Entrevista | Christian Castillo

“Kicillof está tan al lado de Massa que se contagió su forma de ver el mundo”

El candidato bonaerense del FIT advirtió que el postulante de Todos “está moderando” su discurso en relación a lo escrito en su último libro. Reclama debate y propone reforma agraria.

Con la “expectativa de un crecimiento entre agosto y octubre” del caudal electoral del Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT-Unidad), el candidato a la gobernación bonaerense de este espacio, Christian Castillo, hace foco en la disputa legislativa y en el objetivo de obtener dos bancas en la Cámara de Diputados por la provincia de Buenos Aires. “Que una izquierda más fuerte en el Congreso sea un mensaje de que no va a ser tan fácil pasar cualquier tipo de ajuste”, enfatizó en diálogo con Letra P. Para esto, el mensaje busca interpelar al electorado que en agosto apostó por el Frente de Todos.

 

Así, afirma que Axel Kicillof “está moderando” su discurso en temas como la despenalización del consumo de marihuana. Tras reconocer que leyó el libro “Radiografía de la provincia de Buenos Aires”, en el que Kicillof es coautor, Castillo también marcó que lo prometido por el ex ministro de Economía a los ruralistas de Carbap dista mucho del “diagnóstico” realizado en el libro. En esa moderación que le endilga al candidato bonaerense del peronismo, el postulante del FIT observa: “Kicillof está tan al lado de (Sergio) Massa que se contagió su forma de ver el mundo”.

 

En ese contexto, reclama por un debate bonaerense, “tal como se dio en la Ciudad y a nivel presidencial”.
 

 


-¿Tiene que ser ley el debate en la provincia de Buenos Aires?

 

-Desde ya, para que no sea un tema de especulación de quien va ganando. Hoy, las y los bonaerenses están privados de un debate por falta de voluntad política de (María Eugenia) Vidal y Kicillof, que antes de las PASO dijo que quería y después dijo que no, porque no le conviene. Pasa que en el debate uno toma compromisos y si no los cumple, bueno, a (el presidente, Mauricio) Macri en parte le están facturando las mentiras que dijo en los debates.

 

-¿En qué aspectos hubiese puesto el foco en un debate?

 

-Entre otras cosas, quería el debate para ver si se animaban a prometer blanquear todo el salario de los docentes. No puede seguir este fraude laboral que se hace con el salario docente, donde desde el básico se cobra una porción muy menor y eso después repercute en aguinaldos, jubilaciones y es un fraude del Estado que comete contra los trabajadores de la educación. En la provincia, gran parte del Fondo Educativo se lo gastan los intendentes en otras cuestiones, pero otros distritos la ponen en el banco y la usan de garantía para tomar deuda. Esto no puede ser. Hay que nacionalizar el financiamiento educativo.

 

-En los últimos días la crisis laboral bonaerense aparece en firmas emblemáticas como Zanella en Caseros o Loma Negra en Sierras Bayas. ¿Cómo se sale de esta crisis?

 

-Es uno de los grandes problemas de la clase trabajadora, el cierre de fábricas, comercios, eso se ve desde localidades más chicas hasta el núcleo del conurbano. Lo nuevo es que empiezan a ocuparse algunas de esas fábricas y el lema ‘ocupar, resistir y producir’ empieza a recobrarse de alguna forma. Estuvimos con Nico Del Caño en Mielcitas, en La Matanza, en Ansabo, una papelera de Quilmes, antes de las PASO los laburantes querían quizás cobrar la indemnización, estaban centrados en eso y ahora quieren ponerla a producir bajo gestión obrera. Y esto es muy importante. Desde Zanón en 2001 hasta MadyGraf en 2014, fábrica por la cual presenté el proyecto de expropiación y que viene con cinco años gestionada por sus laburantes. Ellos han ayudado a que sean tomados como ejemplo, como un nuevo contingente de trabajadores que no quieren rendirse ante la crisis y ponen la fábrica a producir.
 

 


-¿Y la izquierda qué rol tiene a la hora de impulsar esa forma de producción bajo gestión obrera?

 

-En nuestro caso, las apoyamos activamente. A estas dos fábricas que fuimos llevamos aportes de la banca del Frente de Izquierda que, se sabe, aportamos gran parte de lo que se cobra en concepto de dieta a luchas de la clase trabajadora y además peleamos para que le saquen los tarifazos brutales que son las que más conspiran contra su funcionamiento. En el caso de MadyGraf son cifras siderales y existe una ley de Compre Privilegiado que había presentado en la Legislatura, ya tenía aprobación de Diputados y luego no se logró en el Senado y perdió estado parlamentario. Es para darle sustentabilidad a las fábricas recuperadas que con tanto esfuerzo mantienen a sus laburantes.

 

-Pero, ¿cómo se frena esta sangría ante una realidad concreta de devaluación, inflación, caída del consumo?

 

-Aumento salarial de emergencia, recomponiendo lo perdido en la era Macri, una indexación mensual de salarios, jubilaciones y planes, mientras sean éstos los niveles de inflación porque si no seguimos perdiendo y las paritarias se negocian cada seis meses o un año y vos al supermercado vas todos los días. Después, prohibición de los despidos, fue una ley que había votado toda la oposición, incluso nosotros. ¿Y ahora qué pasa? Es más necesaria que nunca. ¿Cuántos puestos laborales se perdieron desde que Macri la vetó? Vuelta atrás de los tarifazos... también acá hubo una ley que vetó Macri.

