REFORMAS PRO

El ajuste previsional lo hizo: la CGT va al paro y se calienta diciembre

Convocó a una movilización este jueves, sumándose a la CTA, cuando Diputados discuta los cambios en la fórmula de actualización jubilatoria. Si se aprueba, habrá paro general el viernes.

El triunvirato de la Confederación General del Trabajo (CGT) puso en riesgo los pronósticos de tranquilidad que barajaba la Casa Rosada para obtener la sanción de la reforma previsional. Tras la intempestiva decisión de acelerar la sanción en Diputados para este jueves, el dirigente Juan Carlos Schmid anunció que la central obrera realizará un paro de 24 horas el viernes, si la norma es aprobada. La convocatoria fue anunciada casi al mismo tiempo de la marcha y cese de actividades que convocaron las dos CTA. Los anuncios de paro cambiaron abruptamente la hoja de ruta del Gobierno, que este miércoles estaba concentrado en acelerar las negociaciones en el Congreso y cerrar la undécima Cumbre Ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC), donde habrían surgido nuevos nubarrones para la firma de un acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea. 

 

El mensaje sindical llegó a los escritorios del oficialismo cuando sus funcionarios ajustaban las últimas negociaciones para lograr la sanción lo más rápido posible. Sin embargo, a pesar de las versiones que circularon, una fuente del Ministerio del Interior negó la existencia de reuniones de último momento con distintos gobernadores. La mesa de situación que reporta al presidente Mauricio Macri, tiene cuatro escuderos: dos del Ejecutivo y dos del Congreso. Desde la Casa Rosada, las negociaciones con cada mandatario corre por cuenta del jefe de Gabinete Marcos Peña y del titular de la cartera de Interior, Rogelio Frigerio; mientras que en el legislativo, los intercambios estuvieron en manos del titular de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, y el jefe de la bancada de diputados de PRO, Nicolás Massot.

 

En medio de las persuasiones de último momento, la pieza que desequilibró el armado provino del sindicalismo, que multiplicó las preocupaciones del Gobierno sobre el desenlace del año sin sobresaltos, especialmente en diciembre. Uno de los objetivos de la administración era tener un final de año en calma, pero la inesperada convocatoria del paro abre otro panorama para el miércoles que viene, fecha de una nueva marcha prevista para conmemorar las movilizaciones populares del 20 de diciembre de 2001, que desembocaron en la huída del entonces presidente Fernando De la Rúa, luego de una feroz represión que dejó 39 muertos en todo el país.

 

Los nubarrones sobre el final de diciembre suceden mientras avanza una mesa de negociación del oficialismo, que no contó con operadores del Ministerio de Trabajo, conducido por Jorge Triaca, el mismo funcionario que hasta la semana pasada había cosechado elogios presidenciales por la negociación que mantuvo con el mando cegestista, especialmente desde que el titular de la UOM, Antonio Caló, se mostró a favor del acuerdo que había firmado la seccional de Río Grande para congelar los salarios para los próximos dos años, a cambio de frenar posibles despidos en Tierra del Fuego. Poco después de la firma de ese acuerdo, la negociación comenzó a resquebrajarse y hace diez días las bases de esa seccional reclamaron que ese acuerdo no fuera homologado.

 

 

 

Fue la previa del desgaste político que afronta el mando unificado cegetista dentro de la serie de negociaciones que mantienen desde que Macri lanzó el plan de normas que tiene a la reforma previsional como la llave maestra de toda la batería de ajustes, diseñada por su equipo económico. La primera en cuestionar la fórmula del cálculo previsional fue la socia menor de Cambiemos, la diputada Elisa Carrió, pero la mujer finalmente aceptó las explicaciones que le ofreció el vicejefe de Gabinete Mario Quintana y confirmó el apoyo de todo su bloque a la norma para cambiar la formula de actualización jubilatoria. El giro de Lilita dejó vía libre para la sanción de esa norma, aunque desde la semana pasada, el titular del bloque de senadores del PJ, Miguel Angel Pichetto, había dicho que su bloque aportaría sus votos para llevar adelante la reforma laboral, si contaba con el visto bueno de la CGT.

 

Ya sobre la recta final de esa tortuosa negociación, la CGT hizo tronar su malestar cuando la reforma jubilatoria parecía encontrar su desenlace final en diputados. “Habrá que cortar algunos clavos, pero en este panorama estamos bastante bien con los apoyos para la reforma tributaria y la jubilatoria, más allá de las presiones del sindicalismo”, contestó a Letra P una fuente de la Casa Rosada luego del anuncio. 

