NUEVO CICLO | LA DEUDA

Acuerdo o default: el impacto de uno y otro en dólar, inflación y pospandemia

¿La crisis global atemperaría las consecuencias del escenario negativo? Recuerdos (distorsionados) de 2001. Un acelerador de riesgos. ¿El crédito puede esperar?

La negociación de la deuda emitida bajo legislación extranjera es el gran tema económico de la hora, en momentos en que ya queda muy cerca el plazo del viernes 22 establecido, en principio, para su culminación. En medio de las dificultades para que el Gobierno y los fondos que detentan la mayor parte del paquete de bonos en riesgo de cesación de pagos lleguen a un entendimiento, surgen voces que indican que un default en plena pandemia no resultaría tan dañino para la economía nacional como uno producido en tiempos normales; otras, en tanto, describen esa posibilidad como un apocalipsis, independientemente de las condiciones actuales del mercado internacional. Entonces, ¿qué hay que esperar?

 

¿AHORA O NUNCA? Dado lo apretado del calendario previsto (ya extendido, porque inicialmente vencía el último viernes 8) y lo mucho que resta por discutir, se habla en estas horas de la posibilidad de que el país ingrese en un default transitorio, que resulte resuelto rápidamente, o que las partes establezcan un standstill, esto es una extensión pactada de las discusiones.

 

“Acordar un standstill implicaría que los acreedores se comprometen a seguir negociando sin ejercer ninguna acción legal que implique una activación del proceso de aceleración de los pagos que podría provocar la declaración del default. Dicho esto, conviene recordar que, tal como vienen sosteniendo las autoridades económicas, evitar el default con condiciones de sostenibilidad en los flujos futuros es la mejor opción para nuestra economía”, le dijo a Letra P el economista Gustavo Reija.

 

 

Para el ministro de Economía, Martín Guzmán, un arreglo rápido sería la mejor opción, pero si eso no fuera posible, el standstill sería la peor, dado que implicaría esperar una mejora de las condiciones del mercado financiero internacional que fortalecería la postura de los acreedores.

 

LO URGENTE: DESCOMPRIMIR EL DÓLAR. “En el corto plazo, un acuerdo por la deuda reduciría la presión en el mercado cambiario porque achicaría muy significativamente las necesidades financieras en dólares. Para ponerlo en números: los pagos de deuda emitida bajo ley extranjera, excluyendo los organismos Internacionales, suman casi 20 mil millones de dólares de acá a 2022. Obviamente Argentina no tiene los recursos para enfrentarlos y esa es la razón por la que el Gobierno insiste con reestructurar sus pasivos”, le dijo Lucía Pezzarini, analista de Ecolatina, a Letra P.

 

“La brecha entre el dólar oficial y las cotizaciones paralelas, que superó el 100% la semana pasada, es el síntoma de que todavía hay mucha incertidumbre respecto de cuál va a ser el desenlace”, destacó.

 

En el mismo sendero, Reija explicó que “una clara desventaja del default es que intensificaría la presión sobre el mercado de cambio, impactando de lleno en el valor del dólar blue, aumentando la brecha, impactando en un traslado a precios y generando expectativas de una mayor devaluación del tipo de cambio oficial”.

 

 

Fuente: Rava Bursátil.

 

EL FANTASMA DE LA INFLACIÓN. Para Lucía Pezzarini, “quitarle presión al dólar significa quitarle presión a la suba de precios y, por supuesto, reducir el nivel de incertidumbre de todos los agentes. Ambos factores son condición necesaria para que el consumo y la inversión, que vienen muy rezagados, comiencen a recuperarse”.

 

“El costo de todo esto sería mayor inflación, una recomposición más lenta del poder adquisitivo, postergación de inversiones y, en resumen, una demora de la recuperación de la actividad”, completó la idea.

 

Para Reija, “en caso de default, es previsible una caída adicional en la demanda de dinero que, algo que, en medio de la expansión monetaria requerida para financiar el aumento de los gastos en concepto de planes de apoyo económico, se tornaría muy peligroso por sus consecuencias sobre los precios”.

 


 

 

EL ACCESO AL CRÉDITO: ¿SUEÑO O REALIDAD? De acuerdo con Reija, “las ventajas de evitar el default pasan por mantener la posibilidad de acceso a los mercados de financiamiento internacional, en principio para el Estado, pero, tal vez más importante, para el sector privado. En medio de la crisis por la pandemia, que en el caso argentino se sumó a la debilidad económica preexistente, salir sin financiamiento sería muy complejo y agravaría la situación de los sectores mas débiles, básicamente las pymes y trabajadores”.

 

Pezzarini suma un elemento: “el regreso del financiamiento es otra de las ventajas de acordar, aunque esto quizás recién pueda lograrse en un horizonte mayor”.

 

De cualquier manera, coincidió, eso “resultaría sumamente importante si se tiene en cuenta que la salida de la pandemia demandará muchos recursos para volver a poner en marcha a la economía”.

 

“En tanto la condición de país en default no se resuelva, el acceso al financiamiento, tanto para el sector público como para el sector privado, estará muy restringido”, añadió.

 

En síntesis, acordar no implicaría un seguro de retorno inmediato al mercado internacional, pero sí removería el principal obstáculo para poder hacerlo en el mediano plazo.

 

 

“El regreso del financiamiento es otra de las ventajas de acordar, aunque esto quizás recién pueda lograrse en un horizonte mayor”, dijo Lucía Pezzarini.

 

 

DE 2001 A 2021.“Entre los analistas hay quien minimiza las consecuencias negativas del default. Sostienen que en la crisis 2001 el país estuvo, durante años, en esa condición y, sin embargo, el crecimiento económico fue sostenido. Lo que no toman en cuenta son las condiciones radicalmente distintas del escenario nacional e internacional. Hoy estamos en un mundo distinto y no están dadas las condiciones como para obtener ventajas de una cesación de pagos”, estimó Reija.

 

Aunque sin mencionarlo, el economista pareció aludir a parte de la fundamentación oficial respecto de qué gastos e inversiones sería posible solventar con el dinero que no se deba volcar al pago de deudas.

 

“Disponer de un ‘ahorro’ por no pagar la deuda no es lo mismo en un contexto de default o de acuerdo. Si es con default, cualquier presunta ventaja se licuaría rápidamente, por todo lo señalado. En cambio, si el país accediera al alivio financiero con un acuerdo, la salida de la crisis sería más rápida y el potencial de mejora de la situación de los sectores más desprotegidos, mucho mayor”, cerró.

 

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