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Con un baño de unidad, Fernández ató al sindicalismo a su gobierno

Rodeado por los principales dirigentes de la CGT, el presidente electo formalizó la incorporación del sindicalismo a su administración. La foto forzada y el trabajo del futuro.

Finalmente, la sangre no llegó al río y el acto con el que la CGT agasajó a Alberto Fernández, brindó el gesto esperado de respaldo unánime del mundo sindical a su futuro gobierno. Si bien todas las corrientes internas que nutren a la principal central obrera del país ya estaban alineadas con el presidente electo, la foto de este viernes expresa también la maduración o el avance, por lo menos circunstancial, del diálogo entre las diferentes tribus gremiales.

 

Hasta pocas horas antes, estuvo en duda la participación del moyanismo. Sindicalistas que mantienen diálogo con el camionero y colaboradores de Fernández acercaron posiciones.

Hasta pocas horas antes, estuvo en duda la participación de la constelación de gremios alineada con el moyanismo, algo que hubiera afectado el gesto político. La intervención de diferentes sindicalistas que mantienen diálogo con el camionero y colaboradores de Fernández acercaron posiciones. Como moneda de cambio, se resolvió abandonar el formato de plenario de secretarios generales que mutó hacia un acto tradicional.

 

La puesta en escena de la unidad colocó a Fernández en el centro del estrado secundado por el camionero Hugo Moyano, el bancario Sergio Palazzo (ambos, opositores a la actual conducción cegeteista), el metalúrgico Antonio Caló, el mercantil Armando Cavalieri, el dirigente de UPCN Andrés Rodríguez y el binomio que encabeza la central, Carlos Acuña Héctor Daer. La imagen se completaba con el resto de los miembros del actual Consejo Directivo.

 

Abajo, se ubicaron dirigentes de un centenar de gremios confederados, entre ellos, la plana mayor de la Corriente Federal de los Trabajadores, que conducen Palazzo y el piloto Pablo Biró, y del Frente Sindical por el Modelo Nacional, el agrupamiento que contiene a los gremios alineados con Moyano. No hubo presencia de dirigentes de la CTA que dirige Hugo Yasky, que, según fuentes de su entorno, no fueron invitados al encuentro.

 

 

La imagen de los sindicalistas rodeando al futuro presidente hablaba por sí sola. Sobre todo, porque buena parte del plan del peronismo para sellar un acuerdo social se juega en el compromiso y la disciplina que asuman las organizaciones gremiales para contener la catarata de demandas de sus afiliados en una situación económica de máxima tensión.

 

Fernández devolvió el gesto y, sin vueltas, dijo que "el movimiento obrero será parte del Gobierno desde el 10 de diciembre" y endulzó los oídos gremialistas levantando la figura de Felipe Vallese, Eva Perón, Saúl Ubaldini y José Ignacio Rucci.

 

A sabiendas de que buena parte de los sindicalistas preferían una opción política sin Cristina Fernández de Kirchner, Fernández también marcó matices cuando resaltó que "el secreto de este triunfo no fue otra cosa que la unidad" y levantó la figura de la ex presidenta, a la que consideró "la esencia del triunfo".

 

Durante su discurso en el salón Felipe Vallese de la histórica sede de la calle Azorpardo, el presidente electo no dio precisiones sobre cuáles serán las medidas de ese plan ni quién será el próximo ministro de Trabajo. Tampoco lo hizo en la previa, cuando compartió unos minutos a solas con gremialistas, intendentes bonaerenses y gobernadores invitados por la central.

 

 

 

Aunque lejos de la propuesta de una refoma laboral, el futuro mandatario envió un mensaje sobre el desafío las nuevas formas de trabajo: "El tiempo cambia y los problemas no son los mismos, enfrentamos el desafío de la tecnología, las sociedades más ricas son las que desarrollaron la ciencia y la tecnología, son primordiales para el futuro y los que trabajan tienen que prepararse para el futuro". Dichas esas palabras, propuso que la sede sindical se convierta en una sede de capacitación tecnológica y alentó a "capacitarse en el presente para tener lugar en el futuro". 

 

"No podemos luchar contra lo imparable. Por eso, en este edificio emblemático, que es el lugar de encuentro de los mejores sindicalistas, vamos a hacer una nueva generación de trabajadores que la Argentina va a necesitar", dijo Fernández y levantó una ovación.

 

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Toto Caputo y Javier Milei.

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