Hasta el último día de 2016, el PJ bonaerense seguirá en estado de incertidumbre respecto a su destino electoral. El próximo jueves 29, en el polideportivo de La Matanza, se realizará la reunión del Congreso partidario. Hasta el momento, no se ha logrado resolver cuáles serán los temas a tratar.
La falta de líderes que atenúen las diferencias, sumada al avance de la gobernadora María Eugenia Vidal sobre el peronismo, hacen difícil una definición.
En un principio, se pensaba reflejar en el Congreso, que es obligado por la Justicia electoral, una suerte de postal de unidad. Por eso, se había aceptado ampliar la cantidad de apoderados, para que todos los sectores tuvieran firma en la futura conformación de las listas regionales.
Es decir, sumar dos representantes de la Primera sección electoral, dos de la Tercera y dos por el interior a los dos apoderados actuales, los diputados nacionales Jorge Landau (histórico del PJ) y Wado De Pedro (La Cámpora).
En la última reunión del Consejo del Partido, se decidió, además, confeccionar una “mesa de conducción” donde hubiera representantes de cada uno de los sectores internos del vintage Frente para la Victoria.
Así, en la nueva estructura se anotaron, además del titular del PJ bonaerense, Fernando Espinoza, los intendentes Ariel Sujarchuck (Escobar-Grupo Fénix), Juan De Jesús (La Costa-Grupo Esmeralda), Hugo Corvatta (Saavedra- Grupo Establo), Alberto Descalzo (Ituzaingó - FAM), Julio Pereyra (Florencio Varela -FAM), Jorge Ferraresi (Avellaneda - Patria); los diputados nacionales Gustavo Arrieta (Establo) y Oscar Romero (Gremios); el ex funcionario Alberto Pérez (sciolismo), los senadores bonaerenses Norberto García (randazzismo) y Santiago Carreras (La Cámpora), el diputado Fernando Navarro (Movimiento Evita) y el ex pre candidato a la Gobernación Julián Domínguez.
Pero el acuerdo no resistió el paso de las horas y se terminó enredando entre reclamos y desconfianzas.
Figuras del kirchnerismo, como las diputadas nacionales Juliana Di Tullio y Teresa García, levantaron la mano para reclamar un lugar en esa mesa, en la que, además, no se había anotado ninguna mujer, salvo el caso de la intendenta de La Matanza, Verónica Magario, que se incorporó en representación de la Federación Argentina de Municipios (FAM).
El ex candidato a la gobernación bonaerense Aníbal Fernández fue otro de los que exigieron un lugar, enojado por la silla otorgada a Domínguez, su viejo rival en la interna.
También el secretario General de la UOM Zárate Campana y diputado nacional del bloque FpV, Abel Furlan, quien pedía igual espacio que su par del bloque “Justicialista”, Romero.
La base de las diferencias se centró en el rol que iba a desempeñar esta mesa de conducción en 2017. Si tendría control y decisión sobre las futuras alianzas electorales y la conformación de listas o si solo sería de opinión.
“Una cosa es adecuar el Consejo del PJ a los nuevos tiempos y otra es armar una estructura paralela que solo sirva para limar la figura de Espinoza”, indicó a Letra P un dirigente del FpV.
“Porque esto solo va a servir para licuar al Consejo”, remarcó.
Desde la otra vereda, Martín Insaurralde, jefe comunal de Lomas de Zamora y figura visible del Grupo Esmeralda, aseguró que “el 29 va a ser una gran oportunidad para debatir ideas, donde todos podamos pensar cuál es el futuro del peronismo de la Provincia”.
Respecto a futuros candidatos, remarcó: “Queremos que estén los mejores; no nos desespera ver quién es esa persona, seguramente los intendentes, los legisladores y los dirigentes de organizaciones sociales vamos a colocar en las listas a los mejores hombres y a las mejores mujeres”.
Se espera que este martes, a partir de las 18, se reúna el Consejo del PJ en la sede histórica de la calle Matheu 130, en la Ciudad de Buenos Aires.
Allí, esperan ordenar el temario a tratar el 29. Aunque está reunión no excluye los encuentros que ya comenzaron a gestarse entre sectores del kirchnerismo puro.
Mientras tanto, los intendentes del Grupo Esmeralda planean un brindis el miércoles próximo, en Lomas de Zamora.
Serán todos encuentros previos al Congreso, un evento que aún no logró cerrar una agenda común. Y mucho menos generar la expectativa de unidad electoral para 2017.