“Muchos podrán criticar o aplaudir, pero más allá de lo que se diga, están los hechos. Está el legado que dejamos y eso es indiscutible. Eso no es relato”. Así, la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, empezaba a cerrar su discurso frente a la Asamblea Legislativa. En menos de una hora, la mandataria disparó -sin mencionar- a la gestión anterior y a la oposición que escuchó siempre sentada e inmutada ante la palabra de la mandataria, que se mostró visiblemente enojada.
De brazos cruzados. Así escuchó el discurso de Vidal el bloque opositor de Unidad Ciudadana (Fotos: AG La Plata)
En Cambiemos se sorprendieron, sobre todo, de la actitud de los legisladores de Unidad Ciudadana. A diferencia de lo que sucede incluso en las sesiones, esta vez el kirchnerismo se mantuvo calmo. Sólo el diputado camporista Facundo Tignanelli le hizo un reproche a Vidal en medio de su discurso. Le salió mal: la crítica le dio el pie a la gobernadora, quien recogió el guante y se llevó una lluvia de “sí, se puede”, el clásico acuñado por el oficialismo cuando ganó la elección de 2015.
“Abrí los hospitales de La Matanza”, dijo desde su banca el barbado legislador kirchnersita cuando Vidal contaba que su gestión mejoró 38 guardias. La mandataria lo escuchó y le enrostró: “Decidimos no inaugurar hospitales vacíos, sin equipamiento ni médicos, como tantas veces pasó. Sino arreglar primero los que existen, hacer lo que no se ve”. Cayeron los aplausos y el único contrapunto de la tarde.
Saintout y el diputado Miguel Funes (Foto: AG La Plata)
Durante el resto del discurso la oposición se mantuvo callada. Todos los bloques, con la excepción de la presidenta del bloque de Unidad Ciudadana en Diputados, Florencia Saintout, se pararon cuando Vidal ingresó al recinto. La gobernadora fue enfática, no bajó el tono en ningún momento y terminó golpeando la mesa en distintos pasajes. "Salió mejor que Macri", le dijo un diputado oficialista a Letra P cuando terminó el discurso.
El presidente Mauricio Macri fue interrumpido varias veces durante su discurso en el Congreso. Para Vidal fue casi un trámite. Claro que la mandataria provincializó a más no poder sus palabras. Dijo que “el próximo gobierno va a encontrar un Estado con cuentas ordenadas”, pero omitió hablar sobre el fuerte endeudamiento en el que está sumergida la provincia.
Habló de la valorización que hace el gobierno nacional a la provincia que gobierna, pero tampoco referenció el impacto del traspaso del transporte y las empresas de servicios de agua a la órbita bonaerense. Aunque le habló a la clase media, no hizo mención al impacto en las tarifas ni la suba inflacionaria.
Pese a ello, Vidal se movió con holgura, con una oposición adormecida dentro del recinto pero inquieta en redes. La arenga se trasladó a twitter.
En la previa, el kirchnerismo –la oposición más dura- planteó una especia de guerra fría. Horas antes, el jefe de bloque de diputados nacionales y posible precandidato presidencial, Agustín Rossi, se paraba sobre su banca para increpar a Macri. En La Plata, nada de eso pasó. Tampoco replicaron el discurso en vivo, ni los bloques del Frente Renovador, ni el Frente Amplio Justicialista ni el PJ Unidad y Renovación.
Valenzuela, Ducoté, González y Bazze (Foto: AG La Plata)
Una de las presencias estelares fue la del presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Emilio Monzó, quien, envuelto en rumores de no continuidad, fue ubicado en primera fila, justo frente a la mandataria. Al ingresar saludó tanto a oficialistas como a opositores por igual. El otrora ministro de Scioli y uno de los primeros armadores PRO en la Provincia bromeó con el ministro de Seguridad, Cristian Ritondo, su presunto sucesor.
A Monzó le pidieron fotos en el patio de Diputados (Foto: AG La Plata)
Un ausente notorio fue el arzobispo de La Plata, Víctor “Tucho” Fernández, quien balancea entre el respaldo a los trabajadores del Astillero Río Santiago y los encuentros poco difundidos con la mandataria en la capital bonaerense, todo bajo la presunta tutela del Papa Francisco. Tampoco hubo intendentes opositores, a diferencia de otros años.
La senadora nacional Gladys González y el diputado nacional y también precandidato PRO a la intendencia de Mar del Plata, Guillermo Montenegro, compartieron balcón. Un sector en el que también se sentó el intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, el de Pilar, Nicolás Ducoté, el diputado nacional por el radicalismo Miguel Bazze y el subsecretario de Asuntos Municipales, Alex Campbell.
“Este es nuestro tiempo. Esta es nuestra oportunidad. Esta es mi parte peleando por todos ustedes porque vale la pena animarse a más. Por nosotros, por nuestra Provincia y por cada bonaerense”, cerró Vidal. Antes, había dicho que quería a la Provincia de pie. El primero en pararse y contagiar con el aplauso fue el intendente de La Plata, Julio Garro. Todos se pararon y aplaudieron, menos –por supuesto- la oposición.