Judiciales

Bonadio desatado: va tras Dromi, Galuccio y el Morgan Stanley

La relación del juez del momento con Repsol. A De Vido diciembre le queda muy lejos. La bronca de Kicillof y los fantasmas sobre la continuidad del CEO de YPF.

El juez Claudio Bonadio juega a todo o nada. Después de perder el control sobre el caso Hotesur ahora quiere investigar lo que él llama “los negocios de verdad”. Ahora sería la importación de gas licuado y los negociados que allí existirían que conectan a YPF, Enarsa y la cartera de Planificación Federal a cargo de Julio De Vido.

 

En el mercado petrolero saben que se podría venir un tembladeral de magnitud todavía incalculable. En los círculos de Comodoro Py se sabe que Bonadio solo es un emisario. Detrás del juez del momento estaría la petrolera Repsol fuertemente enemistada a De Vido por su gestión del negocio del gas (la empresa española tiene el 34% de las acciones de Gas Natural BAN, la empresa que le vende los barcos con cargas de GNL al Gobierno desde hace un lustro).

 

La relación de Bonadio con Repsol es añeja y se inició por intermediación del banquero Sebastián Eskenazi que todavía sigue embarcado en el sueño presidencial de Sergio Massa. Es un secreto muy bien guardado porque el empresario y Mauricio Macri se detestan.

 

A De Vido diciembre le está quedando muy lejos. La investigación de Bonadio hará aún más pública la relación laboral que lo une a Roberto Dromi el exministro estelar del menemismo que es un asesor full time en Planificación. Dromi es, a través de su consultora con sede en Madrid, el arquitecto del negocio de la compra de gas. Ese dato altera a muchos dentro del Gobierno, el más elocuente suele ser Axel Kicillof. Es duro para el sector militante del oficialismo digerir la presencia estelar de Dromi. Habrá que aguantar. Allá por 2003 el diario Página 12 contaba que en realidad la relación de Dromi antes que con De Vido, era con Néstor Kirchner. No debería sorprender demasiado. Durante su presidencia Néstor compartió largas charlas con ese otro innombrable que es Domingo Cavallo.

 

Miguel Galuccio también está disgustado por los operativos de Bonadio en YPF. Teme que si el caso se dispara una eventual imputación conspire contra su continuidad en la petrolera estatal. Una vez más la sombra de Repsol.

 

El Morgan Stanley, el banco de inversión que oficia como trader en la compra del GNL, también está apuntado. El banco ingresó en operatoria por mediación de Dromi. En octubre del año emitió un informe a sus inversores asegurando que Argentina es el país más prometedor para el desarrollo del shale. Lo ubicó incluso por sobre Australia y Polonia. No mencionó la baja del precio de los combustibles ni los inconvenientes que están encontrando grandes jugadores globales para invertir en el país (la francesa Total).  En febrero de este año en otro informe aseguró que la Bolsa porteña crecería y que las condiciones de la macro eran prometedoras. Raro. Demasiada afinidad, la suficiente para llamar la atención del juez del momento.

 

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