ENTREVISTA. DANIEL CATALANO

"Hay que volver a la CGT y dar la discusión adentro"

El secretario general de ATE Capital milita la unificación del movimiento obrero dentro de una central que "tuerza el rumbo de lo que pasa en el país". Quiere disputar el sindicato a nivel nacional.

En septiembre de 2015, la lista Verde y Blanca, un agrupamiento identificado con el kirchnerismo, dio el batacazo y ganó la seccional Capital de la Asociación de Trabajadores de Estados, uno de las más importantes del país.

 

Al frente de la lista estaba Daniel "Tanito" Catalano, que desde entonces viene sumando protagonismo en los conflictos de los trabajadores estatales porteños.

 

Alineados con la CTA que conduce Hugo Yasky pese a que el sindicato a nivel nacional se encuadra en la central que conduce Pablo Micheli, Catalano patea el tablero y dice que hay que acelerar los tiempos para que los gremios de ambas centrales vuelvan a la CGT, con la que rompieron en 1992.

 

"Nosotros pensamos que hay que acelerar ese tramiterío burocrático y ser parte de una sola central obrera, de la CGT, para poder dar la discusión adentro", dice en su oficina en el segundo piso de la sede de ATE Capital, en el barrio de Constitución, donde recibe a Letra P en un intervalo en la frenética actividad gremial diaria.

 

Desde que llegó a la Secretaría General del sindicato, participa en cuanto conflicto sindical sucede en el distrito y su reciente afiliación al Partido Justicialista provocó rumores sobre una posible candidatura sobre la que no da definiciones.

 

A la vez que reclama que haya un recambio generacional en la principal central obrera -"muchos dirigentes tienen que entender que ya cumplieron un ciclo", dice- también asegura que no ve con malos ojos la posibilidad de "convivir" con UPCN, el archirival gremial de ATE.

 

Con un horizonte de renovación del Consejo Directo de la ATE para el año que viene, Catalano, que tiene 44 años y es delegado gremial desde 1993, anticipa que disputará la conducción de los estatales y no ahorra munición gruesa para definir a la actual cúpula nacional.

 

"Son personas que le hicieron mucho daño a nuestro sindicato, están hace 30 años y se reparten los cargos como un grupito de amigos", dispara y acusa al sector de Hugo "Cachorro" Godoy de no haber caracterizado correctamente "la etapa política anterior y peor están caracterizando esta etapa, porque, además, tienen ellos una apuesta electoral donde, en provincias como Jujuy, acompañan el proyecto de Gerardo Morales".

 

 

BIO. Trabajador del Estado desde hace más de dos décadas. Inició su carrera gremial en 1993 como delegado de base en la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia del Gobierno porteño, un cargo que recién dejó en 2015 cuando asumió como secretario general de ATE Capital. A sus 44 años, se convirtió en uno de los referentes sindicales opositores de la ciudad de Buenos Aires y encabeza cuanto acto haya contra el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta. Durante el kirchnerismo, rompió lanzas con el sector encolumnado tras la figura de Víctor de Genaro, que protagonizó a fractura de la central. Roto el diálogo con la conducción nacional de ATE, en manos del degenarista Hugo Godoy, el sector de los estatales que conduce anticipa que el año que viene va a pelar por el Consejo Directivo nacional del sindicato.

 

- La CGT no logra salir de su laberinto y las CTA tampoco le ponen un cierre a una unificación. Pareciera que no se resuelve la fragmentación sindical. ¿Cómo ve el panorama?

 

- Creo que el intento de unificación no está llegando a buen puerto.

 

- ¿Habla de la CTA?

 

- De la CGT y en la CTA. Estamos con dificultades, pero creo que en la CGT es mucho más crudo lo que está pasando porque el Gobierno se metió e interviene de alguna manera con sectores. Por eso yo digo que los laburantes también votaron a Macri, a Larreta y a Vidal, entonces es claro que hay un sindicalismo que responde también a esa idea del mundo. La CGT tiene que poder resolver de alguna manera las contradicciones que tiene con la base, porque la base hoy está pidiendo protección del empleo y me parece que no están pudiendo desde la cúpula contener todas esas demandas que se vienen.

 

- ¿No pueden o no quieren?

