Ramiro Tagliaferro

“El conurbano se está poniendo amarillo y se viene un gran oeste”

El intendente de Morón cree que la gran ola de Cambiemos seguirá avanzando sobre el mapa bonaerense, en el que sigue viendo a VIdal gobernadora: "No la imagino presidenta, ella no saltea pasos".

La antesala al despacho muestra una extensa galería de fotos en la que se puede ver al intendente de Morón, Ramiro Tagliaferro en varios momentos de su vida política y familiar. Las imágenes continúan en el interior de la oficina, donde sobresale un cuadro que muestra al jefe comunal de Cambiemos junto a su entonces esposa, María Eugenia Vidal, sus tres hijos, María José, Camila y Pedro, y el Papa Francisco, en el Vaticano.

 

“Son fotos que quiero mucho”, dice el intendente de uno de los distritos más poblados del oeste del conurbano bonaerense. Tagliaferro muestra además algunas imágenes reservadas, en las que se lo ve de estudiante junto a su novia, una adolescente Vidal. De ella dirá: "María Eugenia tiene unos ovarios gigantes y además es intelectualmente brillante, es un cóctel muy explosivo. Ella es bestial".

 

 

En 2015, Tagliaferro le ganó la intendencia al candidato del Frente para la Victoria (FpV), Hernán Sabbatella, y cortó 16 años consecutivos de administración de Nuevo Encuentro. En esa misma elección, el ex jefe comunal y figura central de ese espacio, Martín Sabbatella, peleó la Gobernación como compañero de Aníbal Fernández en la fórmula del peronismo K que perdió con Vidal, quien asumió como gobernadora bonaerense.

 

Dos años después, Cambiemos volvió a ganarle al kirchnerismo, que jugó esta vez con el sello Unidad Ciudadana, y se ratificó el liderazgo de Vidal, y también, en Morón, el de Tagliaferro.

 

 

BIO.- Heredó de su padre la militancia en el peronismo, un espacio que abandonó antes de la crisis de 2001, cuando se incorporó al Grupo Sophia, junto a su entonces esposa, María Eugenia Vidal, y luego al equipo porteño de Mauricio Macri. Es licenciado en Ciencias Políticas, se recibió en la UBA. En 2011 fue electo concejal de Morón por Unión Popular. En 2013, como el PRO bonaerense no compitió en las legislativas de ese año, se sumó a las listas del Frente Renovador y fue elegido diputado provincial. En 2015 ganó la intendencia de Morón y destronó a Nuevo Encuentro -partido que integraba el Frente para la Victoria-, que venía de gobernar el municipio los últimos 16 años.

 

 

-¿A qué se debe esta victoria? En el caso de Morón, la gente lo ratificó con su voto.

 

-Es la forma. Antes a los políticos que estaban a cargo de los ejecutivos no los veías en fotos con la gente, no hacían reunión de gabinete, no hacían conferencias de prensa. Yo todo el día hago esto, voy al territorio, no escondo nada. Otro tema es la obra pública. Casi batimos récord históricos de obras y eso tiene dos simbologías: un lado visible, donde se ve lo que hacés; y otro subterráneo, porque la gente piensa que esta vez no te la llevas a tu casa, la invertís en el municipio.

 

-La elección también mostró un avance de Cambiemos en distritos peronistas del conurbano.  

 

Sí, es bárbaro, el mapa se empiece a poner amarillo en el conurbano. Lo que está pasando en el oeste, donde ganamos en Ituzaingó, Hurlingham, San Martín, victorias que antes eran impensables. Si sacás la foto de la legislativa y la proyectás al Ejecutivo ves que se está armando un gran oeste. Antes éramos solo nosotros, yo en Morón, Diego (Valenzuela) en Tres de Febrero, hombro con hombro contra todo el resto, como dos isletas. Hoy ya empieza a tener un color como si fuera una gran región.

 

-¿Cuánto sumó en esto Vidal? 

 

-María Eugenia es el gran ejemplo, es la gobernadora. Está todo el día en la calle, hace reuniones de gabinete, no se esconde y, sobre todo, hace obras. Y tiene el coraje y la audacia de dar las peleas que no dio nadie antes. Contra el narcotráfico, el juego, volver a pedir el fondo del conurbano, pensar que en 22 meses logró recuperar miles de millones para los bonaerenses y los anteriores gobernadores estuvieron años con presidentes de su mismo color y no trajeron un peso, vergüenza me da. La provincia de Buenos Aires es un antes y un después de Vidal. Antes decían porque es la primera mujer no peronista. No muchachos, estoy hablando de gestión, de gobierno: la gestión y la impronta que impone Vidal.

 

-¿La imagina Presidenta?

 

-Yo soy muy subjetivo en eso, no creo que sea un parámetro, corro con mucha ventaja porque la conozco desde hace muchos años. Puedo hablar de un potencial, de una capacidad. La conozco de muy joven y estuve con ella desde que tiene 24 años. María Eugenia siempre conectó distinto con la gente y era una cuestión de tiempo, iba a hacer un diferencial. Porque ella es distinta: todos hacemos política y tenemos cercanía con el ciudadano, pero ella es especial. Tiene atributos que muchos quisieran tener.

 

 

 

-¿Como cuáles?

 

-Tiene unos huevos bárbaros, unos ovarios gigantes (ríe) y además es intelectualmente brillante, es un cóctel muy explosivo. Ella es bestial.

 

-Usted es el ex marido ideal.

 

-(Se ríe) El amor bien entendido conlleva algún grado de admiración. María Eugenia es la mamá de mis nenes, la quiero muchísimo, es una persona increíble. Ya no estamos en pareja, ella está rehaciendo su vida y yo también. Pero si hablo de su perfil político, puedo decir que es muy superior a la media.

 

"La provincia es un antes y un después de Vidal. Antes decían porque es la primera mujer no peronista. No muchachos, estoy hablando de gestión, de gobierno: la gestión y la impronta que impone Vidal."

-¿Pero cree que la Presidencia está entre sus planes de futuro?

 -Creo que ella va a hacer bien lo que se plantee, pero Mariu es muy de sus tiempos, de ir acomodándose a su traje, a su responsabilidad. Hoy la veo muy compenetrada, muy fina con todo lo que es la provincia. Me parece que lo otro es futurología. Mariu no tiene la linealidad de la carrerita: gobernadora, presidenta. Si me decís si me la imagino presidenta te digo que no. Me la imagino gobernadora donde está, ella no saltea pasos, es muy evolutiva.

 

-¿Cómo manejan la rutina de gestión con las obligaciones familiares? 

 

-Siempre fuimos muy peronistas en eso (ríe), la organización vence al tiempo. Sino, no hubiéramos podido hacer nuestras carreras y que nuestros hijos se criaran normalmente. Siempre tuvimos claro nuestro momento de padres, de esposos, de legisladores o de ministros. Todo se fue dando de forma natural. Yo voy a la base (naval donde residen Vidal y sus hijos) y me quedo tomando mate o ella viene a casa y, salvo que esté pautado, viene como la mamá de los chicos, porque si vamos a hablar de gestión lo pautamos. Es claro que tengo el privilegio de poder juntarme en otros lugares, pero siempre acordando. “Che, escuchame, necesito ver este tema”, entonces nos juntamos, media hora, 40 minutos y ahí vamos con la agenda de laburo. Tampoco somos dos computadoras, a veces me llama y mientras me habla del campamento de Pedrito me consulta por un tema pendiente del trabajo, no todo es tan lineal, pero está claro que si necesito resolver algo del trabajo no voy a ir a la puerta de su casa o aprovecho una situación familiar.

 

 

 

-¿Y sus hijos cómo toman estos cambios? El padre intendente, la madre gobernadora...

 

-Fue un proceso. Cuando nuestros chicos nacieron nosotros éramos jóvenes profesionales que empezábamos a trabajar. Cuando Cami era bebé y Majo ya había nacido, yo trabajaba con Mauricio y Mariú estaba llegando a ese ámbito. Nuestros hijos sabían que estábamos en política, nosotros siempre los integramos en lo que hacíamos, para los chicos era muy natural escuchar en la mesa que dentro de unos meses iba a haber una elección, que papá iba a ser candidato, o que mamá era ministra. Eso fue siempre muy natural. Desde chicos venían a los búnker para las campañas, estaban en las reuniones que se hacían en casa. Después tuvimos que subir la exigencia de cómo coordinar para estar en los picos del día con ellas o las señoras que nos ayudan, que son como de la familia. Fue un proceso que fue evolucionando. Ellos crecían e iban creciendo en esto.

 

"Yo fui diputado cuando Scioli era gobernador. Le aprobamos el endeudamiento que pedía pero nunca ofreció que una parte fuera coparticipada a las comunas. Y María Eugenia lo hizo. Dos veces."

-¿Dialoga con el ex intendente Lucas Ghí? ¿Con su espacio, Nuevo Encuentro?

 

-Con Lucas tengo una buena relación personal, siempre nos respetamos cuando él era intendente y yo concejal. Pero con su espacio no tengo buena relación porque tomaron una posición muy dura con nosotros. Yo intenté generar un espacio para dialogar con los concejales, para discutir la política pública, porque además yo no vengo de un repollo, vengo de ser diputado y de ser concejal de Morón, sé perfectamente la lógica de interacción entre el Ejecutivo y el Concejo Deliberante. Nunca me han planteado una discusión en base a propuestas, a proyectos concretos. Su postura es oponerse, como con el Metrobus por ejemplo. Somos el único caso que no hizo el Metrobus porque la oposición no lo quiso votar, eso te da un panorama de dónde se paran. No quieren hacer juntos, sino evitar que hagamos nosotros.

 

-A partir del 10 de diciembre va a cambiar la conformación del HCD.

 

-Sí, vamos a tener mayoría, con lo cual vamos a hacer el Metrobus, entre otras cosas.

 

-Esta semana se aprobó un nuevo endeudamiento para la Provincia, pero se eliminó el Fondo de Infraestructura Municipal (FIM) que iba derecho a las comunas.

 

-Hay que reconocer que la primera decisión que tomó la gobernadora fue descentralizar fondos para que todos los intendentes de todos los municipios puedan hacer obra pública con plata de la provincia.

 

-Y también fue parte de la negociación con el peronismo para que le aprueben el endeudamiento 2016 y 1017.

 

-Sí, pero yo fui diputado cuando Daniel Scioli era gobernador. Le aprobamos el endeudamiento que pedía pero nunca ofreció que una parte fuera coparticipada a las comunas. Y María Eugenia lo hizo, dos veces, y por el CUT (Coeficiente Único de Distribución). Ahora, que no esté el FIM no significa que no vaya a haber obra pública, no hay que dramatizar. Este Fondo fue para un momento de emergencia de una provincia que heredó una gestión quebrada.

 

 

"El proyecto de limitar las reelecciones de intendentes fue de Jorge Macri y mío cuando éramos diputados en 2008. En ese momento nos dijeron que estábamos locos, que no entendíamos nada de gestión. Casi diez años después mira como cambió todo"

 

 

 

-¿Qué va a pasar con las tasas en Morón? Desde el Gobierno pidieron que no haya aumento. 

 

-Vamos a plantear la actualización de la matriz impositiva fiscal, porque el municipio cobra las tasas de acuerdo a una matriz de 1955. Lo que se hacía históricamente era aumentar la carga, pero nunca se actualizaron los metros cuadrados declarados contra la cantidad de metros cuadrados actual. Es decir, que en su mayoría se cobra por la cantidad de metros cuadrados declarados en el 55. Lo que vamos a hacer es actualizar los metros cuadrados de las propiedades de los contribuyentes y, sobre eso, establecer la tasa actual.

 

-¿No se va a aumentar el porcentaje?

 

-No, no se aumenta la tasa. Está claro que esto es un tecnicismo, porque al vecino lo que le importa es saber si va a pagar más. Y con la actualización va a tener un aumento, que igual no va a superar el 20 por ciento. L importante es que va a pagar por lo que tiene y, proporcionalmente, el que sigue teniendo el espacio que tenía en el 55 no va sufrir ningún incremento.

 

-¿Se imagina una gestión más en el municipio?

 

-Primero hay que ver la parte humana y después la vocación de poder, como decíamos los peronistas, porque hacer esto son 15 horas por día en los que sos menos papá, menos amigo, menos deportista... Nosotros no gestionamos por control remoto, venís un viernes a las 20 y estoy acá y los fines de semana estoy caminando. Esa vocación de gestión, donde ponés el cuerpo tan intenso de lunes a lunes...no sé cómo hubo gente que estuvo acá 15 o 20 años, no lo sé.

 

-La ley hoy limita a dos mandatos la gestión municipal.

 

-El proyecto original de limitación de elecciones fue de Jorge Macri y mío, de 2008 cuando éramos diputados. Nos decían que estábamos locos, que era una barbaridad, que no entendíamos nada de gestión. Teníamos riesgo de vida (se ríe) y, casi diez años después, mirá cómo cambió todo. La verdad que ocho años está bien. Yo sé que está abierta esa posibilidad, pero lo voy a decidir más adelante.

 

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