En las previsiones electorales que baraja el equipo de campaña de Cambiemos hay dos horizontes diferenciados para los próximos tres meses. En las primarias de agosto, el pronóstico es reservado para la Provincia de Buenos Aires y arroja un posible empate técnico entre los escuderos de Cambiemos y Unidad Ciudadana (UC), bajo el signo de Cristina Fernández de Kirchner. Tal escenario de paridad es promovido por Cambiemos, y desnuda la preocupación que se respira en el Gobierno porque, en rigor, nadie festeja un empate si confía en una victoria. Para octubre, los cálculos del oficialismo apuntan a una victoria "leve", con los números suficientes para evitar un revés en tierra bonaerense. Una victoria que esperan sustanciar en un plan retórico: la guerra de “El miedo versus el miedo”.
Esa ecuación, es parte de la estrategia electoral que Cambiemos prepara para afrontar los riesgos de su mayor adversario: la economía, y el empeoramiento de las condiciones de vida del electorado. Más allá de los debates que rodean al presidente Mauricio Macri sobre la pertinencia de reconocer ese problema, los arquitectos discursivos del Gobierno sobre explotarán hasta las PASO el discurso de la transparencia, con una batería de acusaciones contra el kirchnerismo, y desde entonces, habrá un giro, concentrado en “evitar que ella vuelva”, grafica un vocero que reporta al equipo de campaña que coordina el jefe de Gabinete Marcos Peña.
La certeza de campaña a un mes del primer muestreo nacional de las primarias de agosto, confirma que el “cabeza a cabeza”, encierra la fatalidad para el macrismo, volver al ring side de una elección nacional con el kirchnerismo como máximo adversario, posicionado a partir del impacto negativo de la política económica. “Si ellos vienen con el miedo económico, nosotros vamos a responderles con el miedo de que ellos regresen al poder”, admite la fuente en referencia a la ex presidenta, mientras comparte las primeras evaluaciones sobre el desempeño de UC en el inicio de la campaña. “Cristina tiene un techo muy marcado y aunque lo intenta, no capta el descontento del votante indeciso, que nos votó en 2015, pero que ahora no quiere volver a meter la boleta de Cambiemos en las urnas. Ese votante se lo queda (el diputado y candidato a senador del Frente Renovador Sergio) Massa, y en segunda instancia (el líder de Cumplir-PJ Florencio) Randazzo”, pronosticó el hombre del Gobierno, con los números en la mano.
Si se confirma una cosecha electoral de dos puntos en agosto, arriba o debajo de CFK, en Cambiemos apuestan a “profundizar la batalla del miedo versus el miedo", explican en la Casa de Gobierno. "Ya sabemos la composición de ese voto económico que capitaliza Cristina. Si ese votante que piensa con el bolsillo no nos acompaña, es posible que lo haga si piensa sobre la corrupción”, arriesgaron.
Un funcionario que mantiene diálogo cotidiano con Vidal relativizó que el eje defensivo hasta agosto tenga que ver con la corrupción: “Hay una etapa donde ya está definido el camino de acción y es desde acá hasta agosto. No se si el eje es la corrupción y si lo es, nosotros no lo iniciamos. Lo que sí hacemos es poner a los bonaerenses delante de cualquier estrategia discursiva y hablar de los temas que más aquejan, que son seguridad y situación económica. Después de las PASO se verá, en base al resultado y ahí pensaremos la estrategia hasta octubre”, atajó la fuente ante las consultas de este medio.
La respuesta oficial del “vidalismo” redobla la cautela que muestran los escuderos de Cambiemos en la Casa Rosada. Hay una explicación técnica para tanto cuidado: “Nosotros estamos instalando a nuestros candidatos, mientras que Cristina, Massa y Randazzo ya están instalados y tienen un nivel de conocimiento que es prácticamente un techo para ellos. Es cierto, a nosotros nos falta un trecho para llegar a ese punto, pero también es una ventaja para crecer entre agosto y octubre”, contrastaron desde la Casa de Gobierno.
En la lectura del equipo de campaña nacional de Cambiemos, para el conurbano bonaerense habrá fuego discursivo de Vidal, Macri y hasta Elisa Carrió, que encabeza la lista de candidatos en la Ciudad de Buenos Aires. “Lilita y Mariu son un duo que nos permite consolidar nuestro voto en Provincia, más allá del buen desempeño que la jefa de la Coalición Cívica tiene en la capital. Es como un espejo a los dos lados de la General Paz”, dicen cerca del despacho del Presidente, para demostrar que apelarán a todos los recursos disponibles con tal de evitar una derrota en el territorio más poblado del país.