exportaciones de carne vacuna por un periodo de 30 días, con el argumento de controlar el precio", tuiteó el vicegobernador de Córdoba, Manuel Calvo. "En Santa Fe, la ganadería genera trabajo, inversiones y tiene un inmenso potencial. Los cambios en las reglas de juego, con soluciones que no funcionan, sólo perjudican el futuro de la actividad que tanto nos brinda a los santafesinos", dijo el gobernador Omar Perotti, que también había quedado descolocado cuando Alberto avanzó con la fallida estatización de Vicentin.