Elecciones 2019. Buenos Aires

Parió la abuela: Ramos Padilla, el mejor rankeado para juez electoral

Es el magistrado federal que investiga a Stornelli, el fiscal de los cuadernos, causa clave para la campaña de Macri por la reelección. Los fallos por los que el Gobierno lo identifica como K.

Por Martín Soler

 

A cinco meses de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) en la provincia de Buenos Aires, todavía no está definido quién se hará cargo de la validación de las listas, las inscripciones de alianzas y el control de las elecciones en el distrito de mayor peso del mapa nacional electoral. El tema cobra mayor relevancia si se tiene en cuenta que el magistrado que figura al tope del orden de mérito provisorio para ocupar el cargo es Alejo Ramos Padilla, el juez federal de Dolores que llamó a indagatoria al fiscal Carlos Stornelli y complicó el plan del Gobierno de exprimirle todo el jugo posible a la causa de los cuadernos K.

 

El hueco está en el Juzgado Federal N°1 con competencia electoral, casillero sin cubrir oficialmente desde la muerte de Manuel Blanco. Ese lugar fue ocupado, provisoriamente, primero por María Romilda Servini y luego, por el macrista Juan Manuel Culotta, quien controló las legislativas de 2017 pero, por diferencias salariales, dejó el cargo y volvió a su despacho oficial en la localidad bonaerense de Tres de Febrero.

 

Luego de los exámenes rendidos para acceder al cargo, el juez Ramos Padilla quedó en el primer puesto del orden de mérito provisorio que debe ser resuelto en el seno del Consejo de la Magistratura; es allí donde los pergaminos académicos se tornan difusos para darle paso a “la rosca”.

 

 

Contar con el apoyo político del Gobierno es -casi- tener el camino allanado para calzarse la toga. Pero, en el caso de Ramos Padilla, esa situación no será tal. Se trata del magistrado que impulsa una causa en la que aparece salpicado Stornelli, uno de los fiscales preferidos en Balcarce 50 debido a su persecución penal a varios ex funcionarios kirchneristas.

 

En el marco del expediente que instruye Ramos Padilla fue detenido el operador judicial y falso abogado Marcelo D’Alessio. El magistrado citó a Stornelli para el 7 de marzo para indagarlo por supuesta extorsión y cobro de coimas al empresario Pedro Etchebest, pero el fiscal faltó a la cita judicial. Según la denuncia, D'Alessio, tras invocar el nombre de Storenlli, le habría pedido 500 mil dólares al productor agropecuario Etchebest a cambio de que no se investigara su presunta participación en delitos mencionados por el arrepentido ex presidente de la ONCA Juan Manuel Campillo.

 

Además, se investiga una presunta red de espionaje ilegal, con servicios de inteligencias oficiales y paraestatales, argentinos y extranjeros, que se dedicaban a -según sospechan los investigadores- conseguir falsos testigos arrepentidos, extorsionar empresarios y perseguir a políticos opositores, con el peronismo como blanco preferido.

 

 

 

Las copias de toda la causa fueron remitidas al senador radical Juan Carlos Marino, titular de la Comisión Bicameral Permanente de Fiscalización de los Organismos y Actividades de Inteligencia, para que la documentación sea analizada en la cámara alta nacional.

 

El juez, que también investiga el espionaje ilegal vinculado a la causa de las fotocopias de los cuadernos, expondrá ante la Comisión de Libertad de Expresión este miércoles 13 de marzo.

 

Ramos Padilla es hijo del camarista radical Juan María Ramos Padilla, quien es conocido por sus comentarios críticos a políticos argentinos vía Twitter. Como abogado asistió a María Isabel Chorobik de Mariani, una de las fundadoras de Abuelas de Plaza de Mayo.

 

 

 

Fue designado juez subrogante durante el kirchnerismo y desde su nombramiento abandonó el ejercicio particular de la abogacía para sumarse al Poder Judicial.

 

En el año 2017 declaró ilegal los cortes a usuarios que no pudieran afrontar el pago de las tarifas de gas y dos años antes había declarado la inconstitucionalidad de los decretos de designación de los jueces Carlos Rosenkrantz y Horacio Rosatti para la Corte Suprema.

 

Con esa trayectoria en su bagaje de incomodidad para el oficialismo, da pelea para quedarse con el omnipotente juzgado electoral con sede en La Plata, donde se definen alianzas políticas y donde se controlan las elecciones en el distrito electoral de mayor peso específico de Argentina. Para lograr su objetivo le faltan dos peldaños: sortear la etapa de impugnaciones y que su pliego se apruebe en el Senado de la Nación, allí donde remitió toda la documentación de la causa que desvela a Cambiemos. 

 

 

 

El control de las elecciones en la provincia de Buenos Aires es clave para las fuerzas políticas que pelearán este año por la Presidencia. No tener aceitada la maquinaria electoral y el control sobre el padrón puede generar dolores de cabeza para los aspirantes a ocupar el principal sillón de la Casa Rosada.

 

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