-Si hay algo que aprendimos en relación a la pandemia es que hay que ir más que nada día a día. En los países que llevan unas semanas anticipadas a la epidemia, la situación es totalmente dispar: hay algunos que tuvieron un desborde del sistema de salud con un número muy importante de casos y asumían que habían tenido un número de infectados suficientes para no tener rebrotes y los están teniendo; hay otros que habían hecho el aislamiento muy precoz y habían controlado y ahora, cuando abrieron con mucha circulación, tuvieron una segunda ola más alta que la primera. En Argentina tuvimos una situación bastante diferente a casi todos los países: tenemos una curva que está en aumento sostenido, pero más lento, por lo que nunca desbordó el sistema de salud.
-¿Cómo explicaría ese proceso?
-Primero, se mantuvo bastante lento el crecimiento y, a partir de mayo, empezó a aumentar específicamente en el AMBA (Área Metropolitana de Buenos Aires) durante un tiempo sostenido, y después con el aumento de la circulación de personas y la migración interna se empieza a ver en varias provincias, así que es muy difícil pensar en un panorama con certezas en los próximos meses.
"El objetivo no es asustar sino informar. Ahí está el desafío."
-¿Se alcanzaron al menos algunos consensos básicos?
-Hay dos grandes ejes. Primero, el aumento de la circulación de personas en un virus nuevo para el que no hay vacuna y para el que no hay tratamiento con una transmisión de persona a persona tan alta, aumenta la transmisión viral. Y el otro foco es que, en el contexto del largo tiempo de la pandemia, tanto la situación económica como la situación social y emocional requieren ser contempladas y en este punto la opción que tenemos es el aumento de la circulación de personas con protocolos y recomendaciones. Es como un juego de ajedrez, entre la situación epidemiológica, las acciones de las jurisdicciones y la adherencia de la población a las recomendaciones. Esto va a hacer que podamos definir cómo estaremos dentro de los próximos meses.
-¿Hay un descenso en la percepción del riesgo?
-Lo venimos trabajando desde hace mucho tiempo. Cuando decimos que las vacunas son víctimas de su propio éxito, significa que cuando hay una enfermedad que genera un problema, se percibe el riesgo, se empieza a vacunar y desaparece ese problema. Entonces, indefectiblemente, empieza a disminuir la percepción del riesgo y disminuyen los cuidados. El cerebro genera pensamientos como “a mí no me va a pasar” o “no es tan importante” que, por supuesto, son mecanismos de defensa, nadie quiere infectarse ni transmitirle el virus a alguien que quiere. Pero esos mecanismos, en algún punto, pueden generar un riesgo.
"Tanto la situación económica como la situación social y emocional requieren ser contempladas. Es como un juego de ajedrez, entre la situación epidemiológica, las acciones de las jurisdicciones y la adherencia de la población a las recomendaciones."
-Además de la baja percepción del riesgo, hay grupos que militan en contra de las medidas de cuidados.
-Es un grupo muy pequeño que esgrime motivos diversos en contra del sistema, del capitalismo, dice que el virus no existe, que el problema es la cuarentena y no la pandemia, una serie de cosas muy poco sustentables. Lo que sí es muy notorio y lo que nos preocupa en ese contexto no es cambiar la posición de esas personas, porque lo que tenemos como experiencia es que no son permeables a recibir evidencia científica que los refute, sino que haya alguien que los escuche y que pueda dudar de la importancia de cuidarse y de cuidar.
-¿Qué se hace entonces?
-Es importante transmitir una información que no es agradable de escuchar y tiene que ver con que el 99% de los virus que circulan son coronavirus y que si alguien tiene síntomas de resfrío es más probable que tenga coronavirus, o que a medida que aumentan los casos es más posible que aumenten los fallecidos y que tampoco tenemos la certidumbre de que las personas jóvenes y sanas no puedan tener complicaciones, incluso fallecer o tener secuelas porque es un virus que no se conoce. El objetivo no es asustar sino informar. Ahí está el desafío.
-Además de este grupo, hay referentes de la oposición que convocan a marchas contra el Gobierno y la cuarentena.
