ELECCIONES 2019 | PERONISMO

Massa, CFK y una partida de desconfiados con todas las opciones abiertas

El congreso del massismo fijó como prioridad derrotar a Macri y habilitó a su líder a iniciar conversaciones para lograr la unidad opositora. Las variantes en danza. Optimismo en el Patria.

 

El congreso del Frente Renovador no solo le dio a Massa una autorización para “realizar las gestiones y acuerdos que sean necesarios y oportunos para construir una coalición opositora que pueda ganarle a Macri y ser alternativa de gobierno”, tal como que quedó plasmado en el documento final del cónclave. El tigrense cree que el volumen de dirigentes propios que mostró en el encuentro, sus discursos y su dinámica, son fortalezas del espacio que podrá mostrar a la hora de sentarse a negociar. 

 

“Hay una valorización de la organización que tenemos, salió todo impecable. Y quedó claro que Sergio es el mejor cuadro político”, celebraron en la mesa chica massista, donde ya se preparan para avanzar en las negociaciones. Las opciones a conversar “son todas”: desde una PASO presidencial entre Massa y Alberto Fernández con diferentes candidatos a gobernador en la provincia de Buenos Aires, negociaciones para llevar una misma boleta, posibilidades de presentar candidatos propios en todas las categorías, el armado de listas legislativas conjuntas o, incluso, una primaria que contemple a otros actores de Alternativa Federal.

 

 

“Todavía falta mucho, esto recién empieza. Están todas las posibilidades sobre la mesa y faltan 20 días”, le dijo a Letra P un dirigente de confianza del líder del Frente Renovador, que destacó la importancia de que el espacio vaya a las negociaciones con la idea de “mantener su identidad”, construida desde el exilio kirchnerista, por audacia de Massa, y no bajo su sombra. 

 

En esas características del espacio hizo hincapié Massa en el cierre del cónclave. “Estoy muy orgulloso de este congreso y del Frente Renovador. Mientras otros eligen a dedo sin escuchar a sus compañeros nosotros elegimos democracia”, dijo el tigrense en un tiro por elevación al kirchnerismo. Sentada en la primera fila lo aplaudía Graciela Camaño, su mano derecha, su mentora política y la dirigente del espacio que más se opuso internamente al avance de las negociaciones con el kirchnerismo.

 

Desde la mañana, circulaba el rumor de que la jefa del bloque massista pegaría al faltazo al cónclave, supuestamente molesta por el contenido del documento final, que abría la puerta a las conversaciones con Cristina Fernández de Kirchner. Camaño jugó al suspenso y dejó su silla vacía durante varias horas en Parque Norte pero llegó poco antes de las 15, se sentó entre Massa y Diego Bossio y le dio al tigrense un respaldo superlativo. “El Frente Renovador, que en 2012 plantó bandera, nos dio la libertad de poder decidir. Y yo no dudo de que cuando decidas no vas a decidir lo mejor para nosotros, vas a decidir lo mejor para la Patria”, dijo, como una suerte de bendición final que hizo emocionar al líder del Frente Renovador y a su esposa, la dirigente Malena Galmarini

 

 

 

Antes había dejado claro su descontento, compartido por varios dirigentes del Frente Renovador, que sin embargo pusieron la necesidad de vencer a Cambiemos como objetivo primordial. “Macri y su pésimo gobierno es el emergente de algo. Alguien se equivocó antes para que este energúmeno venga a gobernar el país”, había disparado Camaño. “Graciela es una dirigente brillante y no deja de tener razón, pero no podemos seguir mirando por el espejo retrovisor. Hay que mirar para adelante”, le dijo a Letra P el senador provincial Jorge D´Onofrio, uno de los más entusiasmados con la idea de cerrar un acuerdo con el kirchnerismo.

 

Empujado por su propio partido, que ratificó su liderazgo, el propio Massa se encargó de abrir todas las puertas, al hablar sobre la necesidad de construir “una nueva mayoría” para ganar, que no tenga como eje la disputa por los cargos. “La fórmula no son solo nombres, la fórmula es construir una coalición opositora amplia, plural y federal. Juntos vamos a terminar con este Gobierno de pocos y para pocos y vamos a formar un gobierno que de una vez por todas gobierne para todos”, dijo el líder del Frente Renovador.

 

 

Massa junto a Camaño y Bossio, uno de los que negocia en nombre del espacio. (Foto: AGLP)

 

 

En el amplísimo abanico de posibilidades, Massa hasta incluyó una en la que desiste de cualquier postulación. “No necesito un cargo público para expresar mis ideas ni para vivir. Busco representar un proyecto de país”, dijo, tras señalar que “Argentina no soporta otros cuatro años así”. 

 

El discurso fue música para los oídos del kirchnerismo, que desde hace meses espera señales públicas de las conversaciones que mantiene en privado con Massa. Ante la consulta de Letra P, en el Instituto Patria celebraron las palabras del líder del Frente Renovador y se mostraron “abiertos a construir un espacio que permita cambiar el modelo” a partir del 10 de diciembre.

 

Las opciones se multiplicaron rápidamente. Antes de la celebración del congreso renovador, Alberto Fernández había dado por cerrada la fórmula presidencial pero había abierto las puertas a la negociación de la boleta de la provincia de Buenos Aires, que hasta ahora ocuparían Axel Kicillof y Verónica Magario. Si las conversaciones prosperaran, la fórmula podría modificarse, admiten en el kirchnerismo. 

 

 

 

“El año pasado nos fuimos del Frente Renovador con varios diputados porque ponían a Cristina como límite y nosotros entendíamos que el único límite era Macri. Celebro de corazón si están verdaderamente dispuestos a ampliar. Vamos a la unidad”, celebró Felipe Solá en su cuenta de Twitter. Los discursos ya trazaron el camino. Ahora llegó el tiempo de la negociación política.  

 

Las posibilidades están sobre la mesa y las conversaciones entre ambos espacios, que llevan desde hace meses el propio Massa y los diputados Raúl Pérez y Bossio, por el lado del Frente Renovador, con Eduardo “Wado” de Pedro, Máximo Kirchner y Alberto Fernández se multiplicarán en los próximos días, ya con canales habilitados formalmente y discusiones concretas. El broche final, dicen en la mesa chica massista, debería ponerlo una reunión entre Massa y la propia Cristina.

 

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