Para convertirse en un partido “fuerte”, el movimiento evangélico apuesta a no ser confesional, trabajar en red con legisladores de diversos puntos del continente, aliarse con sectores católicos, militar en merenderos y cárceles y contener a un elector “conservador popular”. Esas son las gruesas definiciones que le dieron a Letra P los referentes de Una Nueva Oportunidad (UNO), el espacio de derecha “no tan extrema” que lanzaron los pastores para competir en las elecciones de 2021.
Como reveló Letra P, los evangélicos se organizaron y se acercan al PRO. No tienen nada cerrado con los amarillos, aunque arrancaron una ronda de encuentros con la presidenta del macrismo, Patricia Bullrich. Pero detrás de una construcción de coaliciones a corto plazo, los líderes de UNO se plantean una “mirada a largo plazo”.
Los pastores no descartan jugarse un pleno en las legislativas 2021 y apuestan primero a las disputas provinciales en pos de un armado federal. Es decir, competir fuerte por cargos legislativos provinciales, presidencias comunales y concejalías. A Bullrich, en el caso de que estampen un abrazo, le pueden aportar “estructura y militancia”, dicen.
¿Dónde está la militancia de UNO? El objetivo es armar un partido “no confesional, no evangélico”. Y en ese camino, a partir del debate por la legalización del aborto, los pastores cerraron filas con un núcleo católico duro. Los une lo que llaman “defensa de la vida y la familia”. En Santa Fe, por ejemplo, el bloque de diputados “Somos vida y familia” es integrado por evangelistas y católicos.
A su vez, trabajan en red con políticos evangelistas de Brasil, Chile, Uruguay, Colombia, México e incluso Estados Unidos. Dicen no creer en líderes religiosos, pero se apegan al desarrollo de una “agenda global” que descule primero el leitmotiv de la “defensa de la vida y la familia”. Antes de la pandemia, a través de congresos, y ahora, mediante reuniones por Zoom, los referentes evangélicos de América mantienen contacto para compartir y replicar experiencias.
Enfocados en el “crecimiento territorial”, la tarea de los pastores hacia adentro de la Argentina pasa por formar y contener a la militancia, y a los cimientos sumarle contenidos de fondo. Es decir, “la defensa de la vida” es el punto de partida para abordar otras agendas.
En ese marco, UNO se concentra en el armado de una “gran mesa redonda”, en la que cada líder provincial organice su territorio, aunque –afirman– “sin figuras verticalistas”. “No nos interesan los grandes líderes religiosos, no suma a la construcción política”, revela a Letra P uno de los referentes del espacio. El templo, los templos, son lugares de formación y el lugar físico para los y las militantes son los merenderos, los comedores y las cárceles.
Muchos de los referentes de UNO dicen tener una base de formación peronista, pero muy lejana al actual Frente de Todos. Afirman que tienen llegada a un electorado que definen como “conservador popular” que es, fundamentalmente, de raíz peronista. Y que trabajan en la conformación de un partido propio porque las dos grandes coaliciones, el Frente de Todos y Juntos por el Cambio, no contienen cien por ciento a sus adeptos. “En 2019 no participamos directamente y nuestra gente tenía desconcierto”, dice un pastor a Letra P.