Elecciones 2017

La parábola de Scioli: del umbral de la Rosada a la instalación mediática a fuerza de escándalo

El ex gobernador, que perdió por un 3% el ballotage presidencial, busca reaparecer en el plano electoral. Con una magra estructura propia, apuesta a los golpes de alto impacto.

En 2015, Daniel Scioli perdió la posibilidad de acceder a la presidencia de la Nación por 678.774 votos. Apenas un 3 por ciento de los electores que fueron a las urnas en el ballotage del 22 de agosto de ese año.

 

El sillón de Rivadavia se le escapó y quedó en manos del actual jefe de Estado y líder del Pro, Mauricio Macri.

 

 

Aunque derrotado, Scioli conservaba en su currículum político el haber sido vicepresidente de la Nación y el haber estado al mando de la provincia de Buenos Aires por dos gestiones consecutivas, además de una imagen popular consolidada.

 

Parecía un buen crédito. Pero en los hechos no lo fue. Y, tras algunos intentos frustrados por resurgir, el mandatario parece haber decidido apelar a una noticia salida de su estricta intimidad, con todos los condimentos para calificarse de escándalo, para reaparecer en el campo mediático.

 

“Siempre me decían que no daba títulos. Bueno, ahí tengo uno”, le dijo el ex candidato a la presidencia por el FpV al periodista Jorge Rial cuando, de forma intempestiva, le anunció novedades de su vida privada que desataron un culebrón imperdible para las revistas del corazón, un territorio que había sido, en los noventas,plataforma de lanzamiento a la fama del entonces deportista/play boy.

 

Scioli logró ser tapa de todos los diarios y tema central en los programas de actualidad y chimentos de la TV argentina.

 

INTENTOS. Tras la derrota de 2015, Scioli aguardó unos prudentes meses para reaparecer con un video en el que dejaba en evidencia las promesas incumplidas del actual Presidente.

 

Las imágenes mostraban las contradicciones del candidato de Cambiemos, expuestas durante el debate presidencial que habían sostenido en TV ambos contrincantes.

 

También se incluían momentos de la vida deportiva, política y familiar del ex motonauta. Sin embargo, la pieza, que intentaba mostrar que, pese a la derrota, sus críticas eran acertadas, apenas se difundió por algunas comunas de la Provincia, donde los intendentes del peronismo aceptaron invitarlo.

 

Surgieron luego las denuncias judiciales, comandadas por Elisa Carrió, que sembraban dudas sobre la gestión bonaerense del ex candidato y sobre su honestidad.

 

A esa altura, quedaba además en evidencia que Scioli no solo había perdido la adhesión de sus viejos devotos del Frente para la Victoria, sino que, además, jamás había tenido una estructura política propia que justificara la fama de su color naranja.

 

Hoy Scioli cuenta en su tropa en la provincia de Buenos Aires un diputado, el marplatense Rodolfo “Manino” Iriart, y a la diputada nacional Cristina Álvarez Rodríguez.

 

Además, conserva la asistencia del ex senador bonaerense Alberto De Fazio y los ex funcionarios Martín Ferré y Carlos Gianella. También, de su ex jefe de Gabinete, Alberto Pérez, aunque su procesamiento por presunto fraude lo dejó afuera de escena por un tiempo.

 

Scioli, además, sostiene su acuerdo con el jefe del PJ bonaerense, Fernando Espinoza, por lo que mudó parte de su gabinete a la estructura local de La Matanza, gobernadora por Verónica Magario.

 

Es el caso del ex ministro de Salud Alejandro Collia y del ex titular de Asuntos Agrarios Alejandro "Topo" Rodríguez.

 

Scioli jamás intentó armar una estructura política propia, porque siempre apostó a su figura (y familiares, como su ex mujer, Karina Rabolini) para expandirse. Y contó con una mesa chica de confianza para sostenerse.

 

Sin embargo, a esta altura de 2017, ha perdido parte de su gente de confianza, como fue el caso de su secretario de Comunicación Pública, Juan Courel; el ex diputado provincial y actual defensor del Pueblo, Guido Lorenzino, y hasta Rabolini, quien se despegó de él ni bien concluyó la campaña.

 

A poco más de un mes del cierre de listas, el peronismo y el kirchnerismo anticipan inevitables internas, donde las figuras de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner y del ex funcionario Florencio Randazzo concentran el protagonismo.

 

En ese esquema, Scioli pretende ubicar su candidatura, aunque todavía no queda claro qué lugar real podrá ocupar.

 

Desde su entorno indican que no solo conserva una buena imagen, sino que, además, es el que mejor ranquea entre las figuras del peronismo.

 

Lo que no precisaron es si esto sucedía antes o después de los escándalos mediáticos.

 

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