Decretada el viernes la quiebra de Oil Combustibles, columna vertebral del Grupo Indalo, la petrolera Shell se sumó a los interesados por la liquidación de sus activos, según fuentes clave del expediente. De esta manera, son al menos cuatro las empresas que enviaron emisarios a sondear las condiciones de venta ante el juzgado comercial 5 de Capital Federal.
Entre los probables compradores de los activos de Oil, cuyo corazón es la refinería ubicada en San Lorenzo, Santa Fe, se encuentran nombres que hace tiempo tienen participación en el ya resuelto concurso de acreedores, como la multinacional holandesa Trafigura, la rusa Lukoil y, con un interés acotado, la argentina Pampa Energía. En tanto, desde YPF manifiestan no tener la mira puesta en los activos esenciales de la refinería de San Lorenzo, pero fuentes judiciales no descartan una oferta de la petrolera controlada por el Estado.
El plazo para la presentación de probables compradores no deberá exceder la semana que comienza. El juez comercial Javier Cosentino otorgó el viernes un período de 72 horas para recibir ofertas, que todavía no comenzaron a correr porque no se concretaron las notificaciones judiciales correspondientes. En cualquier caso, el tiempo otorgado por Cosentino fue considerado escaso por eventuales interesados.
Varios hipotéticos compradores tienen intereses comunes con el Gobierno nacional, sean subterráneos o explícitos. Shell fue presidida hasta 2015 por el actual ministro de Energía y ex poseedor de acciones de la empresa, Juan José Aranguren. Pampa Energía, en tanto, es una de las empresas de mayor expansión en el sector energético desde que Mauricio Macri gobierna la Casa Rosada. Además, su accionista principal, Marcelo Mindlin, adquirió al primo del presidente Ángelo Calcaterra las acciones de Iecsa, la contratista fundada por los Macri cuya obra principal es el turbio proyecto de soterramiento del tren Sarmiento, involucrado en las coimas de Odebrecht, según delatores brasileños.
A su vez, Trafigura apareció directamente conectada con el oficialismo en forma tan inesperada como poco elegante. Su encargado para América Latina fue el principal aportante individual al PRO en 2017, con 3,1 millones de pesos, reveló el diario La Nación días atrás. La multinacional de origen holandés acaba de concretar la compra de activos no esenciales de Pampa Energía. Esto es, la refinería de Bahía Blanca, la terminal santacruceña de Caleta Paula, una planta de lubricantes y 20 estaciones de servicio.
El interés de Pampa Energía en la refinería de Oil es específico. Depende en forma directa de la nafta virgen que allí se produce para sus plantas en Santa Fe (ligada vía conductos a la ex Indalo) y Zárate, que producen caucho, estireno y poliestireno. Sin ese combustible, la empresa de Mindlin dejó claro en el expediente que sus plantas no pueden funcionar y, por ello, el juzgado le autorizó el alquiler de parte del puerto y algunos tanques de la refinería.
Trafigura fue la única que demostró interés firme en comprar la ex empresa de Indalo en el proceso previo a la quiebra. En cuanto Cosentino pidió precisiones sobre cómo encararía la deuda ya registrada en el concurso por 10.472 millones de pesos sólo con la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), a los que se deberían agregar más de 2.000 millones de pesos de pasivo posconcursal con la misma entidad, Trafigura retiró su oferta.
Además de la AFIP, otros acreedores privados demandan 5.000 millones de pesos a Oil, sin incluir deudas de las demás empresas de Indalo, que también se encuentran concursadas. Los abogados de Indalo cuestionan los montos reclamados.
Empujó el desistimiento de la oferta de Trafigura la postura de la AFIP, que se negó a cualquier tipo de negociación sobre plazos y montos adeudados. Por el contrario, sigue batallando en el fuero federal y el comercial para agravar la situación procesal de Cristóbal López y Fabián de Sousa, lo accionistas de Indalo hoy detenidos en los penales de Ezeiza y Marcos Paz, respectivamente.
La refinería de Oil en San Lorenzo, Santa Fe. El activo más atractivo de la petrolera en quiebra.
La compra en la instancia de salvataje, antes de la declaración de quiebra, suponía hacerse cargo de la empresa con sus deudas, que según los interventores judiciales, son muy superiores a los activos.
Con la quiebra decretada, los oferentes ahora podrán pulsear por activos. Y con lo que el juzgado obtenga de ellos, se pagará a los acreedores. El propio juez dejó claro que la AFIP sólo podrá recuperar una parte de los impuestos no pagados por Oil.
Según el balance 2016 (último aprobado), los activos de Oil estaban valorados en 16.400 millones de pesos, más de mil millones de dólares de entonces. Sin embargo, de acuerdo a lo informado por los interventores durante el concurso de acreedores, que citaron fuentes no detalladas, los activos no valdrían más de 120 millones de dólares. Sólo la deuda con la AFIP representa varias veces esa estimación. Y hay otros acreedores privilegiados a la hora del reparto de la liquidación, como los trabajadores, que son 450 en el caso de la refinería y las estaciones de servicio.
LA MANO DE SHELL. El movimiento de Shell de enviar a emisarios para interesarse por la situación de la quiebra podría parecer llamativo. Durante el fin de semana, la empresa no respondió una consulta al respecto. En una práctica no inusual en el negocio petrolero, la empresa europea ha dejado correr versiones desde hace años sobre su retiro al menos del segmento downstream.
No obstante, su presencia en el país es fuerte. Opera en el upstream en sociedad con Pan American Energy (PAE) en Salta, en la explotación gasífera Arambuco, y en los últimos años incrementó la actividad en la exploración petrolera en Vaca Muerta, Neuquén. Su única refinería en América Latina es la de Dock Sud, que le ha valido a la empresa angloholandesa numerosos cuestionamientos ambientales. Opera 650 estaciones de servicio en el país.
En cuanto a Lukoil, ha tenido participación en el expediente con una oferta preliminar de salvataje junto a un socio local. A su vez, fue presentado como financista del fallido proyecto de OP Investment, que encabezaron durante un cuatrimestre Ignacio Rosner y Santiago Dellatorre. Por su gestión al frente de Indalo, a la que rebautizaron Grupo Ceibo, el juez Cosentino les prohibió la salida del país. La petrolera rusa ya había dejado trascender su interés en dejar pasar las negociaciones por el salvataje, que se preveían infructuosas, para reaparecer a la hora de la oferta posquiebra.