El camarista Javier Leal de Ibarra fue el artífice para que la Cámara Federal de Comodoro Rivadavia declinara recibir el caso Hotesur desde la justicia federal.
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El camarista Javier Leal de Ibarra fue el artífice para que la Cámara Federal de Comodoro Rivadavia declinara recibir el caso Hotesur desde la justicia federal.
Exsecretario de la Corte Suprema, de permanente relación con Ricardo Lorenzetti, la resolución que firmó no sorprendió al Gobierno donde le atribuyen vínculos con el radicalismo y otros actores de la oposición.
Por su carácter fuerte en la justicia se ganó el apodo de “desleal de Ibarra” lo cual no fue un impedimento para que este año se hiciera de la presidencia de la Junta de Cámaras Federales.
Ese club exclusivo, que reúne a los presidentes de las cámaras de todo el país es la principal usina de ideas y de lobby para que la nueva ley de subrogaciones sea declarada inconstitucional.
Así se lo comunicaron a Lorenzetti en la última reunión que tuvieron con el presidente de la Corte Suprema.
A diferencia de lo que ocurre con los jueces federales de Comodoro Py, estos magistrados (la mayoría de corte conservador) no tienen buena opinión del presidente del máximo tribunal.
Dan por sentado que Lorenzetti tiene algún tipo de arreglo con el Gobierno y detestan al administrador de la Corte, Héctor Marchi a quien acusan de retacearles fondos y de tildarlos de “vagos”.
Leal de Ibarra garantizó que Hotesur, al menos por ahora, continúe en el juzgado de Daniel Rafecas. La intención final no es que se dirima en ese ámbito, sino que en algún momento este expediente retorne al juzgado de Bonadio.
El juez federal podría ser un trastorno para la familia presidencial después de diciembre.
El fiscal de esa causa es Carlos Stornelli, muy cercano a Daniel Scioli. Hace poco en una cena en el Club Armenio, Stornelli aseguró que de ser electo Scioli presidente, todos los jueces tendrían plena libertad para investigar los hechos de corrupción.
Aunque aclaró que de ser electo Mauricio Macri, la situación sería igual de favorable.
Estos rumores no son convenientes ni agradables para el entorno presidencial.
Se sabe que Stornelli es asiduo visitante de los asados en Villa La Ñata, al igual que el juez Claudio Bonadío.
La posibilidad de que el caso vuelva a las manos de este juez, depende de la Cámara de Casación Penal. La Sala responsable de esta definición es la conformada por los conjueces, Roberto Boico, Norberto Frontini y Claudio Vázquez.
El problema es que por la serie de amparos que están apareciendo contra la designación de Vázquez, la posición de los tres conjueces es muy endeble.
Hay un lobby muy fuerte en la propia Casación para despachar a estos subrogantes.
El camarista Mariano Borinsky querría subrogar en la Sala I para tomar el caso y negociar con el kirchnerismo.