El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, le dio un disgusto este sábado al gobierno argentino en plena vidriera internacional de la cumbre del G20, que se desarrolla en Buenos Aires. En conferencia de prensa ante periodistas locales y extranjeros, el dirigente calificó de "muy trise" el episodio de la segunda final de la Copa Libertadores, que no pudo jugarse por los hechos de violencia que no pudieron prevenir las fuerzas de seguridad.
Infantino instó a que hechos como el del sábado pasado en las inmediaciones del Monumental de Núñez "no pasen nunca más".
"Lo que ocurrió (con el River-Boca) no tiene excusas y tiene que ser condenado", sentenció Infantino, que negó haber hablado "en detalle" sobre el asunto con el presidente Mauricio Macri, quien , como reveló este portal, le pidió disculpas por lo sucedido. "Sólo (le dijo) que la decisión de la Conmebol ya está", señaló en referencia a la disposición de mudar la gran final de la Copa a Madrid.
No es poco lo que dijo el dirigente. Como informó Letra P, Macri ha dedicado mucha energía en los últimos días para lograr que el partido de vuelta de la serie final se disputara en Buenos Aires.
De hecho, para ese objetivo cerró filas con el titular de River, Rodolfo D'Onofrio. No es casual, en ese sentido, que el club de Núñez insista en su oposición a jugar en Madrir. En medio de la conferencia de prensa, Infantino se enteró este sábado, por los periodistas, del rechazo formal de la entidad millonaria de disputar el partido en España. "El fútbol se tiene que jugar; la pelota no puede parar" alcanzó a decir.
