REBELIÓN CONTRA DANIEL ORTEGA

Condenas por el desalojo violento de una universidad en Nicaragua

Fuerzas irregulares sandinistas cercaron y atacaron la principal casa de estudios del país, donde resistían 200 estudiantes armados con bombas caseras. Dos muertos y 16 heridos.

Con un saldo de dos estudiantes muertos y 16 heridos, fuerzas del Gobierno sandinista de Nicaragua desalojaron el campus de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN), la mayor del país y último bastión del movimiento juvenil que busca derrocar a Daniel Ortega desde abril. El hecho produjo fuertes condenas locales e internacionales, con la Iglesia local, la OEA y Gobiernos europeos a la cabeza. 

 

Encapuchados fuertemente armados -fuerzas parapoliciales, según la oposición- coordinados con la Policía Nacional desataron la ofensiva al cabo de un cerco de doce horas que comenzó el último viernes y embistieron contra el reducto en el que estaban atrincherados unos doscientos estudiantes que se hicieron de bombas y armas de fabricación casera.

 

Como producto de los hechos, el estudiante Gerald Vásquez murió al recibir un tiro en la cabeza. Un segundo joven murió desangrado en una barricada, se informó.

 

La Iglesia logró que se permitiera la evacuación de medio centenar de estudiantes, que refugiados primero en una parroquia cercana, fueron trasladados a la Catedral Metropolitana de Managua. Dicha parroquia, la de la Divina Misericordia, también fue atacada por los sandinistas.

 

La UNAN fue escenario de un capítulo peculiar de la rebelión popular que el Gobierno de Ortega enfrentó a sangre y fuego en los últimos tres meses, con un saldo de 350 muertos según fuentes extraoficiales. Al regresar al poder en 2007, el sandinismo intervino las universidades, desatando un movimiento de resistencia en defensa de su autonomía. La tensión duró dos meses, con huestes oficialistas asediando el campus, hasta el reciente desenlace.

 

Los hechos causaron conmoción. La Iglesia nicaragüense demandó el fin de la represión y habló de una "represión criminal”.

 

Por su parte, el obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, Silvio José Báez, señaló que lo ocurrido "atraviesa el límite de lo inhumano y de lo inmoral” y se refirió al asalto a la parroquia al señalar que “comenzamos a ser una Iglesia perseguida”. 

 


 

En tanto, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, calificó de "inadmisible el uso de la fuerza contra la universidad”, pidió el mismo viernes que los ataques a la UNAN cesaran y se asegurara la vida de los jóvenes.

 

Embajadores de varios países europeos le hicieron también llegar su queda al Gobierno, informó la prensa local.

 

Más allá del conflicto por el avasallamiento de la autonomía universitaria, en abril último estalló un grave conflicto en el país a raíz de la presentación por parte del Gobierno de un proyecto de reforma previsional. Este finalmente fue retirado, pero el hecho desencadenó un amplio movimiento de protesta y la instalación en Nicaragua de una grave ola de violencia. 

 

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