Luego del martes negro que afrontó la administración de Cambiemos por el escándalo del Correo, el presidente Mauricio Macri tuvo que contener una nueva crisis, esta vez originada por la modificación que dispuso la ANSeS para disminuir el aumento de las jubilaciones y asignaciones familiares, como la AUH. El organismo, conducido por Emilio Basavilbaso, dispuso un incremento a partir de marzo del 12,65%, tres décimas menos que el incremento del 12,96% que estaba previsto por la ley de Movilidad Jubilatoria. Tras la polémica, fuentes de la Casa Rosada confirmaron en la noche de este miércoles a Letra P que el Ejecutivo dará marcha atrás con ese cálculo a la baja y ordenará una compensación posterior, ya que las liquidaciones para el mes que viene ya están aplicadas.
La disminución dispuesta por una resolución de la ANSeS se conoció esta tarde en la sesión extraordinaria de la Cámara de Diputados que convocó el Ejecutivo para reformar la Ley de Riesgos del Trabajo. El cambio fue sancionado, pero en el medio estallaron acusaciones y advertencias dentro del oficialismo, como los cuestionamientos que hizo Elisa Carrió, que prometió revertir la medida desde su cuenta de Twitter. "La torpeza y la ineficiencia no pueden tener justificación", disparó la legisladora luego de las 23 de este miércoles, poco después de prometer: "Que se queden tranquilos los jubilados. Vamos a dar la pelea."
"Si no dan de baja la resolución yo le pido la renuncia a Basavilbaso o a quien sea. Que aprendan las reglas de la ética", bramó la chaqueña fuera del recinto. Al parecer, la furia de la socia de Cambiemos retumbó con velocidad en la Rosada, cuyos voceros comenzaron a deslizar la veloz marcha atrás de la medida.
La resolución que firmó Basavilbaso dispuso un aumento para el mes próximo del 12,65%, un incremento que lleva la jubilación mínima de 5.661 pesos a 6.377, mientras que la máxima pasaba de 41.474 a 46.721 pesos. Antes de la merma de tres décimas en el aumento semestral dispuesto por ley, la suba iba a llevar la jubilación mínima a 6394 pesos, y la máxima a 46.849. El año pasado, apenas asumió Macri, el reajuste fue de acuerdo a la ley y comunicado como una de las primeras medidas de su gobierno.
Antes de llegar a los medios, el anuncio de la ANSeS hizo estallar a los integrantes de lá Cámara Baja. Los opositores acusaron al Gobierno de cambiar por decreto la aplicación de una ley consensuada y los oficialistas evidenciaron un nuevo resquebrajamiento luego de la bronca que destiló Carrió, donde habría insultado a sus socios de Cambiemos.
La aceleración del escándalo, en medio de una sesión convocada por el Ejecutivo, derivó en un improvisado plan de reducción de daños en manos de Mario Negri (UCR), Nicolás Massot (PRO) y Fernando Sánchez (Coalición Cívica) que fueron a la sala de periodistas y explicaron incómodos: “Hablamos con el Presidente, y le pedimos que deje sin efecto la resolución. Se comprometió a que se iba a comunicar con Basavilbaso para dejarlo sin efecto”, explicaron los tres jefes del interbloque, aunque no pudieron ocultar su “sorpresa” por la decisión tomada por el titular de la ANSeS, cuya cabeza fue reclamada por Carrió.
En medio de los mensajes que repartieron los tres referentes del bloque Cambiemos en Diputados, fuentes de la Casa Rosada hicieron las confirmaciones de rigor a la medianoche, aunque algunos funcionarios hablan de un áspero intercambio entre la líder de la Coalición Cívica y el jefe del Estado, que se preparaba para concluir la jornada en Olivos.
Las explicaciones improvisadas que tuvieron que dar los tres referentes del bloque oficialista a los medios sumaron más incertidumbre al malestar que mascullan los escuderos legislativos de Cambiemos por el escándalo del concurso de acreedores de la empresa Correo Argentino S.A.. Se trata de una empresa del Grupo Macri, operada por Franco, padre del Presidente, que es deudora del Estado Nacional por los cánones que dejó de pagar poco después de ganar la privatización del servicio telepostal nacional en 1997. Fue reestatizado en 2003, y desde entonces la concesionaria del Grupo Macri afrontó una convocatoria de acreedores que, según advirtió la fiscal general Gabriela Boquín la semana pasada, estaba por concluir con una quita abusiva de la deuda que perjudicaba al interés público. El monto fue convalidado por los representantes del Estado en un acuerdo con la firma que pertenece a la familia del Presidente.
Esa trama impactó amargamente en el bloque de diputados de Cambiemos: la semana pasada advirtieron que nadie del Ejecutivo les avisó del cimbronazo que se venía. El traspié que protagonizaron Basavilbaso y Macri en la noche de este miércoles sumó un segundo capítulo de desasosiego, que se agrega a las silenciosas broncas acumuladas por el escándalo del Correo. Dos inesperados escándalos públicos en medio de febrero, un mes de receso vacacional, donde el Congreso volvió a funcionar por expresa solicitud del Ejecutivo. A contrapelo de los deseos presidenciales para este año electoral (que apostaban a una actividad legislativa reducida), el Parlamento retomó un peso inesperado gracias a los traspiés de la Casa Rosada, aumentados por la grieta que separa al titular de la Cámara Baja Emilio Monzó, del jefe de Gabinete Marcos Peña que cuenta con el total respaldo del Presidente.
La precariedad de los delicados equilibrios que mantienen la estabilidad de la alianza gobernante quedaron en evidencia dos veces en una semana, cuando apenas han pasado 45 días del comienzo del 2017. A pesar de las rispideces del arranque, en el Gobierno se consuelan con el tiempo que separa a estos escándalos de las elecciones de medio término. Sin embargo el segundo novelón político del verano recién comienza y promete un rol protagónico para Carrió que, por ahora, sólo bramó por twitter y desde los pasillos del Congreso.