El candidato presidencial de la derecha dura brasileña, Jair Bolsonaro, quien convalece en un hospital de San Pablo de un atentado contra su vida, salió a desmentir a su candidato a vicepresidente y defendió el pago de los aguinaldos.
"El 13er. salario del trabajador está previsto en el artículo 7 de la Constitución en el capítulo de las cláusulas pétreas (no pasible de ser suprimido siquiera por una propuesta de enmienda a la Constitución). Criticarlo, además de un ofensa a quien trabaja, confesa desconocer la Constitución", dijo el candidato en su cuenta de Twitter.
Fue una respuesta directa al número dos de su fórmula, el general Hamilton Mourão, quien había firmado que el aguinaldo es una "jabuticaba (fruto típico) brasileño", una "mochila en las espaldas de los empresarios" y "una visión social a expensas de otros.
Bolsonaro, un ex militar que solía tener posturas nacionalistas pero que ha virado a un discurso económico fuertemente liberal, encabeza las encuestas de intención de voto para la primera vuelta del 7 de octubre.
Más allá de ese nuevo discurso ortodoxo, inspirado por su referente económico Paulo Guedes, debe hacer equilibrio, ya que parte de los votos que recibe son de base trabajadora, sobre todo de personas frustradas por los escándalos de corrupción y la inseguridad.
Las desinteligencias en la campaña del Partido Social Liberal (PSL) son habituales. Guedes es un defensor a ultranza de las privatizaciones, que pretende desarrollarlas sin ninguna restricción, un extremo que Bolsonaro no apoyó aún con claridad.
Además, ha propuesto eliminar las disidencias en los votos de las bancadas del Congreso, algo que fue duramente criticado por todo el arco político y desautorizado también por el propio Bolsonaro.