En una maratónica sesión, que empezó pasadas las 12 del martes y terminará en la mañana del miércoles, el Gobierno se encamina a obtener su primera victoria en la Cámara de Diputados. En una jornada marcada por los fuertes cruces y acusaciones entre el oficialismo y el kirchnerismo, con cambios repentinos de votos, Cambiemos consigue el apoyo del massismo, el bloque Justicialista de Diego Bossio, el socialismo, Margarita Stolbizer y varios gobernadores para la sanción del proyecto que sella el acuerdo con los fondos buitre.
El oficialismo debió aceptar varios cambios en la redacción del proyecto, que fueron consensuados principalmente con el massismo y el bloque Justicialista. La principal incorporación fue la decisión de dejar supeditada la entrada en vigencia de los acuerdos a que la Cámara de Apelaciones de Nueva York o, en todo caso, la Corte Suprema norteamericana, levanten las sanciones que pesan sobre la Argentina. “Si no se levantan las cautelares, el Estado no puede emitir, ni negociar, ni reestructurar nada”, explicaron desde el massismo.
Por otro lado, se pidió que se fijara un tope de alrededor de 12 mil millones de dólares para el endeudamiento, se estableció el límite 0,20 por ciento a las comisiones de los bancos y se incorporó una cláusula de acción colectiva, que establece que el acuerdo suscripto por una mayoría de acreedores (entre el 65 y el 75 por ciento) obliga a aceptar a los demás. De esta manera, se busca incorporar al acuerdo a los holdouts que decidieron mantenerse afuera de la negociación y que se teme se puedan convertir en nuevos buitres.
Desde que comenzó la sesión, a las 12.24, con la presencia de 147 diputados en el recinto, empezaron las negociaciones entre el oficialismo y parte de la oposición para la introducción de cambios. El presidente de la Cámara, Emilio Monzó, el diputado Luciano Laspina, el jefe del bloque del PRO, Nicolás Massot y el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, consensuaron modificacines con Marco Lavagna, Sergio Massa y Diego Bossio, cuyo bloque acompañará la votación del proyecto en general, pero marcará diferencias en particular, según adelantaron fuentes del bloque.
En paralelo, el Frente para la Victoria comenzó a sufrir la presión de varios gobernadores, que comenzaron a llamar a sus diputados para pedirles cambios en sus votos. El primero en desmarcarse del kirchnerismo fue el cordobés Ramón Bernabey, quien anunció el mismo martes por la mañana que abandonaba el bloque para formar un unibloque y acompañar el proyecto oficialista. Por la noche, en la bancada que conduce Héctor Recalde admitían que también el ex gobernador de Misiones, Maurice Closs, y su ladero, Jorge Franco, podían alejarse de la estrategia K. Si bien no se esperaba que votaran a favor de Cambiemos, se especulaba con que podían ausentarse de recinto a la hora del cierre.
"A pesar del chantaje votaré en contra", decía en el recinto la catamarqueña Verónica Mercado, en protesta por la presión de los gobernadores. Mientras, los gobernadores de Tucumán y Entre Ríos también intentaban torcer la voluntad de sus legisladores, que se encaminaban a votar en contra del proyecto del Gobierno.
Al cierre de esta nota, se esperaba todavía la intervención de decenas de diputados, entre quienes se destacaba Máximo Kirchner, cuyo discurso estaba previsto para las 5 de la mañana. Una hora después comenzarían los cierres de cada bloque, por lo que la votación recién se concretaría alrededor de las 8.