El exintendente de Morón Ramiro Tagliaferro quiere volver a subirse al ring electoral tras la derrota de 2019. Con el envión que el da el poder que construyó y aún mantiene en su territorio base, busca liderar la boleta seccional de Juntos por el Cambio en la Primera. Su objetivo huele a quimera frente al despliegue de Jorge Macri y Gustavo Posse, dos intendentes sobrevivienes a la ola peronista transformados en las espadas más importantes de la alianza opositora en la región metropolitana norte. Como sea, el exjefe comunal busca volver al Senado bonaerense, mientras delinea un plan para robustecer su armado moronense que le permita recuperar el sillón de mando en 2023.
Tagliaferro llegó a la intendencia de Morón en 2015. Su derrota -por tres puntos- en 2019 puso fin a las esperanzas de María Eugenia Vidal de retener, al menos, su pago chico. Y mientras la exmandataria estira su indefinición, él busca resurgir de las cenizas tras el golpe que le dio Lucas Ghi, el candidato que ungió Martín Sabbatella en acuerdo con Unidad Ciudadana, el Frente Renovador y otras fuerzas alineadas con el kirchnerismo. La mochila que carga Tagliaferro contiene, además de la derrota, las denuncias en su contra -fuego amigo incluido- por supuesta malversación de fondos públicos.
Mientras trabaja en la candidatura presidencial de Horacio Rodríguez Larreta, quien, según dijeron fuentes de su entorno a Letra P, le pidió que se prepare para volver a enfrentar a Ghi en 2023, trabaja en reforzar su armado local y posicionarse para disputar un lugar en la Cámara alta.
Su problema es que en ese distrito formado por 24 municipios las lapiceras las manejan los sobrevivientes mencionados. Miran desde arriba el intendente de Vicente López y presidente del PRO bonaerense y el sanisidrense, quien si logra imponerse a Maximiliano Abad en la disputa del domingo 21 por el control del Comité Provincia de la UCR se sentaría a la mesa de Cambiemos con renovadas pretensiones.
En Morón son conscientes de la quimera y sospechan que Macri buscará que la lista la lidere el senador Gabino Tapia, quien ya avisó que quiere competir por un nuevo mandato.
Pago chico
En simultáneo a su salto a la Legislatura, Tagliaferro prepara la tropa para la batalla local futura. Con el territorio organizado, disputar el control del municipio dentro de dos años será más sencillo. Y ya puso en marcha su estrategia.
El oficialismo domina el Concejo Deliberante. Hasta 2019, Juntos por el Cambio contaba con doce bancas, pero en medio de las definiciones electorales comenzaron los primeros portazos y el PRO quedó con siete representantes y juega en interbloque con un concejal radical. Por afuera quedaron cuatro monobloques.
A tres de los siete representantes del PRO se les vence el mandato este año. Según pudo saber este medio, la estrategia de Tagliaferro es adecuar su armado según la propuesta del sabbattellismo: si el oficialismo encabeza la lista con una mujer, el PRO llevará una mujer; si es un varón, Juntos por el Cambio presentará a un varón.
Entre la danza de nombres se destacan tres. A las edilas Natalín Faraverelli y Analía Zapulla se suma Romina Fusco, quien fue concejala entre 2015 y 2019 y actualmente es la secretaria de bloque. Suena, además, Claudio Faro, exsecretario de Desarrollo Social durante la gestión de Tafliaferro. Sin embargo, el macrismo apuesta al exsecretario de Seguridad Bernardo Magistocchi.
En la cocina PRO, evalúan que el exfuncionario no sólo tendría respaldo del votante PRO por su fidelidad con el armado, sino por su trabajo en materia de seguridad durante la gestión macrista. Creen que en las urnas contarían con el respaldo de la región norte de Morón, Castelar norte y Palomar.
El radicalismo y la Coalición Cívica son socios con menor peso electoral en el armado de Juntos por el Cambio en el distrito. En el equipo de Tagliaferro están convencidos de que, a la luz de la seguidilla de episodios de inseguridad en el distrito, le ganarán al oficialismo local e ingresarán entre seis y siete concejales. Proyectan ofrecerles a sus socios “lugares entrables” en la lista, a partir de la cuarta posición.