En un Congreso blindado por el hervor que volverá a brotar en las calles, el Gobierno pone en juego este jueves un capítulo clave del reformismo post-electoral: la ley de ajuste previsional. El interbloque Cambiemos someterá a votación el proyecto aprobado en el Senado para modificar la fórmula de cálculo de las jubilaciones, atado al éxito de todo el paquete económico acordado con los gobernadores del PJ.
La tensión social extrema obligó a la bancada que preside Mario Negri a adelantar el debate que, en los planes originales, estaba previsto para la semana próxima. La discusión arrancará a las 14 y a esa hora la CGT comenzará a concentrarse en la esquina de San José y Avenida de Mayo, para movilizarse a un Congreso bloqueado por las fuerzas de seguridad desde primera hora de la mañana.
Fuerte operativo de seguridad en los alrededores del Congreso (Télam)
La sesión especial -donde también se votará la reforma tributaria- promete extenderse hasta la madrugada y las avenidas Rivadavia y Entre Ríos estarán cortadas hasta este jueves. En tanto, la Cámara de Diputados extremó sus medidas de seguridad: sólo se habilitará un ingreso por Bartolomé Mitre y Riobamba, y el acceso al Palacio se limitará a personas con acreditación.
El interbloque oficialista sabe que la suerte del “reformismo permanente” que obsesiona al presidente Mauricio Macri depende de la votación de este jueves: el ajuste jubilatorio fue avalado por los gobernadores peronistas que suscribieron el Consenso Fiscal y que, en ese marco, llegaron a un acuerdo por el Fondo del Conurbano.
En este escenario, Cambiemos se aseguró los votos de los diputados que responden a los mandatarios Juan Schiaretti (Córdoba), Hugo Passalacqua (Misiones), Gerardo Zamora (Santiago del Estero) y Juan Manzur (Tucumán). En el último caso, la marcha atrás con el impuesto interno a las bebidas azucaradas fue clave para terminar de sellar el acuerdo.
Como estimó Letra P, el oficialismo -que activó todos los mecanismos para tener asistencia perfecta- tiene una base de 128 votos seguros y contará además con un puñado de diputados “rebeldes” del Bloque Justicialista. “Hay una voluntad mayoritaria del bloque de no acompañar”, confirmó a este medio, en estricto off, una importante fuente de ese espacio, donde Diego Bossio, ex director ejecutivo de la ANSES, encabeza la resistencia.
Los rechazos -que podrían llegar a 100- provendrán del Frente para la Victoria-PJ, el Frente Renovador, el Movimiento Evita, los puntanos que responden a los hermanos Rodríguez Saá, el Frente de Izquierda, los progresistas Victoria Donda y Luis Contigiani y monobloquistas como los santafesinos Alejandra Rodenas y Alejandro Ramos, y el chubutense de Camioneros Jorge Taboada.
En la previa de la sesión, mientras la Plaza de los Dos Congresos ardía en enfrentamientos entre manifestantes y Gendarmería, Elisa Carrió hizo un último intento de apaciguar las aguas y garantizó que “la ley es muy buena para el futuro”. Pero en el mismo mensaje, vía Twitter, apuntó a “los que inventaron un desaparecido, los que no quieren la República, los grandes evasores y ladrones de la riqueza de la Nación”.
“Esto yo ya lo viví. No voy a conspirar contra la República y si hay un error se puede reparar. En cambio, si yo no votara con el Gobierno, estaría haciéndole el juego a los que quieren derrocarlo. A saber: los que hicieron negociados espurios con la reparación de los submarinos”, lanzó la líder de la Coalición Cívica, que en un principio era reacia a acompañar la ley.
La discusión principal radica en el “empalme” entre la fórmula actual -semestral- y la que se quiere implementar -trimestral, con combinación de índice inflacionario y variación salarial-. Si se sanciona la ley, en marzo de 2018 los jubilados recibirán un aumento del 5,7% a cuenta del período julio-septiembre, en lugar del 14,5% que percibirían contando el lapso entre julio y diciembre. Casi nueve puntos menos de incremento, según se estima.
Con estos números sobre la mesa, uno de los secretarios generales de la CGT, Juan Carlos Schmid, anunció que la central obrera no sólo se movilizará mientras se desarrolla la sesión, sino que realizará un paro de 24 horas el viernes si la ley es aprobada. A la marcha se sumarán las dos CTA y partidos de izquierda, que igual cuestionaron que el cese de actividades no sea este mismo jueves.
En la mega jornada no sólo se discutirá el ajuste jubilatorio, sino también la reforma tributaria pactada con gobernadores, que obtuvo dictamen favorable este martes. Además de recular con el impuesto a las bebidas azucaradas, el Gobierno tuvo que dar marcha atrás con el gravamen al vino, y en el caso del rubro electrónico, la rebaja será gradual para los artículos no fabricados en Tierra del Fuego.