El vocero del fraude

El ministro de Educación, Alejandro Finocchiaro, asumió la vocería del fraude de Cambiemos, que en la campaña de 2015 juró en todos los idiomas que no iba a ajustar nada.

 

Finocchiaro destaca como un logro haber perforado esta semana el techo -¿qué techo? Si las paritarias no tenían techo- del 15%. Lo dice cuando la inflación de 2018 está llegando, contando agosto, al 23%.

 

Lo dice sabiendo que a fin de año la inflación que -según la ley de Presupuesto vigente- iba a ser del 10% va a terminar, con suerte, en el 35 -apenas 250% por encima de las metas oficiales.

 

Finocchiaro no dice que les va a garantizar a los profesores de las universidades públicas un aumento salarial que les permita no perder contra la inflación.

 

Finocchiaro les promete solo el mejor acuerdo posible. Lo que el Gobierno pueda pagar.

 

No dice que el Gobierno va a hacer la ingeniería presupuestaria necesaria para garantizar que los sueldos por lo menos no se deterioren.

 

Dice, Finocchiaro, que va a pagar lo que pueda -que es, en rigor, lo que quiera.

 

Lo que dice Finocchiaro, entonces, es que les va a bajar el sueldo a los profesores de la Universidad Pública.

 

Lo que dice Finocchiaro es lo que también dicen sus ex compañeros del gabinete de la gobernadora Vidal amparados en la incertidumbre de una recaudación que no crece ni por efecto de la inflación: dice que va a ajustar la educación.

 

 

 

Finocchiaro dice lo que dijo, pero sin eufemismos, a lo bruto, Ricardo López Murphy en 2001. Y el entonces ministro de Economía duró una semana.

 

Finocchiaro es un impresentable creativo: mientras anuncia el ajuste a la educación, inventa eso de la conspiración de la alianza kirchnero-trotskista, como si peronistas y trotskistas pudieran ponerse de acuerdo en algo.

 

Finocchiaro saltó de don nadie a ilustre vocero del fraude macrista. Y no se pone colorado: dice también que seguirá trabajando para una Universidad Pública mejor.

 

Cristina Fernández de Kirchner.
Marcelo Peretta

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