Los 60 días de plazo que impuso el presidente Donald J. Trump desde el 20 de enero para revisar el ingreso de limones argentinos al mercado estadounidense podrían extenderse a la eternidad. Los movimientos para garantizarlo ya comenzaron en Washington, de la mano de dos organizaciones que nuclean a productores de limones estadounidenses: Western Growers y California Citrus Mutual (CCM). Ambos grupos mantendrán reuniones esta semana con el vicepresidente de los Estados Unidos, Michael Pence, con distintos congresistas republicanos y con las autoridades del Servicio de Inspección Sanitaria Animal y Vegetal (APHIS) y del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), los dos organismos que suspendieron por dos meses la regla final que había ordenado el ex presidente Barack Obama para permitir la importación de limones desde el noroeste argentino, especialmente Tucumán, hacia el país más grande de América del Norte. Fue la primera vez en 15 años que Argentina volvía a exportar limones al mercado estadounidense, pero la medida duró poco menos de un mes, hasta que Trump ordenó suspender el ingreso para revisar la medida.
"Los grupos de lobby de los productores de limón de Estados Unidos ya están en contacto con sus congresistas. Se trata de grupos de poder que han hecho importantes aportes a la campaña presidencial de Trump desde sus territorios, como California, Arizona, Colorado y Missouri. Son estados donde Trump tiene una gran cantidad de votantes y no hará nada para perderlos", advirtió a Letra P el argentino Diego Molinari, residente en La Florida y uno de los directores de la Cámara Argentino Americana de Comercio de esa península. De origen platense, Molinari sigue hace dos décadas la relación bilateral entre Estados Unidos y Argentina, trabajó para el Partido Demócrata y advierte que la ofensiva de los farmers del limón será fuerte durante los próximos dos meses, para lograr que la Casa Blanca extienda la postergación por mucho tiempo.
"Están argumentando que el ingreso de los limones argentinos es un problema sanitario, pero en realidad no quieren que ingresen de ningún modo y para eso van a hacer valer el apoyo que le han dado a la campaña de Trump. Acá eso es claro: si al congresista le afectaste a un donante de campaña, hay un problema que resolver", dijo Molinari en referencia al peso que tendrán los representantes republicanos de California en esa pulseada.
"Veo que el gobierno argentino tiene una visión muy inocente sobre lo que está pasando. Es verdad que hay un stay de 60 días y eso es normal que suceda, porque Obama hizo lo mismo cuando llegó: es habitual que una administración se tome dos meses para revisar decisiones posteriores al 1 de noviembre, pero Buenos Aires debería mover sus fichas con rapidez para ofrecer sus argumentos ante la ofensiva que se viene, que implicará audiencias públicas donde los productores californianos redoblarán la apuesta", evaluó el cabildero.
Hace diez días, cuando Trump resolvió el stay el presidente de California Citrus Mutual, Joel Nelsen, celebró la medida. "Si bien CCM no se opone al comercio o a la inevitable competencia creada para nuestra industria por la importación de productos offshore, no podemos apoyar ningún acuerdo comercial que ponga en riesgo a la industria cítrica de California", advirtió el limonero y anticipó que continuarán "trabajando con el USDA para crear un plan de trabajo que proteja mejor la industria cítrica doméstica de la multitud de plagas y enfermedades que se sabe están presentes en el noroeste de Argentina”.
Los trabajos continuarán esta semana y tocarán las puertas del flamante vicepresidente Pence. “El presidente hizo campaña en una plataforma para proteger las industrias estadounidenses de paquetes comerciales que crean vulnerabilidades innecesarias para la producción nacional, negocios y empleos. La rápida acción del presidente en relación con la regla del limón argentino es una señal clara de que tiene la intención de cumplir su promesa de campaña “, celebró Nelsen.
Antes de la asunción de Trump, el U.S. Citrus Science Council, que trabaja con los otros grupos de agricultores, promovió el envío de 400 mensajes de protesta para suspender el ingreso de los limones. Hasta que Obama permitió el retorno de los limones tucumanos al mercado nortamericano luego de 15 años, sólo ingresaban a ese país cítricos provenientes de México y Chile. La ofensiva de los farmers limoneros podría ser compartida por los ganaderos para impedir el ingreso de carne argentina y por los productores de biodiesel, que podrían adoptar la misma estrategia para cerrar el ingreso de exportaciones provenientes de Argentina. Todo, en un momento donde el gobierno argentino apuesta a que las suspensiones de exportación de limones terminen dentro del plazo previsto.