En medio de presiones de los Estados miembros del Mercosur y de advertencias sobre eventuales perjuicios para el país, el Gobierno dio marcha atrás en su decisión de retirarse de las negociaciones de libre comercio que el bloque llevaba adelante con Corea del Sur y otros países, aunque avanzará a un ritmo más lento.
Esto revierte lo decidido el viernes 24, cuando anunció que se apartaría “de las tratativas hacia acuerdos de libre comercio con Corea del Sur, Singapur, Líbano, Canadá y la India, entre otros”, aunque mantendría los compromisos asumidos con la Unión Europea y la EFTA (European Free Trade Agreement, compuesta por Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza).
La preocupación principal del Gobierno era el avance del diálogo con Seúl, que se proyectaba para su culminación antes de fin de año y que, entendía, resultaría perjudicial para la industria nacional.
El gobierno coreano, de hecho, protestó por la retirada de la Argentina y manifestó su intención de acordar con la totalidad del Mercosur y no solo con tres de sus miembros activos.
Inicialmente Brasil, Paraguay y Uruguay habían reaccionado con conformidad a la decisión nacional de apartarse, por entender que la misma quitaría del medio un escollo y les permitiría avanzar a un ritmo más acelerado. Sin embargo, eso dependía de una revisión de la normativa del bloque, que en su decisión del Consejo del Mercado Común 32/2000 consagra en su artículo 1º “el compromiso de los Estados partes del Mercosur de negociar en forma conjunta acuerdos de naturaleza comercial con terceros países o agrupaciones de países extrazona en los cuales se otorguen preferencias arancelarias”.
El paso al costado del Gobierno suponía también complicaciones para sus propios objetivos económicos, ya que un acuerdo de sus socios con otros países les quitaría la actual reserva de mercado a sus empresas exportadoras sin tener la posibilidad de atemperar la tendencia mediante la negociación de plazos y salvaguardas.
En medio de este ambiente, tras la videoconferencia de este jueves de los de coordinadores nacionales del Mercosur, el canciller Felipe Solá decidió volver sobre sus pasos.
En su comunicado, el Palacio San Martín señaló que “en la mañana de hoy se desarrolló una reunión de Coordinadores Nacionales del Mercosur por videoconferencia. En la ocasión, la Argentina ratificó lo expresado en la videoconferencia del 24 de abril respecto de la necesidad de avanzar en la búsqueda de soluciones conjuntas que permitan a los países del bloque avanzar a ritmos diferenciados en la agenda de relacionamiento externo, teniendo en cuenta la situación económica interna de la Argentina y el marco internacional”.
La postura es, como se dijo, en los hechos diferente a la anunciada hace casi una semana.
“Los socios acordaron que el martes 5 de mayo se iniciará un intercambio de documentos para encontrar el mejor mecanismo que tenga en cuenta los intereses de cada país en las negociaciones externas, a sabiendas de que la mejor solución siempre será el resultado del acuerdo de todos los miembros. Asimismo, establecieron el jueves 7 de mayo como fecha para realizar la próxima reunión de coordinadores nacionales”, continuó.
“La Argentina reafirmó al Mercosur como mecanismo sustantivo de integración regional y planteó la necesidad de continuar profundizando la agenda interna del bloque en el entendido de que esta cuestión, desatendida en los últimos años, es clave para el desarrollo de la competitividad de nuestros países y la proyección internacional”, dijo el comunicado.