A partir de las 11 de la mañana, el Senado comenzó este jueves a cerrar todos sus accesos para garantizar que la jura de las 12 senadoras y los 12 senadores electos transcurriera blindada. Unos 45 minutos después, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner llegó al Palacio Legislativo por la explanada del subsuelo, el ingreso tapizado de granito que conduce directamente al corazón de la Cámara alta. Vestida con una musculosa crema, camisa de seda al tono, un grueso collar de oro y pantalones negros, la titular del Senado entró rodeada por seis de sus custodios.
Así llegó este jueves CFK al cuerpo que preside desde hace dos años para conducir el recinto en dos momentos claves. Desde las 12.22 condujo una sobria ceremonia de jura que no superó los 40 minutos de duración, pero poco después comenzó la última sesión con la composición actual, con un tercio del recinto a doce horas de concluir su mandato, y en el que confirmó la validez de 48 Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) firmados por el Ejecutivo entre 2020 y 2021. Es el mismo tiempo que le queda al bloque del Frente de Todos para contar con cuórum propio en la Cámara de las provincias. En ese mismo hemiciclo todavía resuenan los chispazos internos del radicalismo. El segundo socio de JxC transita la fractura de su bloque en Diputados, en una disputa feroz que en el Senado le costó una de las vicepresidencias a Martín Lousteau. Será reemplazado por la santafesina Carolina Losada, que llegará a ese puesto sin haber pasado antes por la Cámara alta. El senador porteño, en minoría, acompañó la designación de la periodista en la reunión de bloque pero subió la apuesta con una carta pública que echa más leña al fuego de la interna radical y que promete coletazos también puertas adentro de la bancada.
En el bloque oficialista, que conduce José Mayans, también hubo tironeos durante la semana pasada ante la posibilidad de la escisión de un grupo de senadores, como el entrerriano Edgardo Kueider, el jujeño Guillermo Snopek, el salteño Sergio Leavy y el correntino Carlos Espínola. El intento de crear un subbloque fue contenido y la bancada del FdT llegará unificada al momento de perder el cuórum propio. La sangre no llegó al río.
Antes del comienzo de la ceremonia, se pudo escuchar a la vicepresidenta en modo "micrófono abierto". "Ponen en orden alfabético. Me parece muy bien. Es que últimamente hay mucho estrellato, mucha pelea por cartel. Vanidades", lanzó CFK consciente de que sus palabras estaban retumbando en todo el recinto. Se refería al orden de aparición de las y los legisladores que estaban por jurar. Originalmente estaba previsto que el orden fuera por la letra inicial de cada provincia, pero el desarrollo se alteró seis senadores después del catamarqueño Guillermo Andrada, el primero en prestar juramento dentro de la lista de los representantes de las ocho provincias que este 14 de noviembre, eligieron senadores.
En un clima formal y extremadamente sobrio fueron subiendo los oriundos de Córdoba, La Pampa, Chubut, Corrientes, Santa Fe, Mendoza, Tucumán y Catamarca. Desde este viernes, tendrán seis años de mandato y concluirán sus funciones en 2027. Delante de ellos, en los palcos para invitados especiales estaban la ministra de Salud, Carla Vizzotti, su par de Interior, Eduardo de Pedro y un puñado de mandatarios provinciales, como el cordobés Juan Schiaretti, el santafesino Omar Perotti y el chubutense Mariano Arcioni.
A diferencia de las distintas expresiones que se escucharon en Diputados, la mayoría de las senadoras y senadores electos se limitaron a decir "Sí Juro". Sólo tres matizaron. La correntina Gabriela Valenzuela (JxC), que lo hizo "por los pueblos de Corrientes y por mi querido padre", el chubutense Ignacio Torres (JxC), que puso la mano sobre la biblia y juró "por el pueblo chubutense y por un verdadero país federal". El rosarino Marcelo Lewandowski (JxC) fue el tercero en usar una formula distinta. "Por la memoria de mi viejo", expresó.
Cada uno de los nuevos integrantes de la Cámara pudo asistir con sus familiares. Cuando concluyó la jura algunos volvieron a reencontrarse con sus seres queridos. La exdiputada y flamante senadora Alejandra Vigo fue una de las primeras en hablar con la prensa. En diálogo con Letra P, opinó que su fuerza tiene que "aprovechar el empate de debilidades y hay que generar los consensos, el peronismo en Córdoba ha podido consensuar con todos los sectores". Luego defendió la reforma del régimen de biocombustibles que presentó su bloque en Diputados.
"Esto es una política de Estado. De mínima, Córdoba tiene que tener el mismo tratamiento que la caña de azúcar. En ese sentido nos vamos a plantar porque somos un bloque de uno, pero ese uno puede convertirse en muchos", insistió la exdiputada que será un voto codiciado por los dos bloques más numerosos de la Cámara para la pelea por el cuórum, un desafío que deberá anudar el oficialismo sesión a sesión y que Juntos por el Cambio está obligado a intentar sumando voluntades provinciales. "Nosotros no tenemos jefe político en Buenos Aires, sino en Córdoba", dijo Vigo y tuvo que interrumpir el intercambio porque detrás suyo estaba Schiaretti. "¿Me puedo sacar el barbijo?", preguntó el mandatario antes de darle un beso a su esposa delante de los flashes.