-Ese decreto pone arancel cero a distintos insumos electrónicos y ahí hay cuatro funciones arancelarias que afectan a Tierra del Fuego -tanto en televisores como en celulares-, porque permitiría traer productos semielaborados del exterior, que, en dos o tres pasos, terminan fabricando un equipo. Eso impacta, es verdad. Si el decreto no buscaba afectar la producción nacional, se han equivocado. Lo hablamos con las autoridades nacionales, reconocieron el error (…) y se está en el trámite administrativo para subsanar este error. Igual, no se puede estar generando política con este tipo de situaciones. Pero, como decimos, hay que estar atentos siempre.
-¿La gobernadora Bertone le pidió una acción especial ante esta decisión?
-La gobernadora, desde su inicio como legisladora, siempre acompañó a todos los sectores y, sobre todo, a la industria argentina. Ella sabe perfectamente lo que hay que hacer, por eso la acompañamos hace años. Nosotros buscamos, permanentemente, mejores condiciones que beneficien a la mejora de la producción, del conocimiento y a la oportunidad de crecimiento a los fueguinos. Para todo eso, hay que tener mucha gestión. Y estar atentos.
-Con este escenario, ¿en qué estado se encuentra la industrial de su provincia?
-Estamos sin expectativa de mejorar las condiciones de producción, ni laborales, este año. Hay muchas marcas que lanzan sus últimos productos y modelos, pero con un gran esfuerzo de todos los actores que involucran a la industria. Cada una de las empresas tienen una situación particular. Tampoco hay que olvidar el acuerdo entre el empresariado y el sector sindical que deben seguir con la misma grilla de trabajadores. En ese equilibrio estamos.
"La demanda cayó mucho de principio de mayo a la fecha y eso hace que sea muy difícil mejorar las condiciones productivas, a pesar de ser competitivos. Esto sucede en todos los rubros, no sólo en lo electrónico."
-¿Ese acuerdo, de 2017, le trajo algún inconveniente a Tierra del Fuego?
-El inconveniente que tenemos es que no hay consumo en Argentina. Sin demanda de los productos, en general. La demanda cayó mucho de principio de mayo a la fecha y eso hace que sea muy difícil mejorar las condiciones productivas, a pesar de ser competitivos. Esto sucede en todos los rubros, no sólo en lo electrónico.
-Diferentes sectores, de la oposición y el oficialismo, reconocen que la situación social en Río Grande, el corazón industrial, es compleja. ¿Cómo analizan esta realidad desde la provincia?
-Lo que sucede en Río Grande es complicado, es verdad, porque la industrial es la principal actividad. La gente, con intención de sumarse al sector laboral, no pudo incorporarse al sistema. Al no crecer las producciones, al no demandar personal (…) es muy difícil recuperar fuentes de trabajo porque no hay industrialización, no hay una decisión nacional con una política de industrialización. Eso es lo que más nos afecta.
-La política del Gobierno nacional, ¿cuánto impacta en la isla?
-A principios de 2016, luego de asumir, fuimos a un encuentro y le mostramos un plan de diversificación productiva, de mejora en todos los sistemas del régimen industrial e, inclusive, de mejoras en las normativas aduaneras y del sub régimen actual. Diría que conseguimos, un año y medio después, temas que son fundamentales para nosotros, por el sólo hecho de ir e ir.
-¿Cómo cuáles?
-Al tener una notable capacidad instalada, en Río Grande o Ushuaia, que es única en Argentina, se puede utilizar esa tecnología y ese conocimiento para abastecer a otros sectores productivos y hacerlos complementarios. Como el automotriz, las energías renovables, o para equipos médicos (…) otros sectores que necesitan de la electrónica. Hoy, el único lugar que podría proveer partes, piezas, es Tierra del Fuego. Eso sucede en otras partes del mundo, como el País Vasco, o Brasil, donde hay productos terminados o partes, y piezas, como paneles electrónicos para el sector automotriz o los ferrocarriles (…). Eso le ofrecimos al Estado nacional, pero todavía no nos pusimos de acuerdo.
-¿Y qué pasa que no hay un acuerdo?
-Es un sistema, por eso el Estado debe reaperturar el régimen y posibilitar a que las empresas radicadas, u otras, se les apruebe ese proyecto. Si no sucede, se trae del exterior y se produce un efecto negativo para el país. Hay que preguntarse: ¿quién produce partes electrónicas para otros sectores? Nosotros. Como sucedió la semana pasada, en Ushuaia, donde tuvimos un importante foro en el que se escuchaba al gerente general de Toyota, en Argentina, que hablaba entusiasmado de lo que fabricábamos. Ellos decidieron, tras visitar algunas plantas, qué productos iban a utilizar de lo que tenemos fabricado. Esos sectores, si hay otras partes, no tienen quienes los abastezcan en el país (…) por eso debemos ser complementarios mejorando la condición económica y en pos de la industria nacional.
-¿Qué análisis hace de la gestión de Dante Sica? ¿Ayudó al diálogo?
-Tiene un conocimiento sobre la isla, una idea acabada de lo que queremos llevar adelante, pero, como lo entendemos, todo depende de visiones políticas. Lo que le pedí a Dante es que acompañe las propuestas provinciales y, después, seguramente las decisiones pueden superarlo (…) Confío en que pueda acompañar nuestra propuesta, pero el trabajo es muy lento y me parece que hay que tomar decisiones más concretas. Mientras no suceda vamos a seguir en la retracción que existe en todo el país.
-¿Cuáles serían esas decisiones?
-Hay que definir qué tipo de industrialización y producción se quiere para el país. Hay que conocer qué potencialidades tiene cada provincia, cada región, y a partir de ahí darle la oportunidad de brindar la mejor solución del problema laboral y económico que existe. Primero, hay que escuchar a las provincias para solucionar los problemas nacionales. Debemos construir a partir de lo que tenemos.
-¿Qué estadísticas maneja el Gobierno fueguino de la crisis laboral?
-Es muy difícil graficar a todo el sector productivo, pero en los mejores tiempos existió un poco más de 13 mil puestos de trabajo. De nada sirve que haya más empleo un mes y luego no continúe. 2015 fue fuerte por momentos. Hoy, el número alcanza a 11 mil trabajadores, pero con una caída importante de mayo a la fecha. La verdad que nosotros debemos pujar por la empleabilidad y continuidad laboral, si bien el sistema es contractual y por un tiempo determinado.
-¿Cómo se encuentra la industria textil?
-Existió un acuerdo entre las partes de suspensión de días laborales, algo que disminuye la producción para equilibrar el momento. El año pasado golpeó mucho la importación, algo que en un momento se controló. Igual, el principal problema es que Argentina no tiene consumo interno y, el sector textil, está en principio con niveles de empleo similar al año pasado, pero con suspensión de trabajadores. Esperemos que se corrija la economía porque si no seguiremos con en este nivel de complejidad.