Las tensiones políticas crecen a la par de la crisis sanitaria en Mar del Plata. La polémica se disparó el fin de semana con el audio filtrado del intendente Guillermo Montenegro (PRO) acusando al gobierno de Axel Kicillof de “inventar números” de muertes por covid en un contexto donde el macrista exhibía su “calentura” ante el traslado desde el Hospital Interzonal local de un paciente a Capital por una supuesta falta de camas de terapia que la comuna desmintió. Luego, en formato video, vinieron las disculpas del jefe comunal por el “par de exabruptos”.
Pero los chispazos siguieron con comunicados como los del bloque de Juntos por el Cambio (JxC) en el Senado bonaerense, que denunció “la falta de coordinación en materia sanitaria por parte de la Provincia", a la que acusó de decidir el traslado del paciente “sin comunicárselo a las autoridades municipales marplatenses".
En declaraciones a La Capital, el ministro de Salud bonaerense, Daniel Gollan, remarcó que “no hubo ninguna intencionalidad” y ratificó que lo comunicado por el traslado en cuestión se dio por faltante de camas con respirador en ese momento. En la comuna, fuentes consultadas por Letra P insisten en que, de haberse consultado al municipio, el asunto se hubiera resuelto en la ciudad balnearia. Pero prefirieron no estirar la polémica en este punto y centrarse en otro foco de tensión con la Provincia: el sistema de fases.
En Mar del Plata vienen insistiendo ante Kicillof por hacerse del tablero de control en lo que a habilitaciones de actividades refiere. Y, ante los recientes números revelados por el Indec, que ponen a Mar del Plata a la cabeza del ranking de desocupación (con el 26% de parados), en el oficialismo marplatense se eleva el tono de esa petición.
“Seguimos esperando que la provincia entienda que las aperturas no se puede definir desde La Plata. Es necesario sentarnos todos en una mesa y establecer qué es lo más conveniente”, sostuvo al portal 0223 el coordinador de Gabinete, Alejandro Rabinovich, al insistir con “una fase para Mar del Plata” que contemple lo sanitario para las actividades más críticas del distrito.
En esa línea fue la concejala oficialista Cristina Coria, quien en diálogo con Letra P expresó: “Desde hace un tiempo venimos explicando y tratando de que el Gobierno provincial entienda que el sistema de fases no nos contempla. Mar del Plata tiene situaciones muy particulares que no están siendo atendidas y que hace que tengamos una situación económica por demás complicada”.
Así, la edil radical ahondó: “Uno puede entender las restricciones a las actividades cuando tienen un claro fundamento sanitario, pero cuando dejan de tenerlo ya no se entiende”. Tras ejemplificar con actividades con la construcción y el transporte, Coria señaló que se propusieron protocolos para la reactivación de una serie de actividades pero que no fueron contemplados.
“Cuando se daña la economía sin un fundamento sanitario, muchos pensamos que esto no está siendo bien pensado o no están queriendo que la ciudad salga adelante, una ciudad que tiene un altísimo nivel de desempleo, único en su historia, y un altísimo nivel de pobreza por lo que necesita que sus principales sectores estén en funcionamiento”, enfatizó la concejala, para puntualizar: “Esperemos que pronto se deje de lado un sistema de fases que ya no tiene mayor fundamento y que se permita a los municipios que puedan avanzar sobre los permisos, ya que nadie mejor que el propio intendente, su equipo y los concejales para saber qué cosas se pueden hacer sin poner en riesgo la salud de la población”.
Por el lado de la oposición local, el concejal del Frente Renovador Ariel Ciano observó que la situación no se resuelve solo con las reaperturas: “Tiene que haber una cuestión mucho más integral y no pensar solamente en reapertura, sino en asistencia financiera, porque más allá de que algunas actividades puedan reabrir, la solución no pasa solo por allí”, expresó en diálogo con Letra P.
Ciano consideró que en la ciudad “la situación es crítica”, no solo en materia sanitaria sino también en lo laboral. Ante eso, buscó bajarle el tono a las tensiones políticas: “No es momento de disputas políticas altisonantes sino que, más allá de los matices, hay que sentarse en una mesa, como puede ser el Consejo Económico y Social que estamos proponiendo”.
Más allá de esto, el edil renovador señaló sobre la articulación con el municipio: “Nos gustaría desde la oposición local que se tengan en cuenta más las propuestas que presentamos. Somos una oposición que propone, no una que rechaza. En ese sentido, hicimos varias propuestas que aún no han prosperado, por ejemplo, una eximición de tasas para aquellos sectores que facturaron cero. Desde ese lugar, el Estado municipal puede colaborar”.
Pero mientras oficialismo y oposición surfean tensiones en el mar picado de la política marplatense, desde otros rincones aparecen voces que se suman a un clima denso en torno al manejo de la pandemia desde La Feliz.
En ese lote, aparece el intendente de Villa Gesell, Gustavo Barrera (FdT), quien en declaraciones a radio Provincia este lunes observó “con gran preocupación lo que ocurre en Mar del Plata, donde el virus no conoce límites y cuando eso ocurre en una zona, termina perjudicando al resto de los municipios”. Ante eso, apuntó directo a Montenegro: “Tiene que aplicar las normas y decretos para evitar que la gente se contagie y se muera”.
Por otro lado, las críticas también se recrudecen desde el ala gremial, donde consideran que no se registra un crecimiento de la inversión en la atención sanitaria por parte del municipio. Bajo ese plafón, advirtieron en las últimas horas desde la regional Mar y Sierras de la CTA de los Trabajadores: “Siendo las aperturas necesarias para poder revertir la delicada situación económica y social, sería un salto al vacío que esto se esté produciendo sin el debido soporte asistencial que las autoridades tienen la obligación de garantizar. Si el poder político no redobla el esfuerzo para cuidarnos, el poder político será responsable de las consecuencias”.