El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no jugaba cuando decidió, el miércoles 23, reconocer al opositor Juan Guaidó como presidente encargado (interino) de Venezuela, fruto de la defenestración de Nicolás Maduro. Eso, realizado en sincronía con la Argentina y otros países del hemisferio, fue, en efecto, el preludio de la medida que su administración anunció este lunes a través del secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, y del asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton: el cierre de hecho del mercado estadounidense al petróleo venezolano. Algo así como apretar el botón nuclear contra la desvencijada economía de ese país.
Los funcionarios anunciaron que Estados Unidos bloqueará los activos de PDVSA, básicamente los de Citgo Petroleum, una valiosa red de estaciones de servicio y refinerías. Asimismo, "como resultado de las decisiones tomadas hoy, todas las propiedades e intereses de PDVSA sujetos a la jurisdicción de Estados Unidos están bloqueados y queda prohibido a los ciudadanos estadounidenses efectuar transacciones con ellos", dijo un comunicado del Departamento del Tesoro.
Bolton le puso números al perjuicio que sufrirá en lo inmediato la economía venezolana: 7.000 millones de dólares por el bloqueo de activos y "más de 11.000 millones de dólares en ingresos por exportaciones perdidas durante el próximo año". En buen romance, Estados Unidos cierra su mercado al petróleo venezolano.
La mejor demostración del impacto que sufrirá la economía venezolana estuvo dada por la decisión oficial, concretada también este lunes, de devaluar en un 35% el nuevo bolívar soberano de modo de equiparar su cotización con la del paralelo. Más nafta al fuego de una escasez de productos básicos ya aguda y de una hiperinflación que, según fuentes privadas e internacionales, cerró 2018 en 1.700.000% y que se encamina este año a terminar en 10.000.000%.
“No se llama embargo, pero es una sanción que impide a PDVSA exportar e importar a y desde Estados Unidos”, le dijo a Letra P desde Caracas Luis Vicente León, uno de los principales analistas políticos de Venezuela. El tema es que el animal tiene cuatro patas, ladra y mueve la cola. "Si los venezolanos quieren seguir vendiéndonos petróleo y aceptan que el dinero vaya a las cuentas bloqueadas, no tenemos problema, seguiremos comprando", resumió la cuestión, no sin ironía, Mnuchin.
“Estamos hablando de aproximadamente la mitad de la exportación venezolana (de petróleo). Y, además, de las pocas que se cobran completas”, añadió en referencia a las ventas a China que, en buena medida, son parte de pago de préstamos y mercancías.
El problema es de ida y vuelta: exportaciones que no se harán e importaciones que también quedarán vedadas.
“Muchas importaciones clave para producir vienen de Estados Unidos. Y además está la importación de gasolina (petróleo que se refina en el país del norte), con lo cual el abastecimiento de gasolina se va a complicar muchísimo parando actividades y partes del país”, explicó el analista, director de la consultora Datanálisis.
La fundamentación de la Casa Blanca es que de este modo "exponemos la corrupción de Maduro y sus amigos. Estas medidas garantizan que ya no podrán seguir saqueando los activos del pueblo venezolano", señaló el halcón Bolton.
"Estados Unidos está responsabilizando a los autores del trágico declive de Venezuela", sumó Mnuchin.
"El camino para levantar las sanciones contra PDVSA es a través de una transferencia inmediata del control (de los activos bloqueados) al presidente interino (Guaidó) o a un futuro gobierno electo democráticamente que esté comprometido con la ejecución de medidas concretas y significativas para combatir la corrupción", siguió el secretario del Tesoro.
Algunas refinerías de Estados Unidos pueden enfrentar problemas para reemplazar el crudo venezolano extra pesado para el que están equipadas. No más que eso. De hecho, de la mano de la revolución de los recursos no convencionales, como los de Vaca Muerta en la Argentina, ese país se puso más cerca del autoabastecimiento y hoy solo importa de Venezuela el 13% de su consumo.
Distintas son las cosas para el país sudamericano, que destina en la actualidad el 40% de sus exportaciones de crudo al mercado norteamericano, una enormidad para la que podría no alcanzar la buena voluntad de China, segundo cliente del país, que absorbe un 20% del total.
Algo curioso: la máxima torsión contra el chavismo se produjo el mismo día en que se blanqueó un avance trascendente hacia un acuerdo de paz con la milicia talibán de Afganistán, la misma que protegió a Osama bin Laden antes y después de los atentados del 11 de septiembre de 2001. Eso podría llevar a la retirada de los 14.000 soldados estadounidenses que permanecen en ese país y, acaso, asfaltarles a los ultra islamistas el regreso al poder, para el horror de las mujeres y las distintas minorías.
Todo sea en nombre de la lucha contra las tiranías.