El establishment espera la definición de las PASO del domingo con un alto nivel de incertidumbre. Los empresarios leen encuestas variadas, se aferran a algunas pocas que muestran al oficialismo con chances de un triunfo y se preocupan, más que nada, por el efecto posterior a los comicios. Más allá de las exageraciones propias de sectores interesados, existe una inquietud que en ciertos casos alarma y que tiene que ver directamente con saber qué le ocurrirá al Gobierno y a la economía en un hipotético escenario de triunfo opositor, hoy personalizado en la ex presidenta Cristina Fernández.
Así las cosas, en los últimos días el "círculo rojo" empezó a leer en detalle el informe semanal de la consultora Ecolatina, fundada por Roberto Lavagna, que analiza la economía en el marco de las legislativas. Hoy en las filas del frente 1País, el ex ministro de Economía es uno de los consultores más respetados por los hombres de negocios. Le creen, más allá del juego político. Letra P accedió a ese trabajo, que tiene una visión más política que numérica del escenario actual y contiene una premisa que le puso los pelos de punta a más de uno: en general, cuando la economía está en alza y se percibe socialmente, los oficialismos obtienen victorias de medio término; pero cuando la actividad está alicaída, las oposiciones tienen mayores chances de triunfo.
Ecolatina, en la que también supo estar activo el diputado nacional massista Marco Lavagna, pone esa situación en ejemplos concretos de la historia reciente. “Es de público conocimiento que las condiciones económicas tienen una importante influencia sobre el resultado electoral. Los votantes tienden a apoyar al Gobierno de turno cuando el ciclo económico es alcista y castigar al oficialismo cuando se atraviesa una recesión. Un claro ejemplo fue el apoyo electoral que recibió el Gobierno en las elecciones de mitad de término de 2005 (contexto de fuerte expansión y restructuración de la deuda pública) y la derrota del oficialismo en provincia de Buenos Aires en las legislativas de 2009 (en un contexto fuertemente recesivo por la crisis internacional y la peor sequía en 40 años)”.
En 2005, Cristina le sacó varios cuerpos a Hilda “Chiche” Duhalde con una economía en auge; en 2009, con la crisis global pegando en el país, Néstor Kirchner y su estrategia de candidaturas testimoniales -que incluyó al entonces gobernador Daniel Scioli y a Sergio Massa, hoy referente político de Lavagna- fue vencido en las urnas por la alianza Unión PRO, que llevaba como candidatos a Francisco De Narváez y Felipe Solá y tenía un tercer socio electoral clave: el por entonces jefe de Gobierno porteño y hoy presidente, Mauricio Macri.
A continuación, el trabajo afirma que “el actual gobierno no desconoce esta realidad". "Es por ello -continúa- que decidió realizar las principales correcciones económicas a comienzo de su gestión para poder recoger frutos en el mediano plazo, de forma tal de llegar a mediados de 2017 con una economía pujante. Sin embargo, la transición no fue sencilla producto de la magnitud de los desequilibrios acumulados. De hecho, la performance de 2016 fue peor a lo previsto por el Gobierno: la actividad se contrajo (el oficialismo preveía un estancamiento de la economía) y el 'segundo semestre' se pospuso a este año; el 'boom' de inversiones productivas no se concretó; la corrección de las tarifas de servicios públicos fue más pronunciada y generó una mayor aceleración de la inflación; y el déficit primario del sector público se profundizó”.
Lo más relevante de la lectura del texto tiene que ver con la percepción social de una economía que empieza a mostrar números positivos, pero que no llegan a la consideración de la media. “En lo que va del año la economía ha dado señales de recuperación, dejando lentamente atrás el escenario de 2016. No obstante, hay encuestas de opinión que muestran que esta performance económica no entusiasma a la mayoría (está por debajo de las expectativas). Más aún, la mejoría de diversos indicadores de coyuntura ha sido opacada por la reciente trepada del dólar y la aceleración de la inflación en julio. Hacia adelante, el resultado de la elección de mitad de término condicionará el curso de la economía y las reformas planteadas por el oficialismo”, detalla Ecolatina.
Las ideas vertidas en el informe no son diferentes a las que Lavagna ya planteó en reuniones informales con empresarios, como en el último almuerzo que mantuvo en el Terrazas Bistró de La Rural con importante hombres de negocios. Todas estas visiones le valieron al ex ministro una crítica directa de los altos mandos del Gobierno. Otro de los temas que molestan en el oficialismo es la visión sobre la disparada del tipo de cambio y el rol del Banco Central (BCRA).
“No sorprende en nuestro país que en los días previos a los comicios aumente la demanda de divisas. Más allá de los fundamentos que pueden existir detrás de este fenómeno (el atraso cambiario se había profundizado durante la primera mitad del año), el dólar ha sido para los argentinos un activo de refugio ante episodios de incertidumbre. Lo novedoso fue que el Gobierno no intervenga para llevar ´tranquilidad´ a los agentes económicos: recién a fines de julio, y tras un alza del 10%, el BCRA salió vender divisas para calmar las aguas”, detallan en Ecolatina.
La sensación es que la entidad que conduce Federico Sturzenegger tenía plafón de reservas como para encarar un freno previo a la divisa, cosa que no ocurrió. Tanto problema generó el retraso que se complicó el escenario actual, con presión alcista que hace peligrar la barrera psicológica de los $18.
Por último, el informe se refiere a la polarización política y al juego económico de ganadores y perdedores. “Más allá de la importancia que tienen las elecciones de mitad de término sobre el apoyo político al oficialismo, el resultado tendrá un impacto significativo sobre el plano económico. El Gobierno actual intentó generar un clima de mayor previsibilidad a los inversores y una derrota en provincia de Buenos Aires podría ser interpretada por los agentes como un riesgo para los avances del plan económico oficial. Asimismo, un resultado positivo en las legislativas facilitaría el tratamiento de diversas leyes que el Ejecutivo desea aprobar para tentar a los inversores a hundir capital en nuestro país”, destacan.
Y agregan que “diversos indicadores financieros (dólar, tasa y riesgo país) acusaron el impacto de la divulgación de encuestas que mostraban una magra performance de Cambiemos en las elecciones de mitad de término. Sin embargo, dichos sondeos son funcionales a la estrategia de polarización del oficialismo en provincia de Buenos Aires: la posibilidad cierta de un triunfo de la ex presidenta hace que aquellos que no desean verla triunfar canalicen su voto a Cambiemos. En este sentido las PASO funcionarán como una encuesta irrefutable”.