La decisión de la jueza Maria Romilda Servini de intervenir el Partido Justicialista y designar como interventor a Luis Barrionuevo desató una batalla en la sede nacional del partido, donde permanece todavía el presidente José Luis Gioja, pese a la llegada de la Policía de la Ciudad, que llegó con la orden de desalojar a la conducción del sanjuanino, que denunció que el presidente Mauricio Macri está detrás de la jugada. El gastronómico estuvo a la tarde con militantes de su sindicato.
“Hay una clara intromisión del Gobierno nacional”, afirmó Gioja en la puerta de la sede ubicada en la calle Matheu, minutos después de que Barrionuevo se retirara del edificio, donde llegó pasadas las 15, para hacerse cargo del partido, de acuerdo a lo dispuesto por la jueza Servini en el polémico fallo dictado este martes, en base a un pedido presentado el lunes por el sindicalista Carlos Acuña. "Así como en Brasil se proscribe al principal candidato opositor acá quieren proscribir al peronismo, el principal partido opositor", denunció el sanjuanino.
El gastronómico entró al edificio acompañado por su abogado, en medio de empujones y gritos de militantes de su sindicato, que se apostaron desde pasadas las 14 en la puerta de la sede del PJ. “Acabo de asumir como interventor. El compañero Gioja se ha encerrado en una oficina, vamos a pedir el desalojo”, anunció al salir, menos de media hora después de su llegada.
Sin embargo, Letra P pudo constatar en imágenes que Gioja recibió a Barrionuevo dentro del edificio y dio la orden a los militantes que adhieren a su conducción, que forcejeaban en la puerta con los gastronómicos, que lo dejaran ingresar.
“¿Viene Marquitos Peña a la asunción de Barrionuevo?”, chicaneaba en la puerta el puntano Nicolás Rodríguez Saá, en obvia alusión a la idea de que el Gobierno nacional está detrás de la intervención. Mientras esperaba por Barrionuevo, en el tercer piso del edificio, Gioja se comunicaba con gobernadores como Carlos Verna (La Pampa), Gildo Insfrán (Formosa), Sergio Uñac (San Juan), Sergio Casas (La Rioja), y el vicegobernador de Santiago del Estero, José Neder, para activar la defensa del partido. El sanjuanino también recibió un llamado de solidaridad del presidente del Partido Socialista, Antonio Bonfatti.
Mientras esperaban por la llegada de Barrionuevo, llegó el vicepresidente tercero del partido, Antonio Caló, quien contradijo la versión de Gioja. “No creo que esté el Gobierno nacional esté detrás. Es un problema entre peronistas”, dijo el metalúrgico, que anunció la convocatoria a una reunión del Consejo Nacional para el miércoles por la tarde, en la sede del partido.
La tensión no terminó con la salida de Barrionuevo. Mientras en las oficinas del edificio los empleados hacían el inventario del patrimonio que puede llegar a quedar en manos del gastronómico, la Policía de la Ciudad, que depende del jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta, llegó a la calle Matheu con el mandato de desalojar a la conducción, que para esa hora ya había recibido a más dirigentes.
“El partido sigue funcionando normalmente, mañana (por el miércoles) vamos a presentar la apelación. Este fallo está viciado. Es en función de un pedido que se presentó ayer (por el lunes) y se resolvió hoy (martes) sin que fuéramos notificados nosotros ni el fiscal”, anunció Gioja, que ya después de la caída del sol permanecía en las oficinas del tercer piso.