 

- Creo que las dos cosas. No pudieron escuchar el reclamo de los trabajadores respecto a la reforma previsional y hoy no están escuchando la firmeza que hay en la calle respecto a la reforma laboral. La tensión es muy grande dentro de la CGT. La UOM y Camioneros, estén adentro o afuera, no dejan de ser CGT y sus movimientos son expresiones muy claras de lo que está pasando. También surge como un sindicalismo combativo dentro de la CGT la Corriente Federal Sindical, que convida a todo el movimiento obrero a pensar y transitar en base a un programa. 

 

- ¿Y la CTA? A la vista, el proceso de unificación viene complicado...

 

- Las dos CTA vienen planteándose cómo hacer la unidad, qué cosas la detienen, por qué no se puede materializar y definieron ir a un escenario de elecciones separadas para después firmar una unidad programática que ojalá se cumpla. 

 

- Sin embargo, hay dirigentes que por lo bajo plantean que, más que una unificación, los sindicatos de CTA deberían reintegrarse a la CGT.

 

- Yo creo que hay que volver a la CGT. Nosotros pensamos, a pesar de que muchos compañeros no lo ven o no están convencidos, que hay que acelerar ese tramiterío burocrático y ser parte de una sola central obrera para poder dar la discusión adentro, traccionar hacia adentro y salir de manera colectiva a cambiar el rumbo de lo que está pasando en el país.

 

"No quiero ser políticamente correcto: hay que patear los tableros, pensar y darle dinamismo, porque es muy voraz todo lo que pasa."

- ¿Hay consenso en la CTA para un movimiento así?

 

- Creo que no. Pablo Micheli dice públicamente que no. Hugo Yasky plantea que hay que discutir y que quizás sea el momento de empezar a ver de qué manera y en qué momento. A mí lo que me pasa con todo esto es que no quiero ser políticamente correcto: hay que patear los tableros, pensar y darle dinamismo, porque es muy voraz todo lo que pasa. Las transformaciones que van pasando son enormes y son muy dinámicas y a veces los trabajadores nos tomamos mucho tiempo para evaluar las condiciones institucionales. En el medio, perdés miles de puestos de trabajo todo el tiempo. Entonces, cuanto más tardemos en asimilar que la unidad es el único camino posible para derrotar al neoliberalismo y que eso implica dejar de hacer unas cuestiones y aceptar otras, se hace más difícil. 

 

- ¿Cree que sería bien recibido en la CGT un pedido de reingreso de la CTA?

 

- Nosotros fuimos a hablar a la CGT con distintos actores. Ellos tienen que resolver cuestiones que los van atravesando como estructura de central obrera. Por algo no pueden hacer un Comité Confederal y discutir. Hay cosas que nos alertan más a nosotros de que estamos en una posición de clara resistencia frente a aquellos que entienden que todavía hay tiempo para seguir evaluando. Hay que mirar todo eso, porque ellos también tienen que entender que quizás han cumplido un ciclo dentro del movimiento obrero.

 

- ¿Ellos quiénes? ¿La cúpula? ¿El triunvirato?

 

- Hay una parte de la CGT que ya cumplió su ciclo. Me parece que, después de 30 años de conducción de sus gremios, quizás es momento para que se puedan pensar en otro lugar. No necesariamente es siempre siendo el secretario general y tratando de imponer una lógica de construcción. Es tiempo de que cada uno pueda mirar para adentro y ver cuánto le fue útil a sus trabajadores y que ocurra un cambio generacional con otra impronta. 

 

 

 

- ¿Se imagina conviviendo con UPCN bajo un mismo techo?

 

- Sí. Me imagino conviviendo, poniéndonos de acuerdo en algunas cosas y en otras no.

 

- ¿Y a los metrodelegados conviviendo con la UTA?

 

- A los metrodelegados sí. No me imagino a la UTA conviviendo con los metrodelegados. Por eso hay que revisar temas. De hecho, me imagino a UPCN conviviendo con ATE. Tenemos muchas diferencias, por supuesto, pero también hay coincidencias. Además, he hablado con Andrés Rodríguez, un dirigente muy interesante y una persona con la que se pueden pensar ciertas cosas de manera conjunta. No sé si todos los gremios están en esa condición y tampoco puedo hablar por UPCN. Yo te hablo por ATE.

