"Las víctimas de la inflación, de la pérdida de reservas y de la paralización de la economía somos los trabajadores... ¿Y los demás sectores qué?" Así resumió el secretario general de la UOCRA, Gerardo Martínez, la situación que vive el país durante su discurso ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
La posición de Martínez, que participó en representación de la CGT en la cumbre en Ginebra, grafica a las claras el endurecimiento de los sectores dialoguistas de la central argentina, que se encaminan a anunciar un paro general para la semana que viene. Pero también muestra que la comitiva sindical consiguió instalar en Suiza un clima "cordial pero tenso" que, hasta ahora, tuvo su pico de tensión en el discurso del jefe de los albañiles.
Si bien dos participantes de la cumbre le explicaron a Letra P que no hubo grandes sobresaltos entre los representantes argentinos, apenas iniciadas las rondas de discusión que preceden a las exposiciones, la comitiva empresaria y gubernamental tuvo su primer disgusto.
Durante la apertura de las discusiones en la Comisión de Normas del organismo, la más importante de todas, el vocero de los trabajadores, el belga Marc Leemans, se refirió de manera crítica a los retrocesos experimentados en países como Colombia y Argentina. Esto ocurrió pese a que no había casos de estos países en la lista de temas a tratar, que en su mayoría analiza el impacto de la reforma laboral brasilera en el mercado de trabajo, el trabajo infantil y la persecución a la que están sujetos sindicatos en diferentes países.
La reacción empresaria no se hizo esperar. Fuera de todo protocolo, el representante de los empleadores y vicepresidente de Política Social de la Unión Industrial Argentina, Juan José Etala, pidió a gritos el derecho a réplica, un procedimiento que no está previsto pero que le fue otorgado.
Una vez que tomó la palabra, el abogado empresarial aseguró que la mención de nuestro país es parte de la estrategia gremial para que se incluyan los conflictos locales en los temas a tratar el año que viene, un argumento muy similar al que se les escuchó a las patronales brasileras.
Según los empresario de ese país, las consideraciones negativas vertidas por las centrales sindicales brasileñas sobre la reforma aprobada por el presidente Michel Temer son políticas y están vinculadas a las elecciones presidenciales de octubre próximo.
Lo cierto es que la estrategia que denunció Etala es más bien una coartada que la revelación de un secreto. Es un hecho que los sindicalistas argentinos van a impulsar que en 2019 se trate en la Comisión de Normas de la OIT lo que consideran constantes violaciones al ejercicio sindical en el país, empezando por las intervenciones que sufrieron una decena de gremios, la falta de homologación de negociaciones paritarias y elecciones de autoridades sindicales y el incumplimiento del llamado a negociaciones salariales docentes a nivel nacional.
Durante la jornada de este martes, se abordó el análisis de la reforma laboral en Brasil, con el ministro de Trabajo de ese país, Helton Yomura, repitiendo su mantra y acusando a los expertos de la OIT de tener intereses políticos y partidarios. Frente a esa posición, se abroquelaron todas las representaciones gremiales. En ese marco, y como continuidad de su discurso brindado el lunes ante el organismo, Gerardo Martínez calificó a la reforma laboral como "una acción de las fuerzas reaccionarias que demanda una repuesta mundial".
Varios participantes coincidieron en señalar que el contingente sindical argentino "hay un clima pro paro muy fuerte" y de descontento por el agigantamiento e la brecha entre las pautas salariales acordadas y las nuevas perspectivas inflacionarias. Incluso algunos aseguran que volvieron a circular con fuerza las versiones de una pronta salida de Jorge Triaca de la cartera laboral.
Un día antes, durante su exposición en la 107° Conferencia Internacional del Trabajo, Martínez, viejo conocedor de la dinámica interna de la OIT, cuestionó los costos de la globalización financiera que avanza "sin tener en cuenta el precio que esto representa para la sociedad".
"El incremento de la informalidad, la precarización y la falta de trabajo decente en las cadenas globales de suministros es una alarma que no podemos dejar pasar y que representa el aumento de la inequidad y el fracaso de la globalización como respuesta al bienestar social", advirtió antes de meterse en la realidad argentina y enviar un mensaje al Gobierno nacional.
"En Argentina se viven momentos de angustia y tristeza, La crisis macroeconómica profundiza la grieta y alienta la falta de esperanzas", dijo antes de criticar que "otra vez caemos en las manos del Fondo Monetario Internacional".
En paralelo a los debates en Ginebra, la CGT se dispone a analizar, y casi seguro resolver, la convocatoria a un paro general para la semana que viene en medio de presiones internas y externas.
La decisión se va a tomar en la próxima reunión del Consejo Directivo que va a sesionar el jueves en la histórica sede gremial de la calle Azopardo, donde el triunvirato integrado por Juan Carlos Schmid, Héctor Daer y Carlos Acuña, van a analizar la coyuntura nacional y fijarán postura sobre "el cuadro social y económico".