 

-¿Por qué no participó del último encuentro de Carbap con los candidatos a la gobernación?

 

-Por un motivo político: son representantes de los grandes propietarios rurales. Tenemos una visión del país y del sistema agrario muy diferente.
 

 


-¿Una reforma agraria es necesaria?

 

-Sí, una reforma agraria es necesaria. Tenemos 1.250 grandes terratenientes que tienen el 30% de toda la tierra en la provincia de Buenos Aires, es un nivel de concentración altísimo y de ellos, los primeros 80 tienen alrededor de 40 mil hectáreas, es evidente que se quedan con la parte del león de las exportaciones agrarias. Obviamente esta no es la realidad del pequeño productor, que hoy en día es un arrendatario del agropower. Pero es algo que hay que discutir, y hay que discutir todo el modelo extractivista del agronegocio, porque recorriendo toda la provincia ves que el problema de la contaminación por glifosato es agudo, no por los sectores linderos a los campos, de todos los pueblos y ciudades, las tasas de enfermedades cancerígenas son altísimas y de muerte por cáncer, en algunos casos la principal causa en algunos barrios, sino que empieza a verse glifosato en el agua. El glifosato está prohibido en 74 países y acá parece un tabú, no se puede debatir ese tema.

 

-El FIT fue uno de los pocos espacios que tomaron como una de sus banderas la lucha feminista. ¿Por qué cree que este tema no se incluyó en la agenda de la mayoría de los frentes?

 

-Bueno, Macri ahora está haciendo campaña celeste, queriéndole quitar el voto a (Juan José) Gómez Centurión y, en el caso del Frente de Todos, lo que pasa es que algunos de sus componentes son muy anti derechos, caso (Juan) Manzur en Tucumán, pero también muchos intendentes de la provincia. (Verónica) Magario misma puso en la Secretaría de Culto de La Matanza a un pastor evangélico que fue enemigo del matrimonio igualitario y no solo del aborto. Verdaderamente, acá quedamos solo nosotros planteando que la legalización del aborto tiene que ser un tema prioritario, no puede ser postergado. Parte de la elección legislativa que se juega es si van a haber diputados que van a levantar la bandera de la marea verde o no. Acá en la provincia, estamos disputando la posibilidad de acceder a una segunda banca con otra fuerza que lleva candidatos celestes. En ese sentido, el voto legislativo al Frente de Izquierda es muy importante para dar un aporte más a la lucha por la legalización del aborto.

 

-Y desde el Estado, ¿qué medidas habría que tomar en un contexto donde no se cumple con la ley de licencias por violencia de género, donde además la precarización laboral impacta con más fuerza en las mujeres?

 

-El aporte estatal es mínimo para combatir la violencia de género, más allá de las frases de ocasión de los distintos gobiernos. Hemos presentado proyectos de ley de emergencia, pero no estuvo la voluntad política para tratarlos.


 


-¿Qué tan diferente imagina un hipotético gobierno de Kicillof en contraste con el de Vidal?

 

-La paradoja que hay es que la mayoría de los votos que fueron en contra de Macri ha ido para una fuerza política que tiene entre sus integrantes a alguien que fue cómplice y coautor de las obras de terror de Macri y Vidal, levantando las manos hasta acalambrarse en apoyo al endeudamiento en la provincia. El Frente Renovador estuvo de ese lado, no se podría haber dado el ataque al Banco Provincia sin esa estratégica sentada de lo que hoy es el Frente de Todos. Uno puede ver que Kicillof está moderando su lenguaje, en temas que uno diría ‘¿cómo puede ser?’.

 

-¿Por ejemplo?

 

-La despenalización del consumo de marihuana, por ejemplo, no se anima y dice que hay que pensarlo. Está tan al lado de Massa que se contagió la forma de ver el mundo. Un Sergio Massa que no solo le votó todo a Vidal, sino que es un lamebotas. Estuvo hace días en Estados Unidos diciendo lo que (Donald) Trump quiere escuchar, cuando hay un levantamiento popular en Ecuador en contra del FMI, que también marca una nueva situación en América Latina y en otros países del mundo, donde estamos viendo repetirse los levantamientos populares en contra del ajuste. Gane quien gane, nosotros tenemos que prepararnos para resistir a los ajustadores en las calles. El nivel de deuda de la Argentina es impagable. Nuestra postura es el no pago de la deuda, romper con el FMI, pero lo mínimo que debería hacer cualquiera es la investigación antes de pagar un solo peso, porque nadie vio un solo dólar de lo que entró del endeudamiento, que fue para sostener las fugas de capitales al exterior.

 

-Dice que Kicillof moderó su discurso. ¿También lo nota en contraste con su intervención en el libro ‘Radiografía de Buenos Aires’?

 

-Leí la radiografía y, en algunos de los temas, verdaderamente el diagnóstico apunta a una política muy diferente a la que está llevando. La intervención que hizo en Carbap está muy distante del diagnóstico que se hace de la situación del campo en la provincia.

 

Guillermo Montenegro, intendente de Mar del Plata.
Florencio Randazzo, Juan Schiaretti y Julio Zamora, una foto celebrada en el Panal cordobes.

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