 

- El año que viene habrá elecciones en ATE Nacional. ¿Qué va a suceder?

 

- Vamos a trabajar para que haya una transformación adentro de ATE.

 

"Me imagino a UPCN conviviendo con ATE. Tenemos muchas diferencias, pero también hay coincidencias. He hablado con Andrés Rodríguez, un dirigente muy interesante y con quien se pueden pensar ciertas cosas de manera conjunta."

- ¿Van a disputar la conducción nacional?

 

- Depende. Si los compañeros que están hoy entienden que ya cumplieron un ciclo, que le están haciendo mucho daño a nuestro sindicato y se van, puede ser que formemos una lista de unidad. Si no, habrá que disputar. Son personas que están hace 30 años a cargo de nuestro sindicato, un grupito de amigos que se reparten los cargos. No pudieron caracterizar la etapa anterior como correspondía y peor están caracterizando esta etapa, porque, además, tienen una apuesta electoral donde, en provincias como Jujuy, acompañan el proyecto de Gerardo Morales. Si no se dan cuenta que cumplieron un ciclo, vamos a ayudarlos a que lo vean.

 

- Pusieron en marcha una mesa sindical en la ciudad de Buenos Aires, que algunos interpretan como el primer paso de un bloque sindical. ¿Qué expresa esa mesa?

 

- En realidad, la mesa más importante se dio en la provincia de Santa Fe, donde confluyen la CTA y la CGT. En la mesa de la Ciudad de Buenos Aires lo que hicimos fue armar una mesa de gremios estatales. Hay que armar una mesa en la que podamos sumar muchos más gremios. En mayo vamos a volver a convocar a todos los gremios de la CGT y la CTA que estén dispuestos a establecer un armado local.

 

- ¿A qué otros gremios esperan sumar?

 

- La idea es juntar a los sindicatos que tienen presencia en la ciudad, como los gráficos, gremios aeronáuticos, todos aquellos con pertenencia territorial y que no necesariamente tienen una relación con el Gobierno porteño como empleador. Los ejes de discusión son los programas que plantea la Corriente Federal plantea o los 21 puntos de Camioneros.

 

 

 

- En el marco del regreso a la CGT, ¿se imaginan a ese espacio como el núcleo opositor a una conducción de CGT que no responda a esos programas?

 

- Ojalá que no. Me imagino un espacio donde podamos llamar al boicot de consumo, a la desobediencia civil, a movilizar contra los tarifazos y movilizarnos cuando se quiera imponer la reforma laboral. Hay que empezar a explorar cómo hacemos para poner a la sociedad en movimiento desde otros lugares. Hay que ver si los gremios podemos empezar a trabajar con la sociedad para generar este tipo de presión que genere modificaciones. Hay que buscarle la vuelta, no va a alcanzar con un paro o una movilización.

 

- ¿También hay que pensar eso como una expresión política o electoral?

 

- No necesariamente. Nosotros tenemos que abonar a que los ciudadanos voten distinto.

 

- ¿Los sindicatos no deberían ser parte de los protagonistas a la hora de definir candidatos?

 

- Sí y no. Está bueno que nosotros aportemos a generar conciencia para que no sigan votando masivamente a Larreta. Si tenemos esa posibilidad, creo que va a ser distinto.

 

- Hace un par de meses se mostró afiliándose al PJ porteño. ¿Qué mensaje quería dar? 

 

- Fue una reafiliación, ya estaba afiliado. Fue un gesto en el marco de una campaña que quisimos dar con nuestros compañeros para cuidar la representación institucional. Fue para meter más dinámica al PJ, colaborar con las discusiones que se estaban dando y ser parte de las transformaciones que hay. No alcanza con ponerse como veedor, hay que meterse en las estructuras y discutir. De la misma manera que digo que hay que volver a la CGT, hay que recuperar las herramientas. El PJ es una de las herramientas que hay para discutir el país. Ahora, lamentablemente el nacional está intervenido por la Justicia y por Luis Barrionuevo. Hay que involucrar a más compañeros para discutir una estructura partidaria.

 

En el centro, Gildo Insfrán, presidente del Congreso del PJ, ladeado por Axel Kicillof, Lucía Corpacci y Juan Manzur. 
El Conicet, blanco de la motosierra libertaria.

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