Tras dar de baja en el Senado Nacional a 2.035 "designaciones políticas" efectuadas por su antecesor en el cargo, Amado Boudou, la vicepresidenta Gabriela Michetti aseguró que posee el respaldo de los bloques opositores, incluso el kirchnerismo, para realizar una auditoría "a fondo" que permita analizar la situación institucional que atraviesa la Cámara Alta.
Asimismo, la dirigente macrista creó una comisión revisora para analizar los legajos de la planta permanente y las recategorizaciones del último año, aseverando, en declaraciones a la señal TN, que son una "barbaridad" las designaciones ya que "duplican" la planta de empleados. "No tiene justificación", sentenció, a la vez que advirtió que esa situación "perjudica a los que trabajan", porque no le alcanzaría el presupuesto "para pagar los sueldos".
Sin embargo, informó que la comisión revisora evaluará los casos que pudieran tener una "justificación" para alguna de las "2.035 personas que entraron a planta permanente", aunque no se mostró confiada: "Mucha gente está nombrada y no trabaja en el Senado". Indicó que ese número representa "146 por ciento de aumento en la planta y 80 por ciento en la masa salarial".
La decisión, dijo, "está avalada por los senadores" opositores, entre los que nombró al jefe del bloque kirchnerista, Miguel Ángel Pichetto, y el senador de Compromiso Federal, Adolfo Rodríguez Saá, "porque no quieren que el Senado se desmadre. Quieren una institución prestigiosa y que sea un orgullo".
Michetti precisó que encabezará una auditoría interna mientras realizará otra a través de un convenio con la Universidad de Buenos Aires (UBA) para un análisis "a fondo de todo", como "la situación edilicia, recursos humanos, funciones que hace el Senado, todo". La revisión "minuciosa", adelantó, "la vamos a dar a conocer a los ciudadanos" a mediados de febrero.