El gobierno de Mauricio Macri le suelta la mano al ex presidente de Brasil Luiz Inacio Lula Da Silva y "no va a opinar" sobre la orden de detención prevista para este viernes por el juez brasileño Sergio Moro, luego de condenarlo a 12 años y un mes de prisión en el marco de la investigación por los casos de corrupción conocida como Lava Jato.
Con el argumento técnico y legal escudado en evitar la injerencia en la situación interna de otros países, la Casa Rosada repite en este caso la receta que ya aplicó durante el proceso de destitución de la también ex presidenta por el Partido de los Trabajadores (PT), Dilma Rousseff en agosto de 2016.
"No le compete al Gobierno opinar sobre un procedimiento judicial en curso en otro Estado”, fue la respuesta que dieron fuentes de Cancillería al ser consultadas por este medio sobre la situación del ex mandatario brasileño y la crisis política que atraviesa el vecino país, principal socio del Mercosur, a raíz de la orden de detención de Lula, quien pretendía volver a postularse a un nuevo mandato y encabeza todas las encuestas sobre las elecciones en el vecino país.
Esta declaración sobre Lula parece calcada del comunicado que difundió la Cancillería argentina ante el juicio político con que el Senado brasileño avaló la destitución de Rouseff en el marco de las investigaciones por corrupción. Seguidamente, Macri apoyó y convalidó la asunción del entonces ex vicepresidente y actual presidente de Brasil, Michel Temer, también salpicado por la mega causa de corrupción conocida como Lava Jato.
En un breve comunicado difundido poco después de conocido el resultado de la histórica sesión de los senadores brasileños el 31 de agosto de 2016, el Ministerio de Relaciones Exteriores reafirmó que "el Gobierno Argentino continuará dialogando con las autoridades constituidas a fin de seguir avanzando con el proceso de integración bilateral y regional". "Es una política del Gobierno no interferir en Brasil", agregó a Letra P un funcionario cercano a Macri.
A poco de asumir, Macri recibió a la ex presidenta Dilma Rousseff en la Casa Rosada (FOTO: Presidencia)
Tras la destitución de Dilma, la cancillería difundió otro comunicado en el que señalaba: ”Ante los sucesos registrados el día de hoy en Brasil, el Gobierno argentino manifiesta que respeta el proceso institucional verificado en el hermano país y reafirma su voluntad de continuar por el camino de una real y efectiva integración en el marco del absoluto respeto por los derechos humanos, las instituciones democráticas y el derecho internacional” y agregó: “Argentina renueva su deseo de continuar trabajando con el Gobierno de Brasil para la resolución de los temas de mutuo interés de las agendas bilateral, regional y multilateral, así como para el fortalecimiento del Mercosur".