 

La advertencia de Schmid repitió el argumento que los funcionarios del Gobierno buscan rebatir a toda velocidad. "Le están metiendo la mano en el bolsillo a los activos y a los jubilados. La reforma previsional la rechazamos de plano. Hay un acuerdo a nivel gobernaciones y en el Senado que la CGT no comparte”, disparó, en referencia a esa mesa de negociación donde, aparentemente, los habrían dejado afuera. 

 

 

 

La convocatoria de la CGT no fue anunciada en soledad, sino como parte de la interlocución que mantienen con la CTA de los Trabajadores y la CTA Autónoma, que también habían planificado la realización de una medida de fuerza. La resolución de las dos CTA también fue adoptada este miércoles por la tarde, pero incluyó un paro, concentración y marcha al Congreso este jueves, para repudiar el proyecto oficial de reforma laboral, que tiene menos chances de ser sancionada que el ajuste jubilatorio. En esa articulación, algunos miembros de la CGT identifican el "empujón" hacia el paro en manos de la Corriente Federal de Trabajadores, que conduce el bancario Sergio Palazzo, y del gremio de Camioneros, que encabeza Pablo Moyano

 

Los titulares de las dos CTA, Hugo Yasky y Pablo Miceli, firmaron un comunicado donde anunciaron que “la pretendida ´reforma previsional´ impulsada por el Gobierno no es más que una brutal ofensiva contra nuestros mayores a quienes busca arrancar más de 100.000 millones de pesos mediante una ley del Congreso de la Nación", denunciaron.

 

El anuncio de marcha y paro, que finalmente compartieron las tres mayores centrales sindicales del país, sucedió en medio de un espectacular despliegue de Gendarmería Nacional frente al Congreso, para evitar la realización de una vigilia en protesta contra la reforma jubilatoria. La primera concentración esta prevista para este jueves a las 14 en la esquina de San José y Avenida de Mayo, a tres cuadras del cerrojo que impusieron las fuerzas de seguridad para rodear al Congreso, luego del despliegue violento que protagonizaron para controlar una masiva marcha pacífica, convocada por distintos movimientos sociales.

 

TARDÍA ADVERTENCIA CEGETISTA. Tras el anuncio de Schmid, la secretaría de Prensa de la CGT difundió un comunicado con las principales resoluciones de su conducción. La central obrera resolvió, declararse "en estado de alerta y sesión permanente", pero también adherir y apoyar a todas aquella expresiones sociales y gremiales que coincidan con nuestro reclamo y que, en el ámbito de la paz social que nos caracteriza, exprese su rechazo a la política económica nacional", remarcó la declaración en referencia a las convocatorias que impusaron las dos CTA. En el texto la conducción cegetista rechazó "cualquier acto de represión por parte de las fuerzas del orden que pretenda avanzar sobre el derecho y la libertad de expresión que, en este sentido, la CGT promueve"; y llamó a "movilizar a todos sus cuadros dirigentes y trabajadores al Congreso" para este jueves", con el fin de "rechazar el tratamiento de la Ley de Reforma Previsional", pero "si aun así, la Cámara de Diputados decidiera dar quórum y tratar la ley votando en forma positiva su sanción", la central decreta un paro nacional de "24 horas para el viernes 15 de diciembre". 

 

 

 

En el comunicado oficial los triunviros recordaron las movilizaciones que han impulsado durante los últimos dos años, pero sostuvieron que "aún así parece que los oídos del Gobierno están sordos a los reclamos de los trabajadores". Sin embargo, las declaraciones más duras están concentradas sobre los proyectos de reforma previsional y fiscal, que están vinculadas entre sí: "Hoy se pretende llevar adelante modificaciones en el Sistema Previsional Argentino que, como consecuencia de ello, harán mella sobre los haberes jubilatorios so pretexto de achicar el déficit fiscal. La misma orientación tiene la denominada Reforma Tributaria que avanza nuevamente sobre los salarios de los trabajadores a través de la ratificación del Impuesto a las ganancias y otros gravámenes que pegaran en los bolsillos de la ciudadanía".

 

 

 

Para la conducción cegetista, el gobierno pretende "cambiar el modelo laboral argentino con la idea que la “baja de costos laborales” atraerá a nuevas inversiones productivas Y, otra vez, el pretexto es achicar el déficit fiscal. Este pueblo argentino, sus trabajadores, sus jubilados, la gente de a pie, los que menos tienen no pueden ni deben soportar los errores que la política llevó adelante. En éste y en otros gobiernos", remarcó el comunicado que se dirige directamente a los diputados y les advierte que "deben hacer prevalecer sus convicciones internas, si es que aún coinciden con las propuestas por las que fueron votados. No deben, ni deberán, faltar al compromiso con gran parte de este pueblo que los votó para que sus situaciones sociales y económicas mejoraran. Para que sus hijos tengan una mejor vida y que sus abuelos disfruten sus jubilaciones", sostuvo el comunicado. 

 

 


 

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