-La fortaleza más grande que tenemos es el consenso sobre las medidas de cuidado, independientemente de los partidos políticos. En relación con la marcha del lunes pasado, lo que nosotros -y muchas personas que están en la gestión aunque sean de otro color político- decíamos es que el riesgo que se genera con la aglomeración de personas, más allá de que estén en un espacio abierto, en el contexto de pasar un tiempo prolongado y de una intensidad moderada-alta, gritando o sin tapabocas, es evitable, respetando la libertad de expresión y de manifestarse, pero propiciando alguna otra vía. Además, los motivos de la marcha eran muy diversos, no había una sola consigna, sino que pasaba desde que el virus no existe hasta la reforma judicial y en contra de la cuarentena. La presencia de líderes de la oposición, por supuesto, tiñe esa situación.
-¿Cómo es su participación en Mujeres Gobernando?
-En lo personal fue un crecimiento inmenso, porque siempre lo viví desde un lugar más empírico y no tan expreso y tan concreto, y el lugar que ocupo me ha generado un compromiso de género, desde lo diario y no sólo desde la responsabilidad de la gestión, sino por ser una mujer que está en ese rol. Además, es fundamental que en un gobierno haya un grupo de mujeres muy transversal, muy diverso y multidisciplinario, y con mucha seriedad en relación con el manejo de datos, gestión y estrategia. Eso impacta en todas las mujeres del país con la misma mirada y el mismo desafío.
Vizzotti participando en uno de los operativos Detectar.
-En el último tiempo hubo varias situaciones en las que estuvo en el ojo de la tormenta. La “broma” de Lanata sobre su aspecto físico; la payasa en el reporte matutino, las vacunas encontradas en un depósito. ¿Son casos aislados o son parte de la violencia política contra las mujeres y contra usted, en particular?
-Este lugar tan inesperadamente notorio fue una sorpresa para mí y es una gran responsabilidad. El tema de Lanata desencadenó una serie de reacciones del colectivo de mujeres porque representa un montón de cosas que nos pasan todos los días, fue muy impactante haber podido mostrar que eso es violencia y que no importa a quién se lo hagan, no nos tiene que pasar más. Lo que pasó con Vuelta Canela -la payasa- también fue muy impactante, porque lo pensamos desde un lugar muy serio: darle un lugar a niñas y niños en el Día de las Infancias, a quienes han tenido que hacer un esfuerzo enorme y a quienes nunca habíamos nombrado, ni nos habíamos dirigido específicamente, con una artista disfrazada de payasa que expresó un mensaje muy serio sobre el derecho de los niños y las niñas, y estimular el juego es algo muy serio también. Podemos discutir si era el momento, si nos gusta o no nos gusta, pero no de la forma, ni con la violencia, ni con la falta de argumentos que se realizó.
-¿Se imagina candidata en las próximas elecciones o en 2023?
-No. No puedo ver mucho más adelante en la pandemia, mucho menos para cualquier otra cosa. Así que no, no, no.
-También fue señalada por las vacunas encontradas en un depósito fueron compradas bajo su gestión, durante el gobierno de Mauricio Macri.
-Si. Tengo la obligación de dar las explicaciones: el pedido de vacunas en septiembre de 2016 no lo hice yo. Hice el pedido de las vacunas con el mismo número de dosis que todos los años y hubo un pedido extra posterior y eso lo saben todos los que estaban en la gestión en ese momento. Por lo tanto, decir eso es faltar a la verdad y, en un contexto donde la eficiencia de la gestión pública en salud en general, y en el programa de vacunación en particular, ha sido tan sub óptima, lo mínimo es, por lo menos, no seguir faltando a la verdad.
-Usted, Vilma Ibarra y la ministra Elizabeth Gómez Alcorta se reunieron con integrantes de la Campaña por el Derecho al Aborto legal, Seguro y Gratuito para conversar sobre la presentación del proyecto. ¿Cómo fue esa reunión?
-Lo que se planteó claramente es que la presentación del proyecto de interrupción voluntaria del embarazo sigue estando en agenda para el Ejecutivo y que se presentará cuando estén dadas las condiciones.
-¿Se imagina candidata en alguna lista en las próximas elecciones o en las de 2023?
-No. Estoy siete por 24 pensando en la emergencia sanitaria y me cuesta mucho pensar en qué va a pasar ahora, que estamos con la situación epidemiológica para ver la próxima etapa, trabajando con las provincias. No puedo ver mucho más adelante en la pandemia, mucho menos para cualquier otra cosa. Así que no, no, no.