El Modelo

Por la inflación y la recesión, el 64% de los porteños compra menos

Una encuesta revela que sólo el 2% pudo mejorar su nivel de consumo y en el 33% de las familias alguien perdió el empleo. No obstante, el 50% a votaría al oficialismo en 2017.

El modelo económico del gobierno de Mauricio Macri es la gran paradoja de la administración PRO. A su equipo de expertos, economistas y CEOs le está yendo peor en este renglón de la gestión, que parecía ser su caballito de batalla, y no tan mal en lo que no detentaba ser su expertise, la fortaleza política. Dos encuestas revelan que el 64% de la población de la Ciudad de Buenos Aires consume menos productos que antes de la llegada de Cambiemos al poder, pero el 49,5% votaría al Pro en las legislativas de 2017.

 

Los datos se desprenden de dos encuestas que realizó el Centro de Análisis de Investigación de la Universidad Abierta Interamericana (UAI) y la consultora Axonier hizo sobre 1.512 casos en la Ciudad de Buenos Aires.

 

En el aspecto económico, los números son demoledores:

 

Al 21,4%, lo que más le preocupa es la inflación, los aumentos de precios y la política económica, muy por encima del ítem que sigue, la inseguridad, con el 10,1 por ciento. Apenas el 2% mejoró su nivel de consumo. Y, al tope de la tabla, otro dato revelador: el 22% cree que la mayor fortaleza del Gobierno es…ninguna.

 

Además, el 49,1% asegura que cambió sus hábitos de consumo por la crisis económica y apenas el 23% lo hizo relativamente, mientras que 14,1% cambió poco y sólo el 13,7% dice que no modificó su poder de compra.

 

Pero de otra encuesta de la misma consultora surgen datos políticos que no van de la mano del escenario económico, desmintiendo un poco aquello de que “la gente vota solo con el bolsillo”. En Capital Federal, el partido mejor posicionado para las próximas elecciones legislativas es el PRO, ya que un 49,8% de la población dice que podría votarlo. El partido que más rechazo genera entre los porteños es el Frente Para la Victoria: el 72,2% dice que no lo votaría para las próximas legislativas. Y le sigue el Frente Renovador, con un 65,3% de rechazo.

 

Siguiendo con los resultados económicos del “operativo sinceramiento”, el 33% revela que algún miembro de su familia perdió el empleo o su fuente de ingresos en lo que va del año y el 48% dice estar peor que hace un año, mientras que el 38% dice estar igual y el 14%, mejor. Pese a esto, el 57% le cree al Gobierno cuando dice que el próximo año estará mejor, mientras que el 43% lo toma como una excusa de Cambiemos porque “no sabe resolver los problemas económicos”, según la encuesta.

 

CEOS Y TECNÓCRATAS. El gabinete macrista tiene su “dream team” versión criolla de hombres de negocios: Alfonso Prat Gay (ministro de Hacienda y ex JP Morgan), Federico Sturzenegger (presidente del Banco Central y ex Repsol YPF), Rogelio Frigerio (ministro del Interior y ex BID, FMI y BM), Francisco Cabrera (Ministro de Producción, ex Hewlett Packard y Grupo Roberts/HSBC y fundador y CEO de Máxima AFJP), Guillermo Dietrich (ministro de Transporte, economista que desarrolló su actividad profesional en el ámbito privado, liderando la empresa familiar de venta de autos que lleva su apellido) y Juan José Aranguren (ministro de Energía y ex presidente de la filial argentina de Shell).

 

También se suma al listado el ministro de Modernización, Andrés Ibarra (hizo su carrera en SOCMA, la empresa del padre del Presidente, Franco Macri), en tanto Gustavo Lopetegui (ex Lan y McKinsey) y Mario Quintana (ex Farmacity y McKinsey) aparecen como los coordinadores económicos de la Jefatura de Gabinete, a cargo de Marcos Peña, desde donde se reparten, entre ambos, 22 ministerios, 13 organismos descentralizados y 16 empresas en las que el Estado es accionista principal.

 

Todo esto, por ahora, parece no alcanzar para que la economía se encauce: la inflación prometida del 20% terminará el año muy cerca del 45%-50%, se perdieron sólo en el mercado formal 110 mil puestos de trabajo, la caída del PBI ronda el 3-4% y los supuestos “brotes verdes” parece que quedarán, con suerte, para la cosecha 2017/2018, junto con el ya casi extinguido “segundo semestre” y “la lluvia de inversiones” post arreglo con los fondos buitres.

 

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