Un legislador provincial del Frente Renovador tenía preparado un informe para cruzar a la gobernadora María Eugenia Vidal. Mandó a sus asesores a trabajar sobre el tema y, ya con la carpeta final sobre su escritorio, le escribió por whatsapp a Sergio Massa. Le consultó qué hacer y el jefe dio el ok: “Avanzá”, fue la respuesta.
Son varios los diputados y senadores que –fogoneados por Massa- inician el operativo despegue entre el Frente Renovador y Cambiemos, pese a que el propio tigrense fue quien construyó una suerte de co-gobierno con el presidente Mauricio Macri en la Nación y con Vidal en la provincia.
En los últimos días, legisladores bonaerenses del Frente Renovador salieron a criticar a la mandataria o a sus pares macristas de la Legislatura. Incluso, al propio Macri.
El ex candidato presidencial y líder del FR se encuentra en una posición incómoda. Busca no ser absorbido por la maquinaria oficialista, y por eso evalúa las consecuencias de hacer el papel de opositor amigable que lo llevó a ser eso único referente “opositor” en la comitiva presidencial que viajó al foro de Davos (ver nota aparte “Massa se desmarca…”).
En el esquema de poder de la provincia de Buenos Aires, el massismo fue premiado con varios cargos, pero las medidas antipáticas que viene llevando adelante el Gobierno lo vuelven a poner en una encrucijada, y es ahí a donde Massa les da cuerda a sus legisladores para lanzar dardos –puntuales- contra las acciones oficiales.
El martes último, desde los despachos de los senadores massistas por la quinta sección electoral (Patricio Hogan y Gabriel Pampín) salió un comunicado en el que se mostraban sorprendidos por no haber sido invitados a una reunión que legisladores de Cambiemos mantuvieron con autoridades de Vialidad nacional por el mejoramiento de la ruta 88. Los senadores habían presentado varios proyectos al respecto desde su ingreso a la Cámara, en 2013. No fueron los únicos.
A esta lista se suman el diputado Pablo Garate, el senador Hernán Albisu y hasta el intendente de Tigre, Julio Zamora.
Garate (representante de la Sexta sección) le pidió a Vidal que le discuta al presidente Macri la eliminación del impuesto a las Ganancias. Puntualmente, el legislador presentó un proyecto para reformar la ley que regula ese gravamen–la ley 24.073, que diera origen al Fondo de Financiamiento de Programas Sociales en el conurbano bonaerense- eliminando el tope máximo de 650 millones de pesos para, de ese modo, restablecer un porcentaje para la provincia de Buenos Aires en concepto de distribución de la recaudación de este tributo. Ese proyecto de ley también fue acordado con Massa y gestionado desde la usina del Frente Renovador.
Albisu (de la Cuarta) fue otro de los que cruzaron las políticas de Cambiemos. Al hablar del “sinceramiento” en la tarifa de la energía eléctrica, el massista desafió. “Hay que discutir si el camino que toman los gobiernos nacional y provincial es el correcto y justo socialmente”, reclamó, y días atrás advirtió que “todavía no hay novedades de ninguna medida que beneficie a los trabajadores afectados por las escalas del impuesto a las Ganancias, el 82% móvil para los jubilados o cómo se van a aplicar las tarifas de interés social, por ejemplo”.
Pero el que más dejó en claro que la voluntad de Massa es empezar a despegarse –al menos para afuera- del rol de co-gobierno fue nada menos que el intendente de Tigre, fortaleza territorial del Frente Renovador. Zamora participó de la reunión que jefes comunales de distintos colores políticos mantuvieron con el ministro de Energía, Juan José Aranguren, para ser informados sobre el impacto tarifario en el servicio de luz que se dará en los próximos meses en la zona metropolitana. Luego de aquella reunión, el sucesor de Massa dijo que las acciones de Cambiemos “son aumentos demasiado altos, sin anestesia, sin hacer una audiencia pública ni escuchar a las partes interesadas, que afectan al bolsillo de los trabajadores”.
Con el lento regreso a la actividad, en los pasillos de la Legislatura se empieza escuchar que “Vidal no aparece, está débil y el peronismo huele la sangre”.
Tanto en Diputados como en el Senado, las fuerzas con representación parlamentaria deberán negociar el reparto de las comisiones y el Frente Renovador espera seguir siendo beneficiario del acuerdo de gobernabilidad. Pero el PRO debe aplacar también las apetencias de la UCR y, peor aun, del Frente para la Victoria y el peronismo.
Por ahora, y pese a estas primeras señales, el pacto de gobernabilidad legislativa entre el Frente Renovador y Cambiemos continuará, aunque con fecha de vencimiento. El año que viene habrá elecciones y allí el grueso del FR pondrá en juego sus bancas. Será entonces cuando las condiciones de negociación cambiarán rotundamente.