Los 59 de Mauricio Macri, celebrados en Casa Rosada, tuvieron un invitado especial. Un jubilado que cumplía ese mismo día 100 años. Julio César Torcello saltó a la luz pública como el pasivo que sopló las velitas con el Presidenten. Así lo reflejaron los cables de la agencia oficial de noticias Télam. Un paso atrás de la postal del mandatario y el jubilado, aparecía un CEO de perfil relativamente bajo, que mantiene con el Gobierno un conflicto que incluso llegó a la Justicia.
Era el arquitecto Julio Torcello hijo, que acompañó a su padre al convite. En la Rosada, naturalmente, lo conocían. Hace unos meses presentó en los Tribunales una denuncia por irregularidades en una obra emblema del macrismo en la Capital Federal y en el ámbito nacional: la de la Autopista Ribereña. Una licitación que llevan adelante muchas compañías pequeñas. Es que la mayoría de los grandes jugadores de los ladrillos decidieron que la licitación tenía complicaciones, irregularidades y que no era conveniente participar en los trabajos. Tan complejo es el tema que los que conocen el paño porteño aseguran que es una especie de “agujero negro” en la gestión de Franco Moccia, el encargado de las obras en el ámbito capitalino.
Torcello, el denunciante de irregularidades que visitó La Rosada
Torcello, propietario del grupo que lleva su nombre, se presenta como el autor de la iniciativa desde hace más de 20 años. En una entrevista con Infobae manifestó que, inicialmente, Macri estaba de acuerdo con su proyecto, pero que “ahora está mal asesorado”. El ingeniero propuso usar los diques de Puerto Madero para hacer un corredor subterráneo, en lugar de lo que hoy se denominó Paseo del Bajo.
Asegura que, con la nueva traza, el Gobierno debió vender seis hectáreas enfrentadas a la Dársena Norte, en una privatización directa que le hizo perder patrimonio. “De paseo tiene muy poco. Además, es una trinchera abierta de los diques de Puerto Madero y un viaducto elevado que va desde la Universidad Católica hasta las alturas de la autopista La Plata-Buenos Aires. Hacia el norte, hacia la Villa 31, llegan mediante un túnel con una cosa absolutamente delirante, que es dejar la la autopista Illia donde está, ponerle pasto y tierra arriba para lograr siete hectáreas de espacios verdes para la Villa 31. Esto genera un costo de 650 millones de dólares para la cabecera norte, más una autopista en trinchera y en viaducto elevado sobre Huergo-Madero que cuesta otros 650 millones. Es decir, el ciudadano va a pagar 1.300 millones de dólares”, contó en la nota publicada en el año 2016.
Torcello, que casi no cruzó palabras con Macri más allá del saludo protocolar a su padre, viene con una campaña fuerte en los medios, en los que invierte para desarrollar su contraataque al proyecto oficial. En el Gobierno algunos dicen que Macri no sabía muy bien quién era Torcello. El que sí sabe es Horacio Rodríguez Larreta: la obra es el corazón de la gestión de obras porteñas y se esperaba ser inauguraba antes de 2019, en plena carrera política para las presidenciales. Es un pliego que necesitan sacarse de encima por las dudas que generó la licitación. Cabe destacar que hubo algunos grandes que quisieron jugar allí y que quedaron en el camino por cuestiones legales, como la quebrada Isolux Corsán y la cordobesa Electroingeniería, penalizada por el Gobierno por sus vínculos con el kirchnerismo y la mega obra de las represas sobre el río Santa Cruz.
LA CAUSA JUDICIAL. Torcello, el misterioso visitante de la Rosada, movió su malestar con el proyecto presentando una medida cautelar en la Justicia, pidiendo la suspensión de las obras del Paseo del Bajo. El reclamo se encuentra radicado en el juzgado en lo Contencioso Administrativo Federal a cargo de la jueza Rita Ailán, e incluye "a la CABA como terceros".
Torcello reclamó que "se dicte una medida de no innovar que impida continuar con (...) los trabajos a realizar en la autopista denominada 'Paseo del Bajo', cuya construcción eventual es un claro y doloso alzamiento contra la Resolución SOP (Secretaría de Obras Públicas) 70/99".
El arquitecto argumentó que en esa resolución "se publicó la Traza Bajo Diques de la Autopista Ribereña cuya autoría me pertenece y de inmediato suscribí contratos con grandes empresas locales y corporaciones internacionales, agregando en el mes de septiembre de 1999 el Acuerdo Marco con el Concesionario Vial de la Autopista La Plata Buenos Aires, por el cual procedería a realizar el Proyecto Ejecutivo a nuestro exclusivo costo y a nuestra exclusiva cuenta".
También resaltó que "el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto lo ha registrado en el BaPIP (Banco de Proyectos de Inversión Productiva de la República Argentina) bajo el N° 132 identificándolo como ´Estación central Buenos Aires. Autopista Ribereña, Traza Bajo Diques, Complejo de Transporte Multimodal´, generando una inobjetable repercusión internacional". Sostuvo que entonces "no podría convocarse por el Estado, Nacional o local, a presentar nuevos proyectos o modificar la traza ya aprobada. Si lo hiciera, sin duda vulneraría la garantía de la Propiedad, constitucionalmente protegida".
"Pese a innumerables presentaciones realizadas ante los organismos públicos -agregó-, la respuesta fue un silencio llamativo, porque en el ámbito internacional la traza/obra fue premiada en no menos de siete oportunidades".
Según dejaron trascender desde el Grupo Torcello a la extinta agencia de noticias DYN, "el desprestigio internacional continúa porque CABA anunció su proyecto para construir el Paseo del Bajo (Traza histórica de la Autopista Ribereña), como si con el cambio de un nombre se pudiera ocultar la existencia de una traza ya establecida e individualizada". Y advirtieron que aún "no se cuenta con la aprobación de la Legislatura porteña ni con otra serie de requisitos jurídicos necesarios para iniciar las obras".
"Se está ante una colisión directa que puede transformarse en un conflicto con repercusión internacional", concluyeron las fuentes. La obra anunciada por el Gobierno tiene como objetivo agilizar el tránsito vehicular de autos y camiones en el Bajo porteño. Y el de la "Autopista Ribereña" incluye, además, una traza ferroviaria para unir Retiro y Constitución.