Desde el 22 de octubre, Elisa Carrió no para de festejar. La diputada nacional y referente de Cambiemos fue reelecta como diputada nacional por casi la mitad de los porteños, vio caer preso al ex ministro de Planificación Julio De Vido y este viernes sumó un nuevo trofeo: la detención del ex vicepresidente Amado Boudou en una causa por presunto lavado de dinero y enriquecimiento ilícito.
Como otros funcionarios y legisladores del oficialismo que se subieron a la ola amarilla, Carrió no se privó de festejar en Twitter. Lo hizo de una forma muy particular: posteó la foto de una Virgen Milagrosa en agradecimiento por Boudou preso, acompañada por una muñeca que simuló ser “la Republiquita”, con una banda nacional atravesándole el pecho.
Boudou fue detenido en su departamento de Puerto Madero y trasladado a Comodoro Py en una causa por corrupción donde la denunciante fue la “fiscal” de “Lilita”, Paula Oliveto Lago, electa diputada nacional. “Es un personaje nefasto que ha pasado todos los límites”, advirtió la actual legisladora porteña, quien también pidió a la Justicia que condene al vicepresidente por la compraventa de Ciccone Calcográfica.
Como consignó Letra P, Carrió había apuntado al juez que ordenó aprehender a Boudou, Ariel Lijo, por una supuesta operación para vincularla a un enriquecimiento ilícito. Días después, el magistrado fue denunciado en el Consejo de la Magistratura por un supuesto “cajoneo” de expedientes que involucran a funcionarios de la administración anterior.
La semana pasada, Carrió propagó por todos los medios su satisfacción por la detención de De Vido. En esa oportunidad, el ex funcionario había pedido “que le manden un champagne a la doctora” para que pudiera festejar. “Que no me manden, porque no tomo alcohol”, fue la respuesta de la líder de la Coalición Cívica, quien dijo haber esperado 14 años para ese momento. “Fue un deber cumplido”, resumió.