

Eran casi las cuatro de la tarde del martes y todas las miradas estaban puestas en la conferencia de prensa anunciada por Sergio Massa para definir su futuro político. Minutos antes de que el tigrense confirmara el esperado acuerdo entre el Frente Renovador y el peronismo kirchnerista, en Twitter comenzaba a ser trending topic el nombre de Miguel Pichetto. Finalmente, y después de confirmarse la primicia en algunos medios, Mauricio Macri oficializó en un tuit que su compañero de fórmula sería el dirigente peronista. La noticia, además de ocupar un lugar preponderante en absolutamente todos los medios, reconfiguró definitivamente el escenario político-electoral argentino.
CAMBIEMOS RETOMÓ LA INICIATIVA. Al anuncio de la fórmula Fernández - Fernández se sumaron las victorias de la oposición en nueve de las diez elecciones provinciales que se disputaron. A partir de esto, el peronismo comenzó a encolumnarse detrás de la candidatura de Alberto Fernández en un gran frente opositor, mientras que el oficialismo parecía haber entrado en un laberinto del que no lograba salir. Sin embargo, el anuncio Macri-Pichetto logró darle al Gobierno el empujón que necesitaba para volver a mostrarse competitivo de cara a octubre.
LA LUCHA POR LA AGENDA. Si entendemos que la comunicación política es el intento de control de la agenda pública, podemos afirmar que la candidatura de Pichetto fue un anuncio extremadamente poderoso. Massa, que pensaba ser la estrella de la tarde y aspiraba a convertirse en sinónimo de coalición opositora, quedó desdibujado ante la ampliación de Cambiemos. En términos de noticiabilidad, la incorporación de un peronista a la fórmula oficialista contiene elementos de mayor espectacularidad que el esperable reencuentro entre el massismo y el kirchnerismo.
DOS MARCOS DISCURSIVOS. Mientras que el kirchnerismo continuará basando su campaña en el “fracaso económico macrista”, el espacio oficialista profundizará su discurso con una contraposición entre “un futuro republicano y democrático versus un pasado autoritario y populista”. La grieta está más profunda que nunca.
SIN LUGAR PARA UN TERCER ESPACIO. La ampliación de Cambiemos (ahora “Juntos por el Cambio”) terminó de dinamitar la idea de un tercer espacio alternativo competitivo. Si bien Juan Manuel Urtubey y Roberto Lavagna confirmaron que continúan con la idea de ser precandidatos, este anuncio acotó aún más sus márgenes de acción. A mayor polarización, menor lugar para un tercer espacio.
DE LA DERROTA A LA GOBERNABILIDAD. El Gobierno no solo logró volver a subirse al ring, sino que pudo posicionar el tema de la gobernabilidad como un punto central de su campaña. La figura de Pichetto le dio una bocanada de aire fresco al oficialismo, que no solo podrá dejar atrás la discusión de “Macri sí - Macri no”, sino que ahora también puede mostrar fortaleza para afrontar un segundo mandato. Además, la buena relación del rionegrino con los gobernadores y su gran experiencia en el Congreso hacen ver como posibles las reformas tributaria, fiscal y jubilatoria que Macri no pudo concretar en sus primeros cuatro años por la falta de consensos.
GUIÑO A LOS GOBERNADORES. Si bien es cierto que gran parte de los líderes provinciales dará su apoyo explícito a la fórmula kirchnerista, no podemos obviar que muchos de ellos se sentirían cómodos con un aliado como Pichetto dentro del gobierno. Aunque muchos gobernadores no lo digan, desde que asumió Macri las cuentas provinciales se encuentran empíricamente mejor; incluso cerraron el ejercicio fiscal 2018 con un superávit primario equivalente al 0,4% del PBI. El ahora candidato a vicepresidente viene a ofrecer garantía de que esto continúe.
GANÓ LA ROSCA, ¿PERDIÓ EL PURISMO? “Reivindico la rosca”, dijo Emilio Monzó tras ser reelecto como presidente de la Cámara de Diputados. En este caso, podríamos decir que finalmente ganó la rosca y es probable que también gane la UCR, que pese a no tener un espacio en la fórmula será compensada con importantes lugares en las listas y con cargos en un posible futuro gabinete. Por otro lado, ¿qué habrá pasado con la postura del dúo Marcos Peña-Jaime Durán Barba sobre no ampliar el espacio a otros sectores que hayan participado del gobierno kirchnerista? Como buenos comunicadores, ambos entienden que el contexto siempre ordena a la comunicación; y está claro que el contexto de hoy es muy diferente al de 2015.
PRIMERO LOS HOMBRES. En un sistema de partidos tan roto como el argentino, queda demostrado que los sellos partidarios terminan siendo vehículos cuasi descartables para que los líderes lleguen al poder. El pragmatismo pesa más que cualquier agrupación política.