ELECCIONES 2017

Cristina apeló al monumentalismo peronista para mostrarse en carrera

Habló en Racing frente a una multitud. El simbolismo del 17 de octubre, Eva y Perón. La unidad post 22, las alusiones a Massa y el lugar de Máximo. La fuerza contra la ola amarilla de Cambiemos.

Terminó casi sin voz, forzando la garganta y luchando contra un inesperado problema de sonido, con denuncias sobre un presunto sabotaje del Gobierno al acto, que fue finalmente multitudinario, con un ruego a la militancia para que salga a juntar votos y con la apelación a todos los elementos de la mística peronista, que se conjugaron para alimentar el discurso. Más que nunca, Cristina Fernández de Kirchner dejó la sensación en Racing de que puso el cuerpo en la campaña para luchar contra la fuerza de la ola amarilla de Cambiemos, que se propone barrer con todo rastro del kirchnerismo el 22 de octubre.    

 

"Miren lo que somos capaces de hacer. Nos pararon el (tren) Roca, nos cortaron una señal telefónica y acá estamos. No nos vamos a la Luna, nos quedamos en Argentina. Nadie nos va a mover", gritaba Cristina frente a un estadio de Racing colmado por más de 60 mil personas. Parada sobre la pasarela que se adentraba al centro del campo de juego, lejos del escenario donde se ubicaron todos los referentes de Unidad Ciudadana, la ex presidenta apelaba al discurso épico de la lucha desigual contra un oficialismo todopoderoso para mover a la militancia a buscar votos para "llenar las urnas" en las elecciones legislativas.  

 

El clima acompañó el plan cristinista. En el estadio Juan Domingo Perón, un día antes del 17 de octubre, el cielo se despejó completamente para habilitar la pregunta con la que Cristina arrancó su discurso, 15 minutos después de la hora señalada, a las 16.45. "¿Qué clase de día es?", interrogó la ex presidenta, a la espera de la respuesta conocida. "¡Peronista!", contestó la militancia. "Claro que sí", celebró la candidata a senadora de Unidad Ciudadana.

 

 

Antes, habían sido su compañero de lista, Jorge Taiana, y  la primera candidata a diputada nacional, Fernanda Vallejos, los encargados de remarcar el simbolismo. "Buenas y peronistas tardes de sol", saludó la economista. El ex canciller reforzó la idea: "¿Cuál es la vigencia y la actualidad de las banderas del peronismo? Están plenamente vigentes. Enfrente tenemos un gobierno que no cree en la justicia social, en la independencia económica ni en la soberanía política", dijo Taiana, ya con Cristina sobre el escenario.

 

Desde pasado el mediodía, en las tribunas se vivió un clima de fiesta. La militancia orgánica y los que llegaron a Avellaneda por sus propios medios, de manera independiente, colmaron plateas, populares y el campo de juego, hasta el punto en que los organizadores debieron habilitar el ingreso a la tribuna ubicada detrás del escenario, en la cabecera.  

 

Con el ingreso de los asistentes, llegó el primer guiño al electorado justicialista, en lo que fue casi la contracara del acto del 20 de junio en Arsenal, donde el lanzamiento de Unidad Ciudadana borró todo rastro pejostista. En las pantallas se proyectó la "Carta abierta al pueblo peronista", que publicó a mediados de septiembre, con motivo del 62º aniversario del bombardeo a Plaza de Mayo, el presidente del PJ, José Luis Gioja, en la que llamó a votar por Cristina y Taiana, para "frenar el ajuste" del Gobierno. 

 

El acto siguió con la animación de Pedro Rosemblat -"El Cadete"-  y la actuación de Bruno Arias y Brian Lanzelotta. "Cristina dejó el cuerpo en esta campaña, no se le puede pedir más", decía en el palco de invitados un miembro de La Cámpora cercano a la ex presidenta, mientras señalaba cómo la multitud colmaba el cilindro de Avellaneda. Contra muchos pronósticos, la ex presidenta transitaba el final de un camino que incluyó actos, recorridas, botas embarradas, gira mediática, entrevistas y hasta una conferencia, una rareza en el manual cristinista. 

 

En la tribuna se desplegaba una enorme bandera con la leyenda "Te juro que mañana volveré", mientras en los altoparlantes sonaba esa letra en la voz de Nino Bravo. Entre la militancia de La Cámpora cantaba Máximo Kirchner, que llegó al estadio a pie, en la caravana desde la Ciudad de Buenos Aires que organizó la agrupación que lidera.

 

 

 

"En estas vísperas del 17 de octubre no venimos a recordar la historia únicamente. Venimos también a hacer honor a la vocación política que significa pertenecer a un espacio político que siempre ha hecho honor a la lealtad", apuntó Cristina para luego señalar que el presidente Mauricio Macri es "leal a los grupos concentrados de la economía, a sus amigos, a los socios, a Edenor, a Edesur". "¿Qué diferencias pueden separarnos a quienes somos peronistas frente a este Gobierno? Si Perón y Evita estuvieran aquí, ¿a quién votarían? Evita, a Cristina. Perón, a Taiana. Y los dos juntos, a Unidad Ciudadana", intentó convencer Cristina.

 

Después, llegó el refuerzo - "para un peronista no hay nada mejor que otro peronista" - y la mirada puesta en el electorado de Sergio Massa. A ese sector Cristina apuntó al recordar, sin nombrarla directamente, el papel de Margarita Stolbizer, compañera de lista de Massa, como miembro informante en Diputados de la llamada ley Banelco, aprobada durante el gobierno de Fernando de la Rúa. "Yo fui legisladora en los 90 en nombre del peronismo, como siempre, y me tocó junto a otros cuatro compañeros diputados frenar durante un mes el quórum para que no se aprobara la flexibilización laboral de Erman González. Éramos poquitos. No vengo hoy a prometer que nunca los voy a traicionar, porque nunca los traicioné", se diferenció la ex presidenta.

 

 

 

Afuera del escenario, la dirigencia ya hablaba del diálogo con el líder del Frente Renovador. "Luego de la elección tenemos que juntarnos todos. También con Massa. Pueden ser diferentes las formas, pero todos queremos el mismo país", decía antes del comienzo del acto el intendente de Merlo, Gustavo Menéndez. "Hay que discutir la unidad del peronismo. Pero también hay que incorporar sectores de izquierda. Y a todo el movimiento sindical", planteaba el candidato a diputado  Hugo Yasky.

 

 

 

"¡Cristina senadora, Cristina senadora!", coreaban las tribunas. En el centro del estadio, con la voz entrecortada, la ex presidenta hablaba de una pelea desigual en la campaña. "Si con todo eso pudimos, vamos este 22 de octubre a llenar esas urnas de votos. Cada uno de ustedes debe convencer a dos más q no votaron la necesidad de ponerle un freno y un límite al Gobierno", cerraba, con el esfuerzo del final, a seis días de la elección que empezará a marcar el futuro del kircherismo.

 

